Capítulo veinte

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Luego de salir de la ducha y ponerse la ropa limpia que traía en su mochila, Pavel recordó que con todo lo sucedido había perdido la oportunidad de recuperar su foto, ya que estaba seguro de que Pooh se la había robado en la noche que se conocieron.

Dudoso caminó hasta la puerta de la sección de boxeo y lucha libre para pedirle que se la devolviese pero finalmente no lo hizo pues no quería volver a ver el burlón rostro del veinteañero, además de soportar las estupideces de los niñatos con los que estaba.

Agradecido de haberse llevado el coche y no su moto y a la vez molesto consigo mismo, por haber vuelto a caer en las garras de Pooh, puso rumbo hacia el restaurante de Sailub.

En verdad su trasero le molestaba mucho menos de lo que lo había hecho la primera vez, sin embargo sus piernas todavía le temblaban, al igual que su estabilidad emocional.

Se sentía como mierda, un completo indeseable e irremediablemente culpable de haber sido infiel por segunda vez a su novio y con alguien que solo lo veía como un lindo trozo de carne.

Ciertamente el haber ido al gimnasio no le había servido para desestresarse como había sido él propósito, sin embargo si que lo había hecho para darse cuenta de que ya no era merecedor del amor de Dome y por lo tanto, debía terminar con esa relación.

Un tiempo después, aparcó frente al local y tras bajarse y soltar un profundo y desolador resoplido se encaminó hacia el interior, donde en una esquina, con gafas oscuras y la cara desencajada le esperaba Sailub, sentado frente a una botella de vino medio vacía.

Extrañado, miró hacia un lado y hacia el otro pues no había ningún cliente, ni tampoco empleados a la vista, cuando ya deberían estar preparándolo todo para el servicio de cenas.

...-¿Qué pasa?, ¿Dónde están todos?- preguntó mientras se acercaba.

-¿Qué pasa?, ¿Dónde están todos?- preguntó mientras se acercaba

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-Los he mandado a casa

-¿Y las reservas de esta noche?

-Las he anulado todas

-¿Qué?, ¿Por qué?...¿Acaso te sientes mal?, ¿Por qué no has ido al hospital?

-No...no, estoy bien...bueno en lo que se refiere a lo físico, porque de lo otro no lo estoy

Al ver a su amigo tan raro, Pavel caminó hasta la barra y tras rodearla se cogió una cerveza y entonces se sentó frente a este.

-Tu padre ha venido a criticarte de nuevo, ¿No?

-No...no, él ha estado tranquilo

-Entonces...¿Qué es lo que te tiene con esa cara tan mustia?

El cocinero a continuación soltó una gran resoplido, mientras se frotó la cabeza con ambas manos, haciendo que su pelo se quedase totalmente despeinado.

-Me estoy volviendo loco, amigo

El fotógrafo frunció el ceño sin entender.

-¿Hablas de deudas o ...

9. Buen chico -PoohPavelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora