Nunca Te Dejaré +18

《14》Un día para pensar

Goten al escuchar sus palabras dedujo algunas cosas…

—¿Es por eso que te fuiste?—

Ambos se quedaron viendo, ella prefirió no responder, el por alguna razón también se quedó detenido mientras aquellos segundos pasaban y la brisa de la noche tocaba su rostro, hasta que por fin ella sonrió y le guiñó un ojo, mientras el carraspeó levemente y sus mejillas se acaloraban.

Las horas pasaron, los invitados ya se habían ido, y aquella mansión que una hora antes era pura música ahora estaba en completo silencio, a excepción del sonido del viento que ingresaba por su balcón mientras ella se quedaba detenida viendo las estrellas, acaso estaba esperando el amanecer, el quedarse contemplando el cielo solo la hacía disipar sus pensamientos, y aquellos emotivos sentimientos…

«Es que acaso nunca más te volveré a ver, fue lo único que pensé aquella noche, me pregunté una y otra vez si el sería capaz de buscarme, ya que era obvio que mis ímpetus los habían apagado y esa iniciativa no volvería por cuenta propia, simplemente empecé a resignarme, pero dicen que los acontecimientos inesperados se presentan cuando uno menos se lo espera…»

Los días pasaron, todos en sus mismas rutinas, Trunks en la central de corporación cápsula asumiendo la posición de un alto ejecutivo, Bulma en su laboratorio con varios científicos creando, innovando y potenciando la marca, Vegeta en sus arduos entrenamientos en la cámara de gravedad y aquella joven peliazul que siempre fue espontánea y libre en su carácter para sorpresa de todos se encontraba algo aislada, desinteresada de sociabilizar, era lógico que aún estaba atravesando estragos de un romance…

—No me gusta verla así— dijo Bulma al notar la mirada opacada de esa joven.

—No me mires así— respondió Vegeta al sentir la expresión inquisitoria de su esposa.

Diciendo eso salió de aquel espacio directo a su cámara de gravedad, cerró las gruesas compuertas y antes de encender la máquina se quedó detenido, pensando, sintiéndose en el fondo desconforme con todo, ver la expresión en sus ojos de tristeza lo estaba matando, ella que siempre lo enterneció con su sonrisa genuina y libre de malos sentimientos ahora estaba opacada, cómo es que se interesó por su compañero de peleas, aquel cretino que no sabía manejar sus sentimientos, era un troglodita en eso, cómo podría aceptar alguien así para su hija, malditos instintos, era lógico, nadie era mejor que su padre para ella, la valla la tenían demasiado alta todos, solo uno podría estar a la altura y eso construyeron ellos mismos en sus pensamientos al contarle las muchas proezas y victorias de aquel saiyajin que también era su amigo, y no lo podía negar.

—Aún así, es mejor así, pronto lo olvidará— susurró para si el príncipe de los saiyajins.

.

Goten llego a su casa, fue hacia la sala y encontró a su progenitor echado sobre el sofá viendo el techo con mucha concentración. —¿te sucede algo?—

Goku escuchó su voz y en automático se sentó, lo miró atentamente como si aquel tuviera algo que decir. —No, todo bien, bueno no o bueno si—

—¿Estás bien… papá?— esto último aquel joven lo pronunciaba no tan convencido al verlo casi de su misma edad.

—Si, claro—respondió Goku rascándose sutilmente la nuca.

Goten sonrió al respecto. —Sabes, aveces pareces como un hermano menor, el dragón te hizo más joven papá, al menos eso aparentas—

—Eso no importa, sigo siendo un hombre de 50 años— respondió desinteresado volviendo a su posición inicial.

Goten empezó a reír en respuesta mientras ingresaba a la cocina en busca de alimento, abrió el refrigerador y sin cuidado empezó a escoger lo que se prepararía, estaba entusiasmado cuando al cerrar la puerta casi pegó un grito por el susto al ver a su padre ahí, sentado sobre el mezon.