Mexican Boy |Chestappen

A amarte

Casi una semana había pasado desde que Checo despertó, odiaba muchísimo estar en casa, comía todas las verduras que le preparaban para recuperarse, también tenía terapia física y sus piernas se sentían más firmes, se preparaba para su terapia matutina mientras charlaba con alguien al teléfono. -No sé, tal vez en unos días ya me dejen ir a clases. -decía triste.

-No se Sergio, despertaste hace muy poco, tal vez te tome otra semana. -dijo el otro tras la línea. -Pero mi terapeuta dice que estoy muy bien y mejoré muchísimo físicamente. -dijo tratando de convencerlo. -Bueno pregunta qué opina sobre que vuelvas a clases, pero no te desilusiones si dice que te falta tiempo. -comentó tratando de ayudar.

-Voy a tener que colgar, Sergio por favor mantente al tanto de como estás y cómo va todo. -pidió. -Está bien Lancé, te hablo mañana, suerte en el trabajo. -se despidió terminando la llamada.

Lancé y Checo solían hacer llamadas por las mañanas, estuvo una semana a su lado mientras Checo estaba inconsciente pero eventualmente tuvo que regresar a Estados Unidos.

Sergio salió feliz de la terapia pues le dijeron que podía incorporarse a sus clases pero manteniendo la terapia, porque sus piernas ya no fallaban pero el programa decía que duraría más de un mes.

Debido a eso decidió que para su tarde con Max quien iría saliendo de clases, iría a comprar cosas que necesitaba para su tarde de cocina. Podía pedirla a domicilio pero él realmente necesitaba salir.

Al abrir la cochera se quedó unos segundos parado observando su auto, no era el deportivo del accidente pero le causaba incomodidad de igual manera. Decidió que no estaba listo para conducir así que pidió un Uber que lo llevará ya que todos sus amigos estaban en clases.

Cuando llegó a un supermercado empezó a buscar la nota que le había hecho su cocinera en dónde le dijo lo necesario para la comida, pero parecía que la había dejado en casa así que se puso a buscar en internet qué cosas necesitaba.

Después de sus compras decidió ir a la cafetería donde Max le había comprado macarons en su cita. Compro algunos macarons y un pastel para el postre después de la comida.

Se quedó confundido parado en la salida, al ver a Max saliendo del restaurante de al lado con esa chica quien le tenía la mano en la cintura. Lo vio despedirse de la pareja que los acompañaba y quedarse solo con ella. -Me portée como un patán frente a ellos, ¿no es así? -Cuestionó riendo el rubio. -Si, fue increíble, mi madre te miró con desprecio. -Respondió feliz la chica. -¿Max? -cuestiono una voz familiar detrás de ellos haciendo que volteé mientras Checo los miraba confundido. -¿Checo? ¿Qué haces fuera de casa? -Cuestionó el rubio preocupado de verlo fuera. -¿Quién es ella? -Cuestiono sin importar las preguntas.

Los otros dos lo miraron asustados. -Checo...¿no sabes quien es? -Interrogó el rubio con un semblante preocupado. A lo que él mexicano negó. -Sergio, soy Charlotte, nos conocimos antes ¿recuerdas?, la cena benéfica... la reunión antes de la carrera...¿si? -Checo la miró tratando de entender. -¿Cena benéfica? No sé de qué me hablas. -Dijo dando pasos hacia atrás cuando la chica se acercó a él. -Max dijiste que él estaba bien. -dijo ella.

Max se acercó a él. - Checo...vamos a casa. -le dijo a lo que un muy confundido Sergio le obedeció. Max volvió a ver a Charlotte. -Ve, le diré a Alex que venga por mí. -dijo ella.

Al subirse hubo un momento de silencio, Max no sabía qué decir, el mexicano no había presentado ningún indicio de fallas en su memoria, aunque bueno prácticamente casi no interactuaba con nadie más que él y los médicos.

-¿Por qué la tomaste de la cintura? -Cuestiono Checo con curiosidad y cierta molestia. - Es, Charlotte, mi padre te la presento en la cena benéfica, también estuvo en la reunión después de la cena y en el día que hicimos el sorteo de la carrera, dijiste que recordabas esa reunión. -dijo Max colocando su mano en la pierna.