𝐌𝐀𝐑𝐁𝐋𝐄 𝐄𝐘𝐄𝐒 || JJ Maybank

20

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—¡Pero mira quienes están por aquí! —exclamó John B acercándose con el barco. Las tres chicas los esperaban sentadas—. ¿Necesitáis que os remolquen?

—Que gracioso... —Murmuró Mara cruzándose de brazos.

—Eh, chicas. —Kiara las llamó haciendo que ambas la miraran—. No le deis el gusto de saber que ya nos reconciliamos.

—Por supuesto que no. —Sarah sonrió levemente y cuando los chicos llegaron subieron al barco dejando el de Heyward atrás.

JJ miró de reojo a Mara, quien se sentó a su lado y bostezo, tenía un mal despertar para ser realistas, y le costaba mucho levantarse.

—¿Habéis arreglado vuestras diferencias? —Preguntó John B alzando una ceja.

—No, pero —Sarah miró a ambas chicas—. Hemos decidido que trabajaremos juntas.

—Exacto. —La ojiverde apoyó su cabeza en el hombro del rubio, quien miró a John B con una sonrisita.

—Eso ya es un paso. —el castaño sonrió de dientes y antes de arrancar el motor le indicó con gestos a JJ que le pasara el brazo por encima a Mara. Esta ni siquiera se quejó.

—Muchas gracias, John B. —Mara se bajó del barco junto a JJ, tenían que trabajar—. Por hacerme pasar mi cumpleaños en un barco.

—Ten anda. —el chico le lanzó una caja y Mara frunció el ceño—. Feliz cumple cascarrabias, nos vemos por la noche.

Tras ello JJ y la chica caminaron por el puerto acercándose a la oficina de Nate, el padre de Mara. La ojiverde estaba muy feliz abriendo su regalo, aunque sonrió aún más cuando vio que se trataba de una pulsera azul y blanca donde había una concha. Justo al fondo de la pequeña caja había una carta.

"Eres la hermana que nunca tuve. Feliz cumpleaños Mar, siempre dejaré las papas fritas en el mismo lado del plato para que puedas robarmelas".

—¿Qué te ha dado? —Preguntó JJ abriendo la puerta del local dejando pasar a Mara.

—Una pulsera. —Mara se la enseñó con una sonrisa mientras se la ponía. Se acercó al mostrador y saludó a su padre—. ¿Necesitas algo hoy?

—Uhm, no. Podéis tomaros el día libre. Bob ha limpiado los barcos. —Nate sacó de su bolsillo algo de dinero y se lo dio a Mara, miró a su hija y se acercó para abrazarla con fuerza—. Te quiero, cuidado.

—¿Vale...? —La ojiverde hizo una mueca al notar lo mucho que se preocupaba su padre. Algo pasaba.

—No se preocupe, señor Carter. Soy todo un caballero. —JJ inclinó un poco su cabeza y el mayor alzó las cejas apretando sus labios.

—Venga... —Mara lo empujó tomando su brazo para salir del lugar—. ¿Qué quieres hacer?

—Te ha dado pasta. Podemos hacer mucho. —JJ alzó las cejas y se apoyó en un poste de madera esperando que a la castaña se le ocurriera algo. El rubio tuvo una idea y se pasó una mano por le pelo antes de hablar—. ¿Quieres tener una cita?