Jack se sentó en su habitación, el peso de la decisión que estaba a punto de tomar lo abrumaba. Finalmente, decidió que no podía seguir ocultando la verdad. La traición de Sofía lo había lastimado profundamente, pero la preocupación por Kleiver era aún mayor. Jack sabía que debía ser honesto con él.
Un día, después de varios intentos de enviarle mensajes, finalmente se encontró con Kleiver en el parque. El ambiente era tenso, pero Jack no podía esperar más. "Kleiver, ¿podemos hablar?" dijo, su voz entrecortada. Kleiver, con una mirada seria, asintió y ambos se sentaron en un banco.
"Lo que pasó entre Sofía y yo… necesito que sepas la verdad", comenzó Jack, sintiendo que cada palabra era un ladrillo en su pecho. "Ella me drogó para que pasáramos la noche juntos. Me lo confesó una amiga, y no puedo seguir ocultándote esto". La confesión salió como un susurro, pero el impacto fue inmediato.
Kleiver se quedó en silencio, procesando la información. "¿Qué? ¿De verdad?" preguntó, con incredulidad. Jack asintió, sintiendo que una parte de él se liberaba al compartir su dolor. "No sabía qué pensar. Me sentí utilizado y traicionado. No puedo permitir que eso se interponga entre nosotros".
Kleiver, aunque inicialmente atónito, sintió una oleada de compasión hacia Jack. "Lo lamento, amigo. No debería haberte dejado solo en esto. Me dolió verte con ella, pero no sabía que había algo más". Con el tiempo, ambos comenzaron a hablar sobre sus sentimientos y la confusión que había surgido entre ellos.
El acercamiento fue lento, pero al menos ahora había un camino hacia la reconciliación. Pasaron un tiempo distanciados, dándose espacio para procesar lo que había sucedido, pero ambos sabían que el vínculo que compartían era fuerte. Con cada conversación, la confianza comenzó a reconstruirse.
Mientras tanto, Sofía se encontraba en un lugar solitario. Después de haber confesado su manipulación, sus amigos se alejaron de ella, y la culpa le pesaba en el corazón. Sin nadie en quien confiar, la soledad se convirtió en su única compañía. Sofía sabía que su comportamiento había sido inaceptable, y aunque su deseo de acercarse a Jack era fuerte, ahora era más cautelosa. No quería arruinar las cosas nuevamente.
Decidida a recuperar a Jack, pero con un enfoque diferente, Sofía comenzó a actuar con más sutileza. Se dio cuenta de que no podía ser tan abierta como antes, así que se dedicó a observar desde la distancia, buscando momentos para acercarse sin levantar sospechas. Su enfoque era mucho más reservado, y aunque estaba llena de culpa, la soledad la impulsaba a intentar recuperar lo que había perdido.
Un día, mientras Jack y Kleiver se encontraban en un café, Sofía decidió acercarse. Con una sonrisa nerviosa, se presentó ante ellos. "Hola, chicos. ¿Puedo unirme?" La tensión era palpable, pero Jack, recordando su compromiso de ser amable, asintió. Kleiver, aunque incómodo, no dijo nada.
La conversación fue tensa, con Sofía tratando de mantener un tono ligero mientras se esforzaba por ocultar su ansiedad. Sin embargo, Jack y Kleiver intercambiaron miradas llenas de complicidad, y Sofía sintió que su corazón se hundía. A pesar de sus intentos, la conexión entre ellos era más fuerte que cualquier cosa que pudiera ofrecer.
Con el tiempo, Jack y Kleiver comenzaron a reconstruir su amistad. Se hicieron más cercanos y decidieron dejar atrás el pasado, aunque la sombra de Sofía seguía presente. Lo que una vez fue un triángulo amoroso se transformó en una lucha interna para Jack, quien se debatía entre la lealtad hacia Kleiver y los sentimientos confusos que aún podía tener hacia Sofía.
Sofía, al darse cuenta de que sus esfuerzos estaban siendo en vano, intentó cambiar su estrategia. Comenzó a hablar con otros amigos en común, buscando la forma de volver a conectar con Jack. Pero cada vez que se encontraba con él y Kleiver, la tensión era evidente, y su corazón se llenaba de incertidumbre.
La lucha por recuperar lo que había perdido se volvió aún más intensa para Sofía, quien se sentía acorralada por sus propias decisiones. La soledad la había transformado, y aunque trataba de ser cautelosa, la culpa y el deseo de redención la consumían.
El capítulo terminó con Jack y Kleiver más unidos que nunca, pero siempre con un ojo en Sofía. Mientras tanto, Sofía se debatía entre sus sentimientos y las repercusiones de sus acciones. La pregunta que flotaba en el aire era: ¿podría realmente cambiar y recuperar el lugar que había perdido en sus vidas, o estaba condenada a ser una sombra de lo que alguna vez fue?