El Mundo Shinobi y el Fénix

Capítulo 63 Libros mezclados

La mañana dejaba mucha expectativa. Las aves cantan en la ventana del hospital donde se encuentra Xian, esa es una manera muy hermosa de despertar.

-Creo que me quedé dormida... -Se incorporó con somnolencia, tanteó a su lado pensando que estaba Kakashi. -Debió irse muy temprano. Quizá fue por algo urgente. -Miró hacia la ventana y fue hasta ahí encontrándose con las aves que se alegran al verla. -Buenos días. Vienen acompañarme a desayunar ¿verdad? Ustedes suelen venir a estas horas. -Acaricia a uno de tonos azules sus alas con su pecho blanco, casi parecía que estaba sonriendo.

Entonces recuerda lo de anoche, esa manera en que su cuerpo y el de su protector se acoplaban a la perfección, sus labios tan cálidos y suaves besando los suyos, su mirada de ese hombre tan dulce... Algo que es raro ver en él, pero solo con ella se muestra de ese modo... Eso la hace sentirse con una calidez en el pecho.

Por mientras en el departamento de Kakashi, este despierta con una energía renovada, recordando el mismo suceso que Xian anoche.

-Demonios... Nos dejamos llevar anoche. ¿Qué hubiera pasado si...? -Cortó sus palabras al tragar gruesamente saliva, pues tan solo pensar en que si hubieran continuado con ese beso apasionado hubiera pasado algo más íntimo. Algo casi prohibido que al imaginarlo su rostro fue de un rojo intenso. -¡Deja de pensar en eso! ¿¡Qué crees que estás pensando!? -Puso sus manos a su rostro para despejar su mente de ello. Miro al techo soltando un suspiro, pensando que hacer ahora. -¿Qué tipo de lectura le gustará? -Cambio el tema de inmediato para recobrar la compostura.

Miro el relajo y ya debía irse. Con trabajo se levantó y se vistió. Echo una mirada a su amado libro con la colección del mismo, viendo los demás libros de su estantería escogió algunos que piensa que le gustan y cuando ya estaba listo, tomo esos libros saliendo de su departamento con una sonrisa ligera bajo su máscara, sin haberse dado cuenta que el primer tomo del Icha se "coló" con el resto. Para su desgracia al llegar al hospital, ese doctor sale de la habitación donde está Xian. Enseguida su mirada se tensa, pero no rompe su calma con cada paso que da para ir donde ella. Divisa como Yujiko sonríe con confianza, como si supiera un secreto y Kakashi no.

-Buen día Kakashi. Hoy llegas un poco tarde. -Provocador. -¿A qué se debe esta vez?

-A nada que te importe realmente. -La actitud arrogante de este médico irrita su centro de paz interior de Kakashi. -Está en buenas manos en el cuidado de su salud. Y son en las mías.

-Claro, claro. Eso dices. Si fuera cierto ya no estaría aquí en el hospital, ¿verdad?

-No lo decides tu para empezar. El tiempo que sea estaré con ella protegiéndola.

-Que encantador. Pero me temo que la última vez que estuve con ella, no parecía incómoda con mi presencia. Creo que hasta debí dejarle una buena impresión.

-¿Se refiere a ese momento del beso en la mano de Xian? Si supiera que pasó anoche entre ella y yo. Además... -Recuerda el cómo Xian reaccionaba ante ese gesto de Yujiko de forma incómoda, no como él está describiendo. -No creo que le hayas impactado tanto. Ni siquiera estás al tanto de lo que pasó más en la noche... -Camina a su lado sin decir nada más, dejando esa incógnita a Amino, pues estaba más que claro que Xian prefiere a Kakashi. Sus sentimientos son mutuos, son exclusivos.

-Por supuesto. Ella sonrió ante ese beso en la mano que le di, un toque suave, pero con un gran significado. Esa sonrisa no se puede fingir.

-No la conoces. Ella es buena fingiendo, es una princesa que tiene experiencia en situaciones incómodas. Sabe lo que hace y el cómo lo hace es simplemente... Admirable.

El médico alza una ceja de sorpresa, lo contiene por unos momentos para pasar desapercibido. Aunque inútilmente cuando quiere hablar ya no hay nadie, Kakashi ya estaba en la habitación de Xian, lo había dejado solo sin más. Gruñe con frustración yendo a atender a otros pacientes. Kakashi entra a la habitación con los libros que había seleccionado para ella, los dejo en la pequeña mesa cerca de la camilla sintiendo como la doncella se dirige hacia él.