《8》Cerbero

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Rei despertó confundida y algo aturdida, preguntándose en dónde estaba. El lugar era sombrío, había caído en una dimensión desconocida. Poco a poco, se intentó levantar, sobándose donde había recibido el golpe al caer. Una sensación de escalofrío se apoderó de su cuerpo cuando vio a un lado de ella a un pobre hombre encadenado con cadenas resistentes que sostenían sus brazos, piernas e incluso su cuello, prácticamente inmovilizado. Estaba inconsciente y su cuerpo estaba cubierto de sangre, lo que causó en Rei una sensación de lástima y escalofríos.

Rei se acercó lentamente al hombre encadenado, observando detenidamente su rostro. Era joven, de aspecto apacible, pero ahora estaba gravemente herido y tenía un aspecto desesperanzador. Rei sintió una oleada de compasión por él y se preguntó quién podría haberle hecho algo así.  Decidió liberar al hombre de las cadenas que lo mantenían prisionero.  Rei suspiró con frustración al no poder liberar al hombre encadenado. Las gruesas cadenas parecían imposibles de romper, Sin embargo, había algo en él que le decía que no podía abandonarlo a su suerte.

—Oye...— lo llamaba en susurro— Chico, despierta —pero como era de esperarse, este no respondía al encontrarse inconsciente. La chica, desesperada, volvió a intentar liberarlo de las cadenas, pero al ser una simple humana se agotó de tantos intentos.

Después de unos minutos, el Saiyajin logra despertar y al recuperar completamente la conciencia se impresiona en el estado en que estaba. Estaba encadenado con diversas cadenas resistentes que lo tenían atado hasta el cuello, incapaz de moverse. Miró a su alrededor, tratando de recordar cómo había llegado a esa situación, pero todo estaba borroso en su mente. Se concentró en tratar de recordar, pero solo logró recordar flashes de una batalla intensa y luego todo se volvió negro.

Fue entonces cuando se percató de la presencia de una joven desconocida frente a él. Estaba sentada en el suelo, con el rostro cubierto entre sus rodillas, temblando levemente. El Saiyajin la miró por un momento, preguntándose quién era y cómo había llegado allí antes de caer en cuenta de la situación en que estaba. Se quedó en silencio por un momento, observando a la joven con curiosidad. Finalmente, decidió romper el silencio y preguntarle quién era y qué estaba haciendo allí. La muchacha alzó la cabeza lentamente, revelando un rostro pálido y ojos llenos de miedo.

Para sorpresa del Saiyajin, la joven se levantó del suelo y se acercó a él con un semblante sereno, pero con cierto miedo por la situación en la que se encontraban.— Que bueno que despertaste.— fue lo único que dijo la muchacha.

— Tu…?

— Lo siento.— Lo Interrumpe — he intentado como liberarte de estas cadenas y no puedo.— mencionó ella en un chillido. Goku la miró con incredulidad y angustia, tratando de comprender cómo habían llegado a ese lugar desconocido.

— ¿Me puedes decir cómo has llegado aquí? — preguntó Goku con preocupación.

— No lo sé, de pronto fue por aquel vórtice que me extrajo a este lugar. No sé en qué lugar estamos, supongo que llegaste de la misma manera. Solo que tú terminaste con estas cadenas... no entiendo lo que está pasando — respondió ella con confusión en su voz.

Goku examinó las cadenas que lo aprisionaban. Eran gruesas y pesadas, parecían estar hechas de un metal desconocido para él, Le pidió a la Joven que se apartara para Tratar de liberarse en romperlas con su fuerza Y Liberarse... Rei Se alejó Y miraba con preocupación mientras Goku intentaba liberarse. Con un rugido de esfuerzo, Goku intentó romper las cadenas con su tremenda fuerza. Sin embargo, estas parecían no ceder ante su poder. La frustración se reflejaba en su rostro, pero su determinación seguía intacta. Rei, por su parte, Queda estática ante lo que Veía.

El tiempo pasaba lentamente en ese Lugar desconocido, cada minuto parecía una eternidad para Goku. Su mente trabajaba a mil por hora, tratando de encontrar una solución a su situación. De repente, una idea brillante cruzó su mente. Recordó una técnica que había aprendido en sus entrenamientos, una técnica que le permitía concentrar su energía de manera precisa y liberar todo su poder en un solo golpe. Sin dudarlo, Goku se preparó para emplear esa técnica y dirigir su ataque a las cadenas que lo aprisionaban.

Nunca Te Dejaré +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora