I know (Tom Odell) TERMINADA. Parte I.

Cap. 12 Nuevo Empleo.

— No hablas en serio, Claire —rió incrédulo.

— Es cierto, todo lo que he dicho es cierto. Lo-Lo siento...

 Jamás había estado tan alejada de Tom como en ese momento. Era algo que tenía fin por siempre.

— Debo irme.

— ¿Al menos puedes dejar de fingir que no te importo? —dijo tomándome del brazo.

— Suéltame —su mano me liberó, dejándome ir lejos de todos los momentos pasados.

 Bajé las escaleras, allí el clima era mejor pero mi corazón estaba frío. Había dado un adiós eterno y una parte de mí quería regresar, aunque sabía que no sería la excepción: Tom era un músico que viajaba y podía salir con quien deseara, mientras que yo era una niña enamorada.

 Un taxi me llevó a casa esa noche. Recostada en mi alcoba decidí borrar al rubio de mis contactos, era un paso para tratar de olvidarle aunque suene absurdo. A la mañana siguiente sabría que nada volvería a ser como antes.

— Buenos días, cielito —me saludó mi madre—. Hoy es un precioso día, por suerte el invierno esta llegando a su fin.

— Buenos días, sí, finalmente termina...

— ¿Ocurre algo?.

— No, nada. Estoy un poco cansada —mentí—. Sabes, renuncié a Sonic y comenzaré a trabajar en quién sabe qué.

— ¿Cómo es eso?, pero si te encantaba ir allí.

— Ser secretaria no es mi estilo. Me inclinaré por la fotografía al cien por ciento.

— Bueno, estoy feliz por ti, pero...

— Tranquila, ese empleo es seguro —terminé de añadir—. Pronto me graduaré. Por cierto, subiré a vestirme.

— Claro dulzura —me besó en la mejilla.

 No tenía en cuenta que en menos de un mes y media dejaría a ese edificio de estudio atrás. Llamé a Matilda Brown algo temerosa de que no me recuerde o peor, de que se enfade por recibir un llamado a las 8 a.m.

— ¿Hola, Matilda Brown?.

— ¿Quién eres tú? —oí nerviosa.

— S-soy Claire Kennedy, ayer nos hemos encontrado y...

— ¡Oh sí, la pequeña fotógrafa!. Cariño hubieras empezado por ahí, ¿Conoces Avenue Baker Street?.

— ¿Baker Street?, s-si...

— Ve allí a las 17 p.m, numero 187 piso 5. Si te preguntan: no vas a buscar empleo de ninguna forma —diciendo eso cortó comunicación.

— ¿Ma-matilda?. Que rayos.

— ¡CLAIRE! —era la voz de Dylan—. ¡Hey, Claire!.

 Me detuve y observé como corría desde la otra calle, era una monada. Lo esperé con una sonrisa.

— No respondiste mi mensaje ayer. 

— Hola, Dyl —besé su mejilla—, lo siento, me han ocurrido muchas cosas ayer con respecto al trabajo y esos asuntos...¿¡Cómo has estado!?.

— Muy bien...Veraz, quería invitarte, okay no, bueno...Sí. Esta tarde a...

— ¿Esta tarde?, ¡Oh, no. Estaré ocupada esta tarde!...

— Bueno en ese caso...

— ¿Podremos dejarlo para la noche?.

— ¿Noche? —su rostro se iluminó—. S-sí ¡Seguro!. ¿Estaría bien salir a comer hamburguesas?.

— Adoro las hamburguesas, en especial si tienen extra cheddar —reí.

— Pero, debemos ir al centro. Tengo una entrevista de trabajo o algo así y no estaré aquí, si no te importa.

— No, no me importa. ¿Entrevista?, pero si tú ya tienes empleo.

— No más, he renunciado.

— ¿En verdad?, ¿Qué ocurrió?, ¿Problemas con tu jefe?.

— Hmm, podría decir que sí, aunque es gran parte mi problema. Decidí terminar con eso y tan pronto lo hice me surgió una oportunidad de parte de Matilda Brown.

— ¿Quién es ella?.

— Trabaja en The Sun...

— ¿The Sun? ¡Oh, Claire eso es magnifico! 

— ¡Lo sé!, pero aún no tengo idea de que va el empleo. Matilda me ha dicho que tengo talento con la fotografía y conoce a personas que me ayudarán, bueno, supongo.

— ¿Será hoy tu entrevista?.

— Así es. Debo ser puntual a las cinco. Luego podremos ir a comer hamburguesas.

— Sin dudas, festejaremos tu nuevo empleo —dijo golpeando levemente mi brazo.

* * *

 Al llegar a Baker Street seguí las indicaciones de Matilda, quizás si no lo hacía el gran tipo de cuidaba la puerta no dejaría que de un paso.

 —Soy Claire —dije golpeando la puerta cuando preguntaron quién tenía la dicha de llegar.

— ¿Enviada de...?

— Matilda Brown.

— ¡La fotografa! —chilló un excéntrico hombre, era calvo y tenía un gran estilo de la moda—. Tu puntualidad me sonroja, pasa, pasa. Bueno cariño, no te quedes quietecita, pronto vendrá tu modelo.

— ¿Mi modelo?. Disculpe, n-no estoy enterada...

— ¿Brown no te ha dicho por qué estás aquí? —su mirada se posó en mi cámara. 

— De hecho...no.

— Y haz venido  sin ninguna idea quién sabe de dónde... Niña, me encanta tu entusiasmo. Ponte cómoda, serás la fotógrafa de la nueva cara del momento, bueno, más bien del segundo. Esa modelo es una hoja al viento —rió.

— Pero, no tengo idea de como fotografiar modelos, nunca lo he hecho. Tal vez Matilda se ha confundido...

— Te encuentras aquí, no hay ninguna confusión. Tiene pase libre para irte, aunque no creo que te animarás a salir. Muchas personas matarían por estar hablando conmigo ahora mismo y tú ni siquiera saber quién soy, pero cariño, sé que no eres una tontilla.

 Sus palabras me dejaron pensando, definitivamente no sabía con quién me encontraba, era como si ese tipo leyera mi mente. Esperé nerviosa la llegada de esa modelo, quizás no quedaría en el puesto, pero jamás lo sabría si no lo intentaba. 

— ¿Cómo es su nombre? —pregunté.

— Carl Mathew, diseñador de moda —respondió cordial.

— Lamento no haberlo reconocido, no soy fana de la moda, como puede observar.

— Tienes un estilo fresco, tal cual revives en tu edad, me gusta —miró mis zapatos—. ¿Martens eh?, creo que tú y yo podemos llevarnos bien. Si tan sólo usaras Chanel...

 La modelo había llegado, era rubia, demasiado flaca y alta, pero sin dudas bella.

— Muy bien todos, a sus lugares —se dirigió a la modelo—. Ésta será la ultima vez que pisarás el mismo piso que el mío, lo siento Katie, ya sabes que me aturde lo impuntual.

— Pero Carl, yo...

— A sus lugares —indicó nuevamente.

 Era mi momento, saqué mi cámara, casi podía sentir la presión de todos esos ojos observándome. Katie aunque tenía su despido en juego, nunca dejaba su profesión de lado y hacía como si nada pasara. Tomé fotos de todas las posiciones indicadas por Carl, cuando por fin terminé, caí en cuenta de que sudaba.