Viviendo con idiotas #Wattys2015

Yo nunca pierdo (Primera Parte)

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Alex en multimedia

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Alex:

Me lance en el sillón que estaba en el comedor mientras observaba a Cameron.

—¿Desde cuándo te quedas en mi casa?—Pregunto.

Me encogí de hombros.

—Desde que la perra de tu compañera me abandono.

—Primero no le llames perra.—Dijo y yo rodee los ojos.—Segundo nos abandono a todos.

Suspire.—Me embola que sea así.

Cameron asintió. —Es su problema, debe ser que quería espacio.—Suspiro.

Bufe.—Yo me ofrecí en irme con ella. —admití y Cameron me miro.—Ella no quiso. —Gruñí enojado.—¿Sabes lo que me dijo antes de irse?.—Pregunte y el negó con la cabeza.—"Fuiste un excelente tutor".—Trate de imitar la voz de Leila mientras hacía comillas.

Cameron solo solto una carcajada.

—¿Y tú que le dijiste?—Pregunto.

—Al parecer no lo fui, o no recuerdo, era algo así.—Dije acostándome en el sofá.

—Ay, que amable.—Dijo sarcástico.

—Cameron.—Dije y él me miro.--¿Qué opinas si la llamas?

—¿Qué?.—Preguntó un tanto feliz.

—Ya sabes.—Señale el celular.—Llama a Leila.

—Bueno. —Sonrió y agarro el celular.

—Pon el altavoz.—Avise mientras él asentía con la cabeza y anotaba algunos número en el celular.

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Narra Leila:

—Ethan.. ¡No!.—Grite golpeándole el hombro.

Ethan sonrio.—Eres una pésima perdedora.

—Eres un tramposo.—Dije con odio.

—Yo no hice trampa.—Dijo y soltó una carcajada.

—Me empujaste cuando estaba casi por ganar.—Dije mirándolo con odio.

—Tú lo dijiste... Casi.—Dijo con una sonrisa engreída.

En este momento estamos sentados en el sillón jugando en la playstore, ya que anteriormente le pegue una cachetada por  acercarse tanto a mí y bueno él y yo peleamos para ver quién es más fuerte, obvio que es él pero decidimos como personas ya grande y civilizadas en jugar a ver quién gana. ¿Muy infantil no creen? Pero ya que, le venía rompiendo el culo cuando el marmota de Ethan me empujo haciéndome caer del sillón lo que causo mi fracaso y él "milagrosamente" ganó.

—Agh, te odio.—Dije mientras me levantaba del sillón y caminaba hacia las escaleras.

—No, no me odias.—Dijo detrás de mí para luego cargarme y ponerme arriba de su hombro, como si fuera un corsal de papas.

—Bájame. —Chille. Ethan rio mientras giraba.—¡No! Me voy a marear. —Siguió riendo. —Vomitare. —Confesé y él me bajo al suelo.

Quedamos frente a frente y yo coloque mis manos en su pecho y le di un empujón pero él ni se movió.

Gire pero el agarro mi muñeca impidiéndome que me valla. Lo mire.

—Eres tan hermosa. —Dijo mientras colocaba un mechón de mi cabello atrás de mi oreja.