《4》La decepción de Goku lo lleva a reflexionar

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Unos días después…

Ambos chocaron entre sí, mientras a una velocidad increíble empezaban a compartir ataques directos puño a puño, la velocidad de aquello era ininterrumpida, sin embargo, preso de cierta distracción recibió un golpe directo en el rostro que lo hizo volar varios metros, logrando cortar su mejilla…

—¡Auh! — refuto Goku al sentir la sangre escurriendo…

—¿Qué demonios te ocurre Kakarotto? Estas desconcentrado— le recrimino Vegeta al notar aquel cambio en el saiyajin…

—Seguramente estoy algo cansado—respondió mostrando una sonrisa en respuesta.

—Es absurdo, desde hace unos días estas mostrando un desempeño asqueroso— respondió el saiyajin yendo a recoger una toalla para colocársela en el cuello.

—La próxima vez entrenemos en otro lugar— menciono Goku quien en definitiva debía reconocer que entrenar en esa cámara de gravedad en la misma casa donde se encontraba aquella peliazul mayor, lo desenfocaba, de un momento a otro las sensaciones de su cuerpo le jugaban en contra, era como si cierta ansiedad lo impacientaba, incluso llego a concluir que la edad de su cuerpo le generaba impulsos de un chico de esa edad y no iba en sintonía con su mente… quería verla, quería olerla, quería sentirla cerca.—¡Vegeta! —expreso a viva voz al sentir que ya no podia con aquellos impulsos.

—¿Qué te pasa? —cuestiono con una ceja alzada el príncipe al verlo algo ansioso.

—Debo irme, la próxima vez te busco yo— diciendo eso estaba a punto de salir de aquella cámara, pero esta se abrió sorpresivamente y aquella mujer culpable de todos esos estados desde que la volvió a ver, hacia acto de presencia.

Bulma espero que la cámara se apago para ingresar con una sonrisa picaresca… —¡Bien! Sabia que te podia encontrar aquí— menciono al ver a aquel pelinegro junto a su esposo.

Goku no pudo evitar por aquellos impulsos que estaba sintiendo desviar su mirada rápidamente a la fisionomía de aquella mujer, quien llevaba un vestido verde corto. —Hola Bulma— saludo como si nada, ocultando por completo sus pensamientos.

—Bulma, no me gusta que interrumpas en mi cámara como si nada— dijo Vegeta con los brazos cruzados.

—Lo siento Vegeta, solo quise ver a mi mejor amigo y asegurarme que estuviera bien—respondió ella mirando a Goku con detenimiento, logrando ponerlo nervioso.

—¡Yo estoy bien! pero ya debo irme, me gusto verte Bulma— y sin darle tiempo ni de responder, desapareció de su vista.

Bulma se quedó petrificada mientras Vegeta sonreía sutilmente con gusto. —Se fue, ¡ay! No tiene remedio—menciono la peliazul frunciendo su frente.

Goku llegó a su casa y fue directamente a la ducha, se desvistió rápidamente y abrió el grifo, sin importarle como el agua helada cubría su cuerpo y lo hacia tiritar, ya era una práctica que estaba haciéndose más recurrente al sentir como lo invadían aquellas sensaciones. , sentía su miembro soportarcerse de una manera dolorosa, jamás había experimentado eso, siempre pudo controlarlo y sumergir su mente en otras cosas, pero desde un tiempo atrás, se le estaba complicando más de la cuenta, y era peor cuando sus pensamientos lo llevaban hacia Bulma… desde unos años atrás cuando su cuerpo empezó a crecer como un joven empezó todo ese calvario, por eso decidió simplemente alejarse, incluso Milk no pudo ayudar al respecto, ya que desde que se volvió niño la pelinegra sintió estupor de que incluso la vea desnudo, le demostró en muchas oportunidades la incomodidad que le generaba su imagen y lo joven que era a comparación de ella, lo cual la hacia sentir como una inmoral de ni siquiera insinuar un acercamiento, él lo entendía perfectamente y nunca le insinuó hacer algo al respecto , pues cuando era niño, eso no era parte de su interés, pero conforme su cuerpo fue madurando, ciertas sensaciones empezaron a invadirlo y ahora siendo un saiyajin joven aunque su mente quisiera controlarse, sus impulsos eran más fuertes.

Nunca Te Dejaré +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora