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-𝘾𝙖𝙧𝙞𝙣𝙖𝘿𝙚𝙇𝙪𝙘𝙖-
—¿Se puede saber qué demonios te sucede?—
Dejó de escribir los últimos resultados para ver a su hermanito entrar a la sala de resonancias donde se había quedado para adelantar su trabajo, viéndolo hacer la misma cara de niño en pleno berrinche que recordaba solía hacer cuando era un pequeño porque no le permitió ir con ella y sus amigos a pasear
—Ciao anche a te, Andrea—arqueó una ceja, poco impresionada por su arrebato tan inmaduro
¿Qué más daba si tenía veinticuatro?, seguía siendo un niño pequeño
—No, no actúes como si fueras inocente—la apuntó acusador mientras se acercaba a ella, ni siquiera inmutándose en su dedo cerca de su cara—Deja a Madison fuera de...esto—hizo un furioso gesto al cristal cubierto
—¿Cuántos años tienes?, ¿Cinco?—se burló—Y, hasta donde yo sé, no eres el padre de esa chica—se cruzó de brazos
—Esto se volvió mi problema desde que la doctora Grey vino a pedirme viniera a decirte que dejaras de tratar de colarte en sus pantalones—se apuntó a si mismo—No es correcto—soltó, haciéndola resoplar entre dientes
—Hasta donde yo sé, es mayor de edad, es hermosa y, si he oído bien, es totalmente soltera, así que no veo porque no podría—se encogió de hombros
—¡Porque es prácticamente la maldita hija de Meredith Grey!—movió frenéticamente las manos, apenas sorprendida por el gesto—Y ni siquiera sabes que me dijo la doctora Montgomery cuando se enteró—agrandó los ojos—¿Sabes lo que es la Meryl Streep de la cirugía neonatal te amenace?—hizo otro frenético movimiento
—Si Madison no se encuentra incómoda con mi presencia a su alrededor, no veo porque mami Meredith tendría derecho a exigirme eso ni mucho menos la doctora Montgomery—se cruzó de brazos
—Aléjate de ella—siguió apuntándola
—Sigo siendo tu hermana mayor—se puso de pie, golpeando su mano y haciéndole frente—Si a ella le molesta, ella me lo dirá porque es una mujer adulta y nadie más tiene que decidir lo que es mejor para ella—
—Disculpe, DeLuca—
—¿Si?—ambos giraron al oír el llamado
Una sonrisa se le escapó cuando ambos se encontraron con la pequeña Madison, de pie fuera de la sala de resonancias con su impecable uniforme azul que hacía todos los lugares correctos se destacaran con gracia, tratando de no ser tan obvia cuando estudió lo linda que se veía lanzando miradas entre ellos con ojos bien abiertos y sus dedos jugueteando con el cordón de sus pantalones, haciendo esa linda carita de angelito que comenzó a asumir era frecuente en ella
¿Cómo no derretirse por una cosita tan linda?, tendría que tener un corazón de piedra para no derretirse
—Doctora DeLuca—se corrigió, no pasando por alto el suave rosa en sus mejillas cuando sus ojos chocaron por un segundo, haciéndola reír