Nunca Te Dejaré +18

《2》vine a buscarte a ti

—Bien, aprovecharé que estás aquí y pediré muchísima comida, de la más deliciosa— dijo animada la peliazul mientras cogía su teléfono, pero en ese momento sintió la mano del saiyajin sobre la suya impidiendo que use el aparato.

—Hay algo que no te he dicho… Milk falleció hace unas semanas, fue un acontecimiento natural, parece que tenía una enfermedad y no lo sabíamos, como siempre parecía estar bien— dijo Goku con tristeza en su voz.

Al escuchar esas palabras, Bulma se quedó consternada y se disculpó por no saberlo. Se abrazaron con fuerza, compartiendo el dolor de la pérdida de un ser querido. Goku le explicó que estaban recuperándose y que había estado ausente por estar con Kaiosama y su familia. Bulma le prometió estar siempre ahí para él y le dio un tierno beso en la mejilla.

Goku confesó que se arrepentía de no haber hecho ciertas cosas por miedo o cobardía, y que habría valido la pena intentarlo a pesar de las dificultades. Bulma lo miró con curiosidad mientras él explicaba su deseo de enfrentarse al peligro y disfrutar del desafío, incluso si los resultados eran positivos o negativos. La conversación entre Goku y Bulma se volvió profunda y reflexiva, revelando las emociones enterradas y los deseos no cumplidos del saiyajin. A pesar de todas las batallas ganadas, Goku también tenía sus propias luchas internas y temores que lo atormentaban. Ambos se miraron a los ojos, compartiendo un momento de complicidad y comprensión mutua. Aunque tenían sus propias batallas por librar, sabían que siempre podían contar el uno con el otro para apoyo y consuelo en los momentos difíciles.

….

Rei Miyamoto regresó a su hogar luego de un largo día de clases, sintiendo en su corazón un profundo sentimiento de soledad. Su padre, un policía dedicado a su trabajo, solía pasar más tiempo en la comisaría que en casa, lo que hacía que los momentos en familia fueran escasos y preciados. Al ingresar a su habitación, Rei se despojó de su uniforme escolar y dejó caer su bolso sobre la cama. Rápidamente se cambió a ropa más cómoda, vistiendo una simple franelilla negra y un short corto de bluejean. Ató su cabello en una coleta desordenada y se dispuso a bajar a la cocina para prepararse algo de cena.

Mientras aguardaba que el agua hirviera para cocinar la pasta, los pensamientos de Rei comenzaron a divagar por su mente. Recordaba los días en los que su padre y Ella solía estar unidos, compartiendo risas y momentos memorables juntos. Sin embargo, el trabajo demandante de su padre había hecho que esos momentos se volvieran cada vez más escasos. La sensación de soledad comenzó a apretar su pecho, haciéndola sentir un vacío que no podía llenar. A pesar de tener amigos en la escuela, Rei anhelaba la presencia y el amor de su progenitor. Cerró los ojos por un momento, dejando que las lágrimas amenazaran con caer.

De repente, un sonido agudo la sacó de sus pensamientos. El teléfono sonaba en la cocina, interrumpiendo su tormento emocional. Rei corrió hacia el teléfono y contestó, encontrando la voz cálida y familiar de su padre al otro lado de la línea.

—¡Hija, qué bueno escucharte! ¿Cómo estuvo tu día?—preguntó su padre con sinceridad en su tono de voz. Rei no pudo contener la emoción y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

Después de una larga y reconfortante conversación con su padre, Rei se sintió más tranquila y menos sola. Sabía que, a Pesar de la distancia física, el amor de su padre seguía intacto y eso era lo que verdaderamente importaba. Con un suspiro de alivio, Rei terminó de cocinar su cena y se sentó a comer, sintiéndose más ligera y feliz. Aunque la soledad seguía presente, había encontrado consuelo en la voz de su padre y en el amor que los unía. Así, la noche transcurrió con una sensación de paz y esperanza en el corazón de Rei, Recordándole que, a pesar de los desafíos y la distancia, el amor de su Progenitor siempre estaría ahí para reconfortarla en los momentos de soledad.

Al día siguiente, Bra caminaba con cierta pereza mientras se acercaba hacia el comedor, había tenido una noche de fiesta impresionante. Al final, logró convencer a su progenitor para asistir, quien cedió ante su cara de tristeza. Se presentó en el comedor con expresión de sueño pero satisfecha. 

—¡Buenos días! —saludó a todos con una sonrisa divertida, pero se sorprendió al verlos más serios de lo normal.

Bulma levantó la vista y la observó de arriba abajo, percatándose de sus atuendos...

—¿Qué sucede? —preguntó la joven, ajena a la situación.

—Nos enteramos de que Milk ha fallecido—comentó Bulma, visiblemente apenada, mientras Vegeta servía sus alimentos como si nada.

—No puede ser, eso es una noticia triste—dijo Bra, recordando a Milk de su infancia.

—Así es. Le escribí a Goten, Me Sorprende que no me lo haya dicho, seguramente debe
estar muy afectado —mencionó Trunks.

Bra se quedó pensativa. Recordó la amistad que tenía con Goten, y la atracción que había sentido por él en ocasiones.

—Iré a ver a Goten, le daré mis condolencias personalmente—decidió sorprendiendo a todos.

—¿A Goten? ¿Cuándo irás? —preguntó Trunks.

—Hoy, iré a ver a su casa, bueno nunca lo he hecho, pero me pasas la dirección— comento como si nada.