C. 1: Cigarrilo

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(Diego)
Me había despertado por la puta alarma, tenía que ir a trabajar, así que como un zombi caminé al baño, me di una ducha rápida, y me fui a vestir directo, me coloqué un traje de los que suelo usar, me peiné el desastre de cabello, y bajé al auto que me espera todos los días a las 7:30.

Para resumir esto, luego de terminar el studio on beat, decidí estudiar y me convertí en un gran empresario, pero de música, era un magnate de buscar talentos, en la música...

Hoy tenía dos citas, yo mismo me encargaba de ver a los artistas, porque, si los iba a producir, tenían que ser los mejores.

Al entrar a el gran edificio, mi secretaria me entrego todos los papeles, y mi otra secretaria, me trajo el desayuno a la oficina...

Me senté a observar los papales mientras tomaba un poco de café, el primero era un chico, Renato Miller, tenía que haber llegado ya... pero nada.

Comí con toda la calma del mundo, mientras miraba su expediente...

-Estefanía... el tal Renato no llego - pregunté serio...

-No señor...- dijo la rubia...

Me sonrió con picardía, y entró completamente a la oficina, cerrando la puerta.

La miré de pies a cabeza, y podría decir, que si, me la había follado un par de veces... pero en la oficina, jamás en mi departamento.

Se sentó en mi regazo, y yo la tomé de la cara...

-Quiero echar un polvo, rápido... pero si gritas, te jodes- susurré...

Asintió sin más.

Bajé el cierre de mi pantalón, al tiempo que ella se quitaba las bragas.

Para hacerla corta, si... me la follé... no voy a entrar en detalles.

|...|

Estefanía se acomodó la ropa, mientras que yo miraba por la gran ventana de mi oficina...

-A que hora es mi próxima cita- pregunté sin mirarla..

-En unos minutos..- contestó abrazándome por la espalda.

-Te he dicho que no me toques.- la alejé de mí...-

Tocaron la puerta dos veces, y le indiqué que abriera.

Oí un murmuro, y luego al girarme, visualicé a la chica.

Tiene que ser una maldita alucinación.

Violetta.

-Estefanía... retírate-le ordené.

Violetta aún no me reconocía, supongo que por la barba.

-Si señor.-

Caminé lentamente hasta Violetta.

-Tanto tiempo.- dije sonriendo.

-Señor Domínguez.- extendió su mano la cual tomé.

-¿No me recuerdas?- pregunté serio.

-Debería.- ironizó.

-Mi estilo te va a conquistar.- canté

Ella me miró por varios segundos, y luego me abrazó con fuerza.

-No tenía idea de que fueras vos.- dijo sonriendo.

-Dios, estás .- traté de decir, estaba jodidamente hermosa.- radiante.

Ella sonrió y se alejó de mí.

Hypnotic, DielettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora