The green Fury

"Chapter fourteen"

Sus dedos estaban en carne viva, estar tanto en pellizcarlos hicieron que sus dedos quedaran despedazados; todo había pasado tan rápido, ¿porque su hijo había ido a la guerra? Porque no le dejó eso al rey? La ansiedad y el miedo la carcomían por dentro, su pequeño niño. Solo le rogaba a los dioses que lo protegieran a él y Baleon donde quiera que esté esa guerra. Soltó un pequeño quejido cuando un pequeño pellejo de su dedo de soltó dejando salir unas pequeñas gotas de sangre.

—Alicent.—

—Lárgate, deseo estar sola.— La mujer se dio la vuelta directo al balcón donde al fin dejó salir sus lágrimas.— Tengo miedo, si algo le sucede?—

—Aegon es mi hijo, lo lleva en la sangre. Él estará bien, lo sé.— Se acercó lentamente a ella hasta rodear su cintura recargado su barbilla en su hombro.— Yo también tengo miedo, los niños. Dareon no ha dejado de llorar gritando el nombre de su hermano.—

—Ellos sienten el dolor, estamos asustados.— Murmuró suavemente mirando hacía el horizonte donde se empezaba a ocultar el sol.— Cuiden de mi niño, se los ruego.—

                   Campo de guerra.

En un reino lejano llamado King's Landing, la paz había reinado durante siglos, gracias a la alianza entre los Targaryen  y los dragones. Sin embargo, la codicia de un oscuro rey, conocido como Malakar, rompió esta armonía. Con el deseo de conquistar Los siente reinos, Malakar reunió un poderoso ejército y comenzó a invadir las tierras, buscando capturar a niños/ hombres para guerreros.

Los dragones, seres majestuosos y sabios, se unieron a los humanos para defender su hogar. Entre ellos, habían dos jóvenes dragones que darían su vida para mantener la paz en su hogar, que soñaban con volar libremente por los cielos. Junto a sus uvaliente  jinetes, Aegon y Baleon, se prepararon para la batalla que decidiría el destino de los siente reinos.

La guerra estalló en el Valle de las Sombras, donde el ejército de Malakar se enfrentó a las fuerzas combinadas de Guerros y dragones.

Las llamas de los dragones iluminaban el cielo mientras Baleon y Aegon, lideraba a sus tropas con valentía. Sin embargo, la batalla era feroz y las pérdidas eran grandes.

En medio del caos, Aegon se dio cuenta de que la única forma de derrotar a Malakar era uniendo sus fuerzas con los dragones y sus guerreros.

Después de superar numerosos desafíos y enfrentarse a las criaturas oscuras que Malakar había desatado, El príncipe Aegon y el príncipe Baleon lograron reunir la fuerza y el coraje para ganar la batalla y llevar la victoria a su casa, los targaryen jamás perdían.

La batalla final fue épica. Los dragones surcaban los cielos, lanzando fuego sobre las tropas enemigas, mientras Aegon y Baleon  y su ejército luchaban con todo su corazón. En un enfrentamiento decisivo,Aegon  se enfrentó a Malakar, quien se había ocultado en los escombros de su castillo.

—Ese maldito mocoso... como es posible... no puedo, debo salir de acá.—El hombre se removió furioso como era posible que unos mocosos de solo 17 años estuvieran haciendo sus tierras en un campo sin vida, en escombros, sus mejores hombres muertos bajo el filo de sus espadas. Todo su reino estaba en ruinas.—

—De que vale huir si voy a encontrarte siempre, bastardo, ¿crees que puedes huir de un dragón? Fuiste muy ingenuo pensando que nuestro rey se quedaría de brazos cruzados al ver  como atacas sus reinos, matas a nuestros niños y mujeres. Debes pagar por tus crímenes.— El rostro lleno de sangre del príncipe Aegon fue lo último que logró ver Malakar la famosa Blackfyre se levantaba siendo su cabeza la que salió rodando por las largas escaleras. Aegon miró cómo caía sin expresión alguna, esos dos años en la guerra le enseñaron que para ser un buen guerrero no debes tener debilidades en el campo de batalla.—