Cap. 8 Triunfo.

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—¿Qué te ocurrió?, ¿Mal día de trabajo? —preguntó Dylan sentado en mi sofá familiar, mi padre y madre estaban en la cocina, dónde de vez en cuando echaban miradas hacía nosotros.

—Lamentablemente sí —suspire—. ¿Tú qué haces aquí?.

—Vine de visita, deberías ser menos grosera y servirme.

—Mi madre te ha hecho un pastel Dyl, no esperes nada de mí.

—No me llames Dyl —sus mejillas demostraron un rubor—, es extraño.

—Lo siento..

—...Tan extraño como tu padre, me ha invadido de preguntas sobre tú y yo. Creo que quiere que nos casemos y luego me asesinará.

—No creerás lo que dice ¿O si?, sólo le parece extraño que alguien entre a mi casa, se acueste en nuestro sofá y coma pastel de mi madre sin decir nada.

—Creí que había confianza entre nosotros, Claire. Me sorprende tu frialdad.

Solté una risa, que me hizo olvidar de todo el mal rato pasado con Tom.

Luego cenar Dylan se marchó, prometiendo que mañana volvería nuevamente.

Subí a mi habitación y me recosté, pensaba en Cara y lo linda que era, lo inalcanzable que es mi "belleza" comparada con la suya. Dylan era crudo para decir la verdad, pero justamente tenia razón, siempre habrá alguna supermodelo para quitarte a tu pianista y no cabía lugar para darme esperanzas.

* * * * *

Llegué al estudio, en la escuela me lo pasaba genial, últimamente mis días allí eran divertidos y todo se debía a mi nuevo amigo. Todo sería un poco difícil luego de lo ocurrido el día anterior, pero debía ser fuerte.

—¿Cómo estás, Tom? —saludé alegre.

—Claire —dijo inexpresivo—, bien ¿Y tu?.

—Bien, genial —sonreí.

Simplemente me observó un instante, para luego bajar la mirada. Se veía molesto, ¿Habría ocurrido algo con Cara?.

—¿Te sientes bien? —pregunté.

—De maravilla...

—Deberías informarle a tu rostro...

—¿Disculpa?.

—Lo siento, es sólo no luces contento.

—Tal vez necesite irme a casa, a ti te sirvió ayer —dijo mirándome fijamente.

—Si quieres puedes retirarte —no me gustaba su tono de voz, era como si buscará pelear sin razón.

—Necesitaría un abrazo en cuanto llegue, a ti parece que te mejoró la vida, podría funcionarme, ¿Qué dices? —sonaba como si estuviera retándome, y era algo que no podía tolerar.

—Hmm, quizá deba ser eso, podrías irte ahora mismo y si lo quieres, puedo llamar a Cara —sonreí—. Despreocúpate.

—No creo que funcione, Cara no es mi novia —dijo molesto.

—Vaya lastima, pero que sea o no, te aseguro que no cambiaría la situación, aunque sí tu humor —solté mientras ordenaba mi escritorio.

—A ti te funcionó con tu novio —de pronto me detuve en seco, ¿Tom creía que Dylan era mi novio?, ¿Estaría celoso?.

—N-no —solté nerviosa—, él no es mi novio...

—Vaya lastima —soltó con sorpresa, mientras podía notar a sus ojos brillando triunfales.

—¿Te irás a casa?.

—No. Estoy bien aquí —contestó recostado su sofá—. Háblame de tu pseudo novio, soy todo oídos para el amor.

—No hay nada de que hablar.

Él ya me estaba sacando de mis casillas.

—Vamos Claire. Te oigo, soy tuyo ahora...

Estaba jugando conmigo, lo hacía en verdad y yo estaba hecha una furia por dentro. Si Tom Odell creía que podía hacerme de su club de fans se equivocaba, a partir de ese momento le demostraría quién es el niño.

—Bueno...—me levanté de mi asiento y di unos pasos para colocarme a su lado en el sofá. Le daría razones para saber que no estaba en su maldito juego de super estrella madura—. Es de mi escuela, es uno de los tíos mas populares —lucía sorprendido por mi acto y por cómo comencé a hablar ligeramente—, un día se accidentó por mi culpa y desde ahí tenemos una increíble relación. No ha ocurrido nada a partir de eso, sólo lo normal, tú sabes...—Tom tragó saliva mientras me observaba con la mirada fija, al no recibir respuesta decidí proseguir—. Me ha regalado Ziggy Stardust, fue un detalle tierno, de hecho él lo es. Es la razón por la que estoy feliz todos los días. Definitivamente Dylan me hace feliz.

Hasta yo misma me sorprendí al oír eso. Dylan había cautivado parte de mis sentimientos.


—M-me alegró por ti —se aclaró la garganta—. Me iré a casa. Puedes seguir tu misma hoy o irte con Dylan, como prefieras.

—Me quedaré — me incorporé en seco.

—Bien, adiós —saludó.

—Cuidate, Tom. Mañana nos veremos de nuevo —contesté triunfal.

El músico se fue sin decir más.







I know (Tom Odell) TERMINADA. Parte I.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora