La mañana siguiente desperté lista para enfrentarme a todo nuevamente. Me sentía una pícara por provocar a Tom ese malestar llamado celos (¿Era así?), pero no debía hacerme ideas locas, ya que él nunca se fijaría en mí.
Tomé mi ropa favorita de mi armario y luego de un delicioso desayuno, me dirigía a mi escuela.
Un mensaje de Dylan me preguntaba que haría esa tarde: trabajar, fue mi respuesta. Eso no animó al chico, aunque lo aceptó de todas formas. Debía contarle la verdad, que trabajaba junto con Tom Odell, claro que no tenía relevancia para quién trabajase, pero no podía ocultar que ese músico me interesaba y me sentía una traidora por dentro, por Dylan y sin embargo eramos simplemente amigos, muy lindos amigos.
—¡Hey, Claire! —me llamó Dylan—, ¿Nos vemos luego?.
—¿Luego? —pregunté confusa.
— Te buscaré luego de tu horario, si te parece...
— Oh...Lo siento, no creo que pueda, mi jefe es algo...—pensé una excusa tonta, por alguna razón no quería que Dylan conociera a Tom, ¡de ninguna forma!— exigente, y seguramente tomaré unas horas extras, un total fastidio ya sabes.
—Bueno, en ese caso nos veremos mañana — sonrió—. Adiós inútil.
— Sí, claro, mañana...—sonreí— Adiós.
Algo entre nosotros estaba ocurriendo, ambos lo sabíamos, pero ninguno quería dar el gran paso, ese que separaba nuestra amistad de lo que podríamos ser. Definitivamente la tensión crecía día a día.
Cuando llegué al estudio mis preocupaciones aumentaba, quizás había sido un error hablar de Dylan, tal vez Tom me echaría y jamás volvería a verlo.
— H-hola —entré empujando la puerta, por un segundo me temí recibir la misma bienvenida con Cara, pero ella no se encontraba allí, simplemente estaba él sentado en su piano, con la vista perdida y un gesto de confusión quizá—, ¿Qué hay?...
— ¿Cómo andas, Claire? —me sonrió, tan dulce y apesadumbrado a la vez.
— Genial, ¿Y tú? —dije colocando mi mochila en una silla.
— Bien, genial.
— Me alegra oír eso...
— Lamento lo ocurrido ayer, sé que soné grosero, en verdad lo siento. Estaba un poco...molesto por algo relacionado con... —¿Dylan? quise preguntar—, bueno en fin, no importa ¿Puedes perdonarme?.
— Claro, no ha ocurrido nada, todos tenemos nuestros días malos y también lo siento.
— ¿Sí? —sonrió de lado— ¿Y por qué?, siempre has sido de lo mejor conmigo.
— No lo sé, creí que debía disculparme —reí.
— Claire, lamente muchísimo no haberte llamado en tu cumpleaños, ni antes o después, no quiero que pienses que no eres importante, de hecho estuve muy ocupado y... —¿Que no soy importante?, ¿Muy ocupado?, ¿Me hablaba en serio?, si tan ocupado estaba como para mentirme, debía de haber vuelto sin una noviecita. Con una llamada hubiera bastado para hacerme sentir importante, pero no, los hechos no resultaron así, y todo me olía a mentiras— por eso lo siento...¿Claire?.
—¡Oh disculpa, me he perdido un poco!... —me observó fijamente.
— Sólo quiero disculparme en verdad.
— Tom, descuida, incluso mis tías se han olvidado de mi maldito cumpleaños, no es tan importante si te pones a pensar, tú eres músico y debes tener mejores cosas que hacer mientras tu secretaria cumple su tonta mayoría de edad. Sólo somos amigos y definitivamente no me ha molestado. Bueno, si tu prefieres que así definamos nuestra convivencia, claro.
— Sí —se mordió el labio inferior—, amigos.
Era un balde de agua fría, pero era la realidad y debía afrontarla.
— ¿Esta bien si empiezo por organizar las entrevistas del próximo mes?.
— No, en absoluto. Yo creo que iré a dar una vuelta, y volveré luego.
— No hay problema.
El músico tomó los cigarrillos de su chaqueta, y se dispuso a salir del piso cuando mi voz lo detuvo.
—Tom...
—¿Sí? —paró en seco y sentí su profunda mirada, era una niña nuevamente.
— Aquí hay una carta para ti, al parecer es de Cara —me levanté para entregarle un sobre rosa, pero antes me respondió:
— Tíralo.
Con esa ultima palabra se retiró, dejándome con una sensación de incomodidad y soledad absoluta.
La carta me daba mucha curiosidad, y ya que la tiraría por ordenes de Tom, no me pude resistir a abrirla. No decía nada interesante, no había sentimientos o algo que denote más que una invitación a quedarse en su hotel por unos días, ¿Por qué una modelo con tantas formas de comunicarse mandaría una carta?, si ella fuera una romántica quizás lo entendería, pero ese pedazo de papel era ostentoso -como ella- y no tenía una razón creíble.
Unas horas después había programado las citas con entrevistadores del mes siguiente, estaba satisfecha de como evolucionaba en el trabajo de secretaria y sorprendida porque no lo echaba a perder como todos los anteriores. No sabía cuando volvería Tom, y decidí usar mi tiempo en capturar imágenes del piso, el piano, la ventana, las partituras, todo era capturado por Nikon.
— "I can't pretend" —leí en un susurro en una de ellas.
El ruido de repente me hizo pegar un salto. Había regresado.
— Vaya susto.
— ¿Cuál?, ¿Yo? —preguntó.
— ¡Sí!.
Ambos nos echamos a reír.
—Lo siento.
—Te has disculpado como cien veces, por favor para, le quitarás su significado —bromeé.
— ¿Qué hacías? —miró mi cámara.
— Fotografiaba cosas...
— Ajá, espero que no vendas mis intimidades a la revista Time Out —por fin sonreía como antes.
— No prometo nada, todo resulta material para la prensa —señalé la partitura que mencioné—, como esta que dice 'I can't pretend' resulta interesante, veamos —estiré mi mano para recogerla.
— ¡No! —corrió hacia mí y me detuvo.
Su mano tomaba mi muñeca, ejercía presión pero no me lastimaba, su piel era suave y estaba fría. Me sorprendí por su reacción, sólo era una canción ¿Qué habría de malo?.
— Es...—dijo mirando mis ojos— secreto...
— ¿No puedes compartirlo conmigo? —pregunté. Aún seguía tomando mi muñeca, y estábamos cerca, muy cerca.
— No ahora...
— ¿Al menos puedes soltarme?.
— N-no.
— ¿Por qué no? —mi corazón latía.
— Porque no somos amigos, y nunca lo seremos.
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I know (Tom Odell) TERMINADA. Parte I.
FanfictionClaire debido a un incidente, se convirtió en la nueva secretaria de Tom Odell. ¿Podrá conseguir que él se fije en ella?.