Cap. 14 Despedidas y Reencuentros.

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— ¿Qué? —respondí perpleja, entre nuestros labios.

— T-te amo...

— Dylan... tú no puedes amarme, es...es mentira —me alejé.

— Claire, ¿Por qué crees que estado atrás de ti como un perro faldero?. ¿Amistad? JA!... Estoy enamorado de ti desde aquella vez que caí y reíste, tan maravillosamente —dicho eso se acercó a mí nuevamente—, tan única e irresistible.

— Yo... no sé que decir... 

 Estaba en shock, si había algo especial entre nosotros, pero jamás creí que Dylan podría amarme, y no estaba segura si correspondía a sus sentimientos, aunque una felicidad se adueñó de mí, y abracé su cuerpo con fuerza. Él siguió el mismo paso, hasta que luego de unos minutos nos separamos.

— Me iré cuando termine los estudios, Dyl. Lo siento muchísimo —dije evitando su mirada, él lanzó una risa.

— ¿Entonces no hay nada que pueda detenerte?.

— No. ¡Pero!...—¿Había excepciones?—¡Volveré!, será por un tiempo y estaremos juntos.

— ¿Cuánto tiempo?.

— No lo sé... No pido que esperes si no lo deseas, sólo pido que respetes mi decisión si en verdad me amas.

— Lo haré, sin dudas. 

*                                  *                           *

 Estaba en problemas, había ilusionado a Dylan y ni siquiera tenía una pizca de amor por él, de hecho sí, pero era cariño no ese amor que me confesaba. Me sentía una mentira con pies y sólo me tranquilizaba la idea de irme lejos.

— Cariño, hoy no será un día agobiante —comentó Carl 5 minutos después de entrar.

— ¿No?, ¿Acaso descansaremos? —respondí graciosa, ¡No hay descansos en mi empleo!.

— Nada de eso —movió sus manos exageradamente—, pero tendrás una sesión de fotos mucho más controlable que con esas modeluchas. Aunque sí, podrás descansar, aún faltan dos horas para que llegue.

— ¿Un perro vendrá a sacarse fotos? —bromeé.

— Ya lo conoces...

Me temí lo peor.

— Tom Odell —concluyó.

¿Por qué el mundo se interesaba en hacerme perder la cordura?.

— ¿Tom Odell?... —pregunté con la esperanza de que mis oídos me hayan jugado una mala pasada.

— Sí, ese mismo. —Miro mi rostro, dónde la risa se me había borrado completamente— ¿Te encuentras bien, Claire? Luces como si te hubiera dado una mala noticia.

— N-no, estoy bien... Sí, estoy muy bien. Iré al tocador, Carl. Será un segundo —tan pronto salí de esa escena, corrí hacía al baño.

 Tom Odell estaría en menos de dos horas en el mismo sitio que yo, después de semanas de no verle el rostro, luego de abandonar la terraza aquel día de invierno... Mis lagrimas brotaban, mis nervios estaban al límite de todo y yo sólo pude calmarme al pensar que quizás era todo un mal sueño. 

 Era inevitable estar nerviosa, intenté controlarme con la ansiedad y arreglé mi atuendo. Por supuesto, había mejorado mucho desde que trabajaba allí, y de un tiempo a otro logré crecer, dejando mi adolescencia muy atrás.

— Señorita Claire —llamó la secretaria de Carl—, puede ir hacía el set.

— Gracias Lucy.

 Debía ser fuerte, debía resistir ante esos sentimientos, debía ser profesional. 

— No durará mucho, debes estar acostumbrado a las fotografías —escuché la voz de Carl, conforme me iba acercando.

— Claro, lo cierto es que, últimamente me han interesado las fotografías —era la voz de Tom—, mi agente escogió un buen sitio...

 Allí estaba, tal como lo recordaba la última vez. Su mirada estaba clavada en Carl, pero en cuanto me acerqué, sus ojos se posaron en mí. Me observó desde las puntas de mis pies hasta mis ojos, su mirada me intimidaba totalmente. Carl también se percató de eso.

— Buenas tardes, Tom —saludé.

— Claire...—su voz había cambiado—, ¿Q-qué hay de nuevo?.

— Bueno, Claire dejaré que hagas tu trabajo en paz. ¡Lucy, llama a Grant Gilbert! —miró a Tom y luego a mí, supo inmediatamente que ocurría allí— Tom, nos veremos luego —estiró su mano, el rubio correspondió el gesto.

— Adiós, un placer.

 Mi jefe nos dejó, junto con las maquilladoras, una asistente y vestuaristas. Pero allí sólo podía sentir que eramos dos.

— ¿Podrías dejar de verme así? —dije ya molesta.

— ¿Han pasado semanas y me tratas de esa manera?.

— Sabes por qué estás aquí.

— Sí, claro que lo sé. He venido aquí porque ya no eres mi secretaria.

— ¿Qué? —pregunté confusa—, no es por eso.

— Sólo me faltó el pie de foto de una revista para encontrarte, aunque ha sido difícil insistir a Carl. Al parecer tienen una agenda llena.

— ¿Acaso tú...?.

— ¿Desde cuándo me ha interesado posar? —dijo sonriente—. Claire, he querido hablar contigo, pero no me he animado y por eso estoy aquí...

— Pues, ya es tarde. Te he dicho todo esa noche.

— ¿Sí?, por tu rostro al verme, creo que han sido sólo mentiras. Incluso lo de tu "novio", ¿No es así?.

— Q-qué diablos dices, n-no.

— No puedes fingir por mucho tiempo. Me lo creí esa vez, pero no ahora. 

 

I know (Tom Odell) TERMINADA. Parte I.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora