C. 8:Inevitable.

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(Violetta)

Él se quedó en silencio, pensando... o eso creo.

-No lo sé, quería que te callaras.- contestó indiferente.

-¿Eso es todo?.- pregunté incrédula. No podía ser más idiota, en serio.

Asintió, y entró dejándome con la palabra en la boca, abordamos finalmente, un viaje bastante largo... Diego durmió todo el vuelo, mientras yo deseaba llegar pronto, no tenía sueño, cosa bastante extraña, en todos los vuelos dormía, pero ahora, no tenía ganas...

Al llegar a Buenos Aires, un auto nos esperaba, era el chofer de Diego.

Me llevó hasta mi casa, Diego no dijo nada más después de haberle preguntado en el aeropuerto de LA.

Pensé que Mateo estaría en el departamento, pero no... le escribí y no respondió.

Decidí tomar una larga ducha, y relajar mi cuerpo, ahora moría de sueño y hambre, salí hasta la cocina y busqué un par de botanas... me senté con mi pijamas en el sofá a ver un programa, Ellen the generes.

Estuve mirando todo el programa, pero el sueño me venció, me quedé dormida en el sofá, hasta que un ruido fuerte me despertó.

Miré hacia mis espaldas, y estaba Mateo, con su típico traje y un maletín en el mano derecha.

-Hola.- dije aun despertando, estaba medio inconsciente.

-Hola... la pasaste bien con "Dieguito".- dijo con repudio.

-Fue un viaje de negocios, y lo sabes...-le dije sin mirarlo, no tenía ganas de discutir.

-No mientas, es obvio que paso algo entre ustedes.-tiró el maletín en la mesa y tiró una tasa de tomar café al piso.

-No seas idiota Mateo, deja tus celos, por el amor a Dios...-le grité molesta...- No tengo ganas de discutir, levanta los restos de la tasa y deja de ¡¡ser un nene!!.- le grité aun más enojada, él me ignoró totalmente.

Me levanté dispuesta a protestar, pero se acercó rápido y con malicia.

Entonces sentí como me tocaba, pero me sentía... asqueada.

Aparté sus manos, y el gruñó.

-Te extrañé.- susurró con la voz ronca, lo miré a los ojos y me miraba con deseo, si eso se podría decir. El recorrió mi cuerpo, y besó mi cuello lentamente. Intenté apartarlo, pero él parecía un loco.

-Mateo... basta.-dije bajo, no quería hacer nada.

Me apretó a su cuerpo, y sentí su erección, estaba excitado.

-Quiero hacerlo.-me mordió la oreja, haciendo que me estremeciera... las piernas no me daban.

Besó mis labios, y me fui del mundo por unos segundos, hasta que sentí que estaba siendo agresivo.

-Mateo, para.- le susurré como pude, pero él me levantó por las piernas y me llevó hasta la habitación...

Decir que me tiró en la cama es poco, se quitó la camisa que traía tan rápido, que no me dio tiempo de reaccionar.

Se acostó sobre mí, y me besó con fuerza... se frotó con fuerza sobre mí, y era inevitable no gemir ante eso, pero cada que hacía algo, me sentía asqueada, como una mujerzuela.

-Quítate la ropa.-ordenó levantándose de la cama, y caminó hasta la mesa de luz que había en la habitación, vi que sacó un preservativo, se bajó los pantalones y los boxers para colocarse el plástico. Yo seguía inmóvil en la cama.-¡¡QUE TE QUITES LA ROPA!!.- gritó caminando a la cama.

Hypnotic, DielettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora