Lewis

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Una semana llena de nuevas personas, nuevos lugares y sobre todo nuevas emociones hacían sentir a Sergio feliz, su padre parecía acoplarse bien a ese mundo y eso lo hacía feliz, aún cuando por ser nuevos y ser su hijo parecía ser el centro de atención de Mónaco. 

Extrañaba un poco Estados Unidos, vivió gran parte de su vida ahí, mientras su padre se esmeraba cada vez más para darle una mejor vida. Aún así nada se compraba con su hogar, México era su hogar, la infancia que pasó con su familia siempre será su mejor recuerdo.

Su celular comenzó a timbrar, era Lewis. Lo que significa que estaba por llegar.

Antes de salir Sergio se despidió de su padre dándole un beso en el cachete. -Portate bien hijo, ten cuidado.
-Sí papá, te quiero.

Sergio salió de casa para subirse al deportivo de su amigo, ambos irían de fiesta al mar, los amigos de Max habían planeado una fiesta en un Yate así que pasarían la noche ahí. Sus amigos Charles y Carlos tenían compromisos así que eran los únicos que no podían asistir.

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Kelly había planeado perfectamente la diversión del fin de semana, ella y los chicos solo buscaban divertirse un rato para olvidar el estrés familiar.

El lugar estaba lleno de alcohol, música y algunas otras sustancias no muy legales. Todos se divertían, siempre han sido así, pasaban el tiempo en el mar siendo felices, gastando su dinero.

-Es más bonito el mío. -Dijo Max acercándose. -¿Tienes uno? -Cuestiono Checo. -Si, tengo uno, todos tenemos uno en realidad, no sé porque rentaron uno. Le dijo pensativo. Pierre se acercó a darles unas bebidas a ambos para que la fiesta comenzará.

Todo parecía ser tan relajante, la mente del mexicano divagaba en la nada, la brisa del mar y el alcohol en su sistema lo dejaban en un estado de calma, no sentía preocupación alguna sobre nada, simplemente existía y eso era suficiente. 

Todos a su alrededor reían mientras bailaban, sus voces eufóricas por la adrenalina se hacía notar, era un espacio que emanaba felicidad, solo eran jóvenes con una buena vida y todo a su disposición, algo que lucharian por mantener así.

Max sentado observaba al pelinegro de lejos, cómo dejaba su rostro expuesto a los rayos del sol, ese color dorado que hacía su piel más brillante, esa sonrisa que transmitía felicidad.

-Maxi. -Llamo Kelly.
-¿Si? -Dijo este volviendo al mundo.
-¿Te agrada Pérez? -El rubio se quedó en silencio por unos segundos.
-Si, él es mi amigo ahora y me agrada mucho.-Respondió.
-¿Te agrada más que todos nosotros? -Interrogó ella con un tono serio.
-¿Por qué preguntas?
Kelly lo miro a los ojos.-Todos somos amigos de años, hijos de padres amigos, padres que manejan la ciudad y cuando nos enteramos más de cómo funciona el mundo juramos cuidar lo que nos pertenece. Lo hemos hecho, todos juntos.

Max se tomó unos momentos para pensar lo que ella decía. -¿Por qué Sergio sería un problema? -Pregunto confundido.

-Vamos Maxi, su padre intenta hacer cosas que no benefician a nuestras familias, está construyendo un buen imperio pero nos está quitando un poco del nuestro. Está bien que haga negocios, pero no debe ser mejor que nosotros. ¿Lo recuerdas? Cuando alguien llegó y te molesto tanto que tuvimos que intervenir. Y funcionó, ahora él está aquí siendo parte de nosotros, pero no mejor.

Max no podía decir nada, entendía perfectamente, después de todo el comenzó ese movimiento cuando su padre se lo pidió.

-Lo siento cariño, se que te agrada pero tendremos que hacer algo con eso. Tal vez aún puedas conservar su amistad, con Lewis funcionó, a pesar de que nunca ha sido de tu agrado. -Dijo la chica besando su mejilla y parándose para dejarlo solo.

El resto de la tarde el rubio había estado demasiado pensativo, no quería perder su amistad, esa que le divertía tanto y lo hacía más feliz últimamente. Sin embargo, tampoco podía evitar lo que tenía que pasar.

Checo llegó a pararse junto a él recargándose en el barandal. -Me gusta mucho el mar. -Comentó. Max solo sonrió. -Debería dejar la escuela y convertirse en un pirata. -Dijo riendo observando al rubio pero este parecía no tener nada que decir.

No le había prestado suficiente atención hasta ese momento. Se detuvo a observar los ojos azules de Max: tan claros como el cielo y tan profundos como el mar. "Qué lindos ojos", pensó.

-Gracias por invitarme Max, me la estoy pasando muy bien. -Dijo Checo a lo que Max solo le sonrió.

Un poco extrañado volvió a tomar un trago de su bebida, había perdido la cuenta de cuántos llevaba y la noche apenas estaba comenzando. 

Lando los observaba de lejos. -Piquet, ven. -Dijo en voz alta. -¿Qué pasa? -Cuestionó ella.

-¿No te da miedo? La mirada de Max es diferente con él, también hace cosas que nunca ha hecho por ti. -Mencionó Lando mirando a los dos chicos.

-¿Qué quieres decir? -Pregunto confundida.
Lando volteo a verla.-Es decir, ¿Porque nunca se formalizó contigo? ¿Siquiera te ha dicho que le gustas?. -Basta Norris. -Dijo firmemente. -No porque tú tengas gustos diferentes significa que Max también los tenga.

Kelly un poco molesta por los comentarios que le parecieron incómodos fue hacia Máx y se pegó el resto del día a él, encargándose que todos bebieran lo suficiente. El rubio bailaba feliz, aunque no era de los que bailaban, cuando bebía demasiado nada lo detenía.

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Lewis se despertó con un fuerte dolor de cabeza, no tenía idea de cuándo fue que se quedó dormido, había tomado suficiente alcohol como para perder el conocimiento. Al levantarse notó que estaba en una cabaña y todos los chicos estaban ahí. Camino buscando a Sergio entre los demás dormidos en el piso.

Al no encontrarlo por ningún lado corrió de vuelta al muelle a buscarlo, tenía un mal presentimiento que esperaba fuera erróneo.

Corrió adentrándose en el barco encontrando a un Mexicano dormido junto a muchas botellas de alcohol, bolsitas blancas y otras sustancias que llamaban mucho la atención. 

-Lewis despertó a Sergio quien no podía entender nada, estaba medio dormido y cansado. -Vamos Checo, tenemos que salir de aquí. -Dijo cargando en sus hombros fuera ahí. Al subirlo al auto se quedó unos minutos, quería confirmar algo.

Cinco minutos después llegaron unos policías al lugar, al verlos Lewis maldijo en su mente y encendió el auto para irse. -Al menos no deje que te lo hicieran a ti también. -Dijo en voz baja a un Sergio que aún seguía dormido en el asiento de atrás.






Holaa, que tengan buena tarde:)

Parece que vamos a conocer más de Max y sus decisiones:)

Espero les guste y les quería comentar que subi una historia corta y estaré subiendo otra hoy:) una un poco triste y otra feliz para balancear jajaja.

Gracias por leer<3

Mexican Boy  |Chestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora