Jenny desvió su atención ha su sobrina quien cargaba una gran caja con objetos dentro de ella, dejó su taza de café aun lado para acercarse. — ¿Que es todo eso?
—No tengo idea. — La adolescente acomodó un mechón de su cabello detrás de su oreja, miró entre las cosas intentando encontrar algo de utilidad. — Lo encontré en lo más profundo y más oscuro de la casa.
La mayor rio tomando nuevamente su taza de café y caminar hacia el sofá, al ponerse cómoda encendió la televisión, después de unos minutos una fotografía se poso frente ella para ser retirada rápidamente.
—Creí que Logan era con el único que saliste en tu adolescencia. — Se acomodó en el sofá observando las fotografías.
Ahí estaba, su tía Jenna en la adolescencia con una gran sonrisa, cambio de fotografía para verla besando la mejilla de la chica ha su lado, Elena la miro al ver que los ojos de la chica brillaban como si de un flash se tratara con lo que parecía pigmentos de color azul, lo que provocaba que sus ojos y su rostro no se veían claramente.
Sonrió para mirar ha su tía quien ya tenía su atención en ella. — Te ves, muy feliz. — Comentó al ver la sonrisa de la mayor en la fotografía. — ¿Quien es?
Jenna la miro, mantuvo su mirada sobre ella durante unos segundos para levantarse y alejarse, Talia Hale era una herida abierta que en todo ese tiempo aún no podía sanar, aun le dolía la forma en la que la alejó con el corazón roto.
Suspiro dejando la taza de café, al girarse su sobrina se encontraba frente ella esperando una respuesta, el silencio se mantuvo durante minutos, la adolescente suspiro para dejar las fotografías ha un lado. — Esta bien, si no quieres decírmelo. — Tomó su bolso del sofá. — Saldré con Bonnie y Caroline, regresare pronto.
Sonrió para salir de la casa, sin embargo el silencio se mantenía en el hogar, el timbre de la residencia se escuchó, dejó la taza de café en la mesa para dirigirse ha la puerta, tal vez era solo Elena quien había olvidado algo.
Sonrió al abrir la puerta de madera, casi de inmediato intento cerrarla al ver de quien se trataba, fallo cuando fue empujada hacia atrás. Talia Hale entro ha la casa cerrando la puerta detrás de ella.
—¿Que haces aquí? — Se cruzó de brazos, Talia por otro lado recordaba la misma actitud cuando Jenna la celaba cuando otras chicas se le acercaban. — ¿Como descubriste en donde vivía?
—Es un pueblo chico. — Se acercó provocando que la humana se alejara, ante su mirada suspiro. — Tyler me lo dijo.
Miró ha su alrededor para caminar hacia la cocina, su mirada se poso en la gran caja que se encontraba en la barda de mármol, su atención se dirigió ha el periódico dentro de el. Incendio en la residencia Hale.
¿Le contaron a alguien? Ay gemelitos, ¿no creen que es demasiada culpa? Que sin darse cuenta me ayudaron a localizar al resto de la manda.
Su cuerpo se tensó al recordar las palabras de Kate, dejo el periódico en su lugar para girarse observando los ojos cafés de Jenna. — ¿Que haces aquí?
—Yo vine ha decir, Lo siento.
Talia giro su rostro al sentir su mejilla arde, nuevamente. Seguido de múltiples golpes en su pecho y empujones, intento sostener sus manos pero no obtuvo éxito. — ¿Lo sientes? Es todo lo que dirás. — Cuestionó continuando con sus ataques. — Después de todo el dolor que sentí, después de que me dejarás si explicaciones, ¿vienes ha decir los siento?
En un rápido movimiento, Talia rodeó el torso de Jenna con sus brazos, los sollozos de la humana ya eran presentes, todo lo que la licántropo podía hacer era abrazarla fuertemente.
Ambas se quedaron en silencio, Talia concentro su audición en los latidos de Jenna, eso era uno de sus pasatiempos favoritos. — Yo, no quise dejarte. — Admitió. — Pero tuve que hacerlo. — Separó su rostro observando las lágrimas caer por su mejilla. — Esta vez, no te dejare ir.
La miró ha los ojos antes de juntar sus labios, el beso era Perfecto para ambas, fue con pasión demostrando el dolor que sufrieron por la ruptura, el beso se terminó ante la falta de aire de sus pulmones, Jenna sonrió juntando nuevamente sus labios, solo que esta vez fue más corto.
—Tu, ¿quieres quedarte ha comer? — Preguntó acariciando su clavícula de manera nerviosa, ¿La perdonaría después de todo el dolor que le provocó? Claro que si. — Puedo preparan algo para que te quedes.
—De acuerdo. — Sonrió soltando su cintura. — Creo que Derek puede resistir unas horas más sin mi. — No todo fue malo contra los alphas, su hermana menor Cora, estaba con vida.
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