Lando

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Lando conducía emocionado por las calles de Mónaco, buscaba un lugar para abrir la mente de Max. Su plática por la mañana con la joven Piquet lo hizo darse cuenta de que su amigo estaba bastante cerrado a una vida tradicional. 

—No jodas Lando. —Dijo el rubio viendo a este estacionarse en un bar un poco fuera de lo común. —Vamos amigo, no seas un idiota hoy. –Dijo el otro bajándose del auto. 

Ambos entraron al lugar que parecía estar bastante lleno. —Bienvenido joven Norris. —Saludo el cadenero dejándolos pasar.

Al entrar Max prestó atención a todo el lugar. Estaba repleto de hombres, algunos portaban piezas de ropa muy exhibiciónista, al ver a dos hombres besarse en medio de la pista de baile sintió algo dentro de él, incómodo tal vez. —¿Qué quieres beber? —preguntó Lando.

Los minutos pasaban y Max comenzaba a sentirse mejor, debido a la música, la alegría de todos ahí, su amigo quien parecía estar acostumbrado a ese tipo de fiestas, además el alcohol lo hacía sentir mejor después de unas semanas pesadas. 

—Kelly me contó que discutieron. —dijo Lando mirando al otro. —Si, me molesta un poco a veces. —Respondió.

—Si te soy sincero no entiendo sus acciones, lo que hace Pérez no me molesta en absoluto, que los chicos quieren arruinarlo me parece ridículo, bueno me parecía ridículo desde siempre, desde que tú lo iniciaste con Hamilton. —Comentó un poco preocupado por la reacción de Max, pero este no decía nada. 

—Tenemos una buena vida y la ambición innecesaria no sirve de nada, no somos nuestros padres, ellos deben encargarse por ahora, y si no pueden hacerlo tal vez no sean suficiente para ese tipo de mundo. —Término de hablar Lando.

Max solo se quedó pensativo y se sirvió más de la botella.

Una hora más tarde Max ya se encontraba totalmente eufórico, había bebido lo suficiente como para olvidar su compostura, bailaba sin preocupación alguna. —Emi, vamos a sentarnos, es hora del show. —Le dijo su amigo al oído, sacándolo de la pista. Todos dejaron libre y de pronto las luces se apagaron. La música se hacía presente “Still  Don't know My name” llegaba a los oídos del rubio. 

Varios chicos vestidos con ropa brillante y cuerpos descubiertos bailando artísticamente al ritmo de la música, sus cuerpos parecían ser libres de control, haciendo movimientos lentos y calmados para luego cambiar a un ritmo rápido dependiendo de la música. 

Max observaba sorprendido, se encontraba atrapado en la escena de la pista, con sus pupilas dilatadas observaba cada detalle, su piel se erizaba y sensaciones leves empezaban a sentirse en su zona baja. Dejó de existir el resto de la gente para él, solo los bailarines y él estaban en su mente. No entendía lo que sentía, solo le gustaba. 

Cerró los ojos por un instante, dejándose llevar por la música. Al abrirlos lentamente, un chico que tanto extrañaba apareció frente a él.

—Checo… —susurró al reconocer al mexicano, quien le sonreía con dulzura.
La cercanía entre ambos era tal que podía sentir su respiración. Sus miradas se encontraron, intensas, y él bajó la vista hacia sus labios. Podría besarlo en ese preciso momento, aunque su mente le gritara que no lo hiciera.

Pero se acercó, decidido, dejando que su corazón hablara más fuerte. Justo entonces, el último acorde de la canción resonó, devolviéndole bruscamente a la realidad.

Su amigo lo miro. —¿Estás bien? —Cuestionó Lando tocándole el hombro. Max se desconcertó sobre todo a su alrededor y se fue corriendo al baño.  

Sentado en el piso del baño trataba de entender qué pasaba con él, pequeñas lágrimas salían de sus ojos. ¿Por qué lo imagino a él? ¿Porque quería besarlo?  Esas interrogantes invaden su mente. 

Empezó a recordar su vida, su padre un hombre a quien admiro toda su vida, su mejor amiga Kelly de quién creía estar enamorado. Todas esas veces en las que había intentado sentir algo por ella, esas ocasiones en la que ella lo besaba y él no sentía nada con eso. Se maldijo en su mente y comenzó a soltar cada vez más lágrimas. Odiaba ese sentimiento de no poder entenderse a él mismo. 

Sacó su celular y observó la foto que tomó en la biblioteca. Se preguntaba qué hacía especial a ese chico Mexicano. Tal vez era el alcohol en su sistema, el descubrir una vida diferente, no sabía exactamente qué era pero algo lo llevó a llamarlo. Busco su número y llamó, su corazón latía rápidamente en cada timbre, sin embargo no hubo una respuesta. 

—Max, ¿puedes salir? —Se escuchó en el baño.

—¿Que pasa conmigo Lando?—. Cuestionó el rubio saliendo con lágrimas en sus ojos. El otro solo lo observó y le dió un fuerte abrazo. 

Ambos dejaron el lugar, las cosas que habían pasado eran suficientes para que Lando confirmara lo que siempre pensó. Conducía de vuelta a casa con un Max relajado a su lado, aún un poco ebrio asomando su cabeza por la ventana mientras el aire lo golpeaba.  

Al dejarlo en su habitación hablaron un momento. —No te agobies demasiado tratando de entender, solo sientes lo que sientes y eso está bien, tómate el tiempo necesario para asegurarte que es así, no quería hacerte sentir mal hoy, solo quería que vieras más allá de tu vida tradicional. —Se dieron un fuerte abrazo y Lando salió de su habitación. 

Al quedarse en su habitación a solas pudo pensar más, tal vez Sergio le hacía sentir cosas que no entendía pero no planeaba buscarlo hasta entenderse él mismo primero. Así que agradeció que el otro no respondiera esa llamada hace un rato. Entró a instagram y volvió a ver la foto en su feed, la admiro un momento y luego la archivo.  

Holaa:))
Espero les esté gustando la historia, gracias por leer, me gusta mucho leer sus comentarios JAJAJJ<3

También estoy subiendo contenido a tiktok por si gustan leer por allá. @Vers

Mexican Boy  |Chestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora