Capítulo dieciocho

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En la tarde del martes y siguiendo a su amigo, Pavel un tanto inseguro entró en el gimnasio habitual del policía.

...-Ven, dejemos nuestras cosas en las taquillas de los vestuarios -Habló Kim girándose para mirarle.

-Ok- habló el fotógrafo sin dejar de verlo todo con asombro.

Luego de guardar sus mochilas y cazadoras, salieron con sus respectivas toallas en la mano para limpiar el sudor y a continuación caminaron hacia la sala de las máquinas de ejercicios, en la que Pavel pudo ver que estaba repleto de hombres musculosos y otros no tanto.

Sin embargo, se quedó extrañado cuando Kim pasó de largo y poco después abría una puerta, la cual daba a otra gran sala en la que también había varios hombres pero algunos golpeaban sacos de boxeo y otros luchaban entre sí en un ring.

-Creí que haríamos ejercicio en las maquinas- dijo Pavel con el ceño fruncido.

-Esto es mucho más efectivo para liberar estrés, que pedalear en una aburrida bicicleta estática o correr en una cinta

-Pero yo no...yo... joder, Kim...esto es boxeo y duele si te golpean- renegó el fotógrafo.

-Pues de eso se trata, amigo. De no dejar que te golpeen

-Estás loco...yo no pienso poner mi cara a merced de estos tipos...yo mejor me voy a una bicicleta

Kim sonrió y a continuación le puso la mano en el hombro, mientras le miró fijamente.

-Tranquilo hombre, no te asustes... además nosotros no haremos boxeo

-Ah, ¿no?

-No, nosotros haremos lucha libre

-¿Y eso no es darse de puñetazos también?...Sigo prefiriendo la bicicleta

Kim le sujetó de los hombros.

-La lucha es un deporte en el que los dos oponentes forcejean con el objetivo de tirar o sujetar los hombros de su oponente contra el suelo, durante un límite de tiempo. No hay puñetazos.... Tranquilo, es muy liberador. Te gustará

El fotógrafo echó un nuevo vistazo a la sala y acto seguido volvió a negar.

-No...no...Creo que esto no es para mí. Aprecio demasiado mi vida, gracias

Kim asintió conforme.

-Ok pues entonces solo mira- Le indicó- y si cambias de idea, puedes unirte cuando quieras

-No, gracias. No creo que lo haga, aunque lo de ver como te rompen la cara si lo haré, puede ser divertido

Su amigo sonrió con malicia, mientras levantaba su mano y le dio un pellizco en la mejilla.

-No me cabrees, ¿De acuerdo?, todavía puedo hacer efectiva tu multa del otro día

-Lo siento...lo siento- se disculpó Pavel riéndose-Te animaré desde el banquillo. Lo juro

Este recibió otro pellizco.

-Ay, maldita sea, ¿Y ahora qué?, ya te dije que te animaré

-No hay banquillo, idiota. Esto no es fútbol

-Oh vaya...perdón ... perdón

A continuación, ambos amigos siguieron su camino hasta el fondo de la sala, pasando de largo el ring, donde dos musculosos hombres luchaban, haciendo que Pavel pensara que si él  fuese el que luchase contra uno de ellos, no duraría ni medio segundo.

Según fueron acercándose, el fotógrafo reparó en que había varios grupos de hombres, esparcidos en ese espacio dedicado a la lucha libre y entonces los integrantes del de los policias saludaron muy efusivamente a su amigo.

9. Buen chico -PoohPavelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora