The green Fury

Capítulo 13.

Narración desde el punto de vista de Deamon.

                 Deamon Targaryen. 

El platinado no sabía ya ni dónde meterse, Rhaenyra se había llevado a su esposa a no sabe donde y solo peor era que le dejaron a muchos niños a su cuidado. Dareon miraba con curiosas las escamas de caraxes, tanto que se llevó uno a la boca, arrugó su nariz con asco y lo alejó un poco, alzó su vista cuando una gran sombra tapó el sol, un gran dragón dorado descendió del cielo hasta bajar a un lado de ellos, Sunfyre, el dragón de su hijo era majestuoso, en el pueblo lo llamaban el dragón más hermoso, y claro eso hacía que el ego de su mocoso se hiciera más grande, no negaría eso, Sunfyre era como El Oro puro, sus escamas doradas era lo que más llamaba la atención, y la linda luna que tenía como collar sobre su gran cuello; igual que el anillo de su hijo. Dareon empezó soltar pequeños gritos cuando su hijo mayor empezó a caminar hacia ellos.

—Ha crecido mucho.— Pregunto al ver como Aegon le quitaba de sus brazos a Dareon.—

—Crece como los antiguos dragones de nuestra dinastía, es porque jamás la deje en pozo dragón, la deje ser libre, por es casi del tamaño de vhagar.— La dragona soltó un fuerte rugido que hizo temblar un poco el suelo, soltó una risa ante eso y negó.—

—Vamos adentró bestia.—

Padre e hijos empezaron a caminar a la fortaleza roja donde los estaba esperando la reina Aemma con una sonrisa. Aegon al verla se acercó y la abrazó dejando un beso en la mejilla de su abuela.

—Mi reina.—

—Mi príncipe.— La mujer sonrió dulcemente y besó con suavidad su frente.— Baleon estaba buscando.—

—Mjum, iré con el. Me retiro.—

Deamon solo se quedó ahí con su hijo en brazos, no hasta que su hijo menor llegó exigiendo ser cargado, Aemma soltó una risa y tomó en brazos a Dareon dejando que Deamon cargara a Aemond.

—Estas grande para que te cargue.—

—No te veo poniendo resistencia.— Desafío con una sonrisa infantil.—

—Soy débil ante mis hijos.— Su mirada recorrió el rostro de su hijo y sintió un dolor al ver el parche en su ojo.—

                  Aegon Targaryen.

Su abuelo los exiliaría estaba seguro de eso, el rey preferiría mandarlo confiscado a los peldaños de piedra que dejarlo ir a la guerra.

—¿Te estás oyendo pedazo de mierda? Quieres que mi abuelo nos mate?— Pregunto sarcástico su sonrisa se borro al ver el rostro decidió de su primo. —

—No es nada, tú y yo tenemos experiencia en esto, al igual que nuestros dragones.—

—Baleon está no es una guerra como a las que hemos ido, es con dorne, esos hijos de perra tienen grandes lanzas, ¿crees que voy a arriesgar a mi dragona? Estás muy mal. Piensa bien las cosas, se que el reino entró en una guerra con dorne por el control de los 7 reinos, pero Viserys es nuestro rey, rey de todo los malditos reinos.—

—No me quedaré de brazos cruzados; irás conmigo a decirle a mi padre que iremos.— Aegon solo bufo y siguió a su primo en silencio hasta los aposentos de su abuelo donde solo entraron, Viserys dejó el vaso que sostenía en sus manos para ver a su hijo y nieto con una gran sonrisa.—

—Mis fuertes muchachos ¿que los trae acá donde su rey?—

—Iremos a la guerra con dorne.— Viserys escupió lo que tenía en su boca para ver a ambos chicos con el ceño fruncido.— No me acepto no, padre.—

—Esperen, no puedo dejarlos ir niños, son príncipes de la corona. No guerreros.—

—Mi padre es es príncipe y es un guerrero, Abuelo. Iremos, y traeremos a dorne bajo tus pies.— Hablo decidido viendo fijamente al mayor.—

—Si así lo desean, su rey les ordena traer la paz a nuestro reino, guíen bien el ejército y vuelven victoriosos.— Viserys se levantó y caminó hasta ambos donde acarició sus mejillas.— Mis dragones ah crecido mucho, alistasen mis dulces niños.— 

Ambos asintieron y salieron, Aegon se quedó a la mitad del camino y suspiro.

—Aegg?—

—Iré con hel.— Se dio media vuelta y empezó a caminar a los aposentos de la joven donde entró sin tocar.—

Heleana estaba con algunas doncellas hablando mientras arreglaban su cabello, iría a dar una vuelta con su prometido.

—Salgan todas, ya.— La fría vos de Aegon resonó la joven lo miró con una sonrisa. Se levantó y fue hasta donde el para abrazarlo.—

—Tengo días sin verte te extrañe.— Hablo suavemente. —

—Me iré, Beleon y yo iremos a la guerra.— Heleana se paralizó y se alejó rápidamente de él para buscar algún dije de broma.—

—Estas jodiendo... no puedes ir, Aegon. No..— El mayor la miró confundido al verla hablar sola y murmurando.— Heleana... Heleana!— tomó con fuerza los hombros de la joven apegándola  a él.—

—Estaré bien, no te preocupes, debo volver para hacerte mi esposa.— Sonrió levemente dejando un beso sobre su frente.—

—S-si tú cruzas esa puerta de olvidas de mi, Aegon.— El mayor dejó de caminar para verla con asombro y dolor.—

—¿De que hablas? Hel. Te amo, pero es por el bien de nuestro reino, y también para traerle paz a tu madre cuando suba al trono.— No miro atrás y salió de ahí; nuevamente las puertas se abrieron dejando ver a Alicent y a Rhaenyra que veían.—

—Heleana, cielo porque lloras?— La heredera se acercó a su hija al verla tan ida y pálida.—

—He, buscaré a un maestre.— Rhaenyra asintió y la siguió para buscarla juntas, antes que cruzaran la puerta heleana salió corriendo.—

—¡Heleana!—Gritaron ambas preocupadas, la siguieron al mismo paso que ella hasta verla donde llegaba al lado de Aegon que la veía con el ceño fruncido.—

—Aegon..— La mano de la joven se levantó y le soltó una fuerte cachetada al chico el cual se quedó perplejo. Se creó un ambiente casi tóxico, Rhaenyra y Alicent se veían sorprendidas ante eso, y no eran las únicas, Deamon miraba todo aguantándose las ganas de reír mientras Aemond miraba con pena a su hermano.—

—Eso.. que carajos te pasa! Loca.— Otra bofetada resonó por el pasillo, la princesa heleana estaba molesta. —

—Deja de pegarme, ni mi madre me pega!— Nuevamente sonó otra bofetada, las mejillas de la princesa estaban llenas de lágrimas.—

—Heleana!— Habló fuertemente Rhaenyra a punto de ir a tomar su mano y llevársela. Las palabras quedaron en el aire al ver como su dulce niña tomabas las mejillas de su sobrino y lo besaba.—

—Me quede esperando la patada.— Bufo Deamon recargándose en la pared al lado de su esposa, esto le estaba divirtiendo mucho.—

—Que está pasando...—

—No lo se.— Dijo confundida Rhaenyra.— Criston cole llegó detrás de ellas, hizo una reverencia y pasó de largo hasta donde Aegon que todavía estaba perplejo.—

—Mi príncipe, el ejército y los dragones están listos.— Habló poniéndose firme.—

—¡Es hora de irnos!— Los presentes se vieron confundidos, Deamon frunció el ceño al ver como su hijo entraba a sus propios aposentos y salía con una armadura y su espada.—

—¡Aegon, te lo prohíbo, se lo que harás!— El platinado empezó a caminar siguiendo a su hijo.—

—El rey ya dio una orden!—

A llegar al patio Sunfyre ya estaba esperándolo gruñéndole a las personas que se le querían acercar, Aegon llegó corriendo algo jadeante, y subió a ella.

— Vuela Sunfyre!—