Taehyung, un joven serio y reservado que creció con su abuela, sin recuerdos claros de su infancia ni de sus padres. Jungkook, un alfa arrogante y coqueto que odia a los omegas. ¿Qué pasará cuando se encuentren? ¿Podrán sus personalidades llevarlos...
Después de varios días intensos en el trabajo, Jungkook y Taehyung finalmente decidieron tomarse un descanso. Habían acordado con Namjoon y Hoseok que sería bueno reunirse con algunos amigos para despejarse un poco y dejar las tensiones atrás, al menos por un día.
El grupo eligió un café tranquilo en el centro de la ciudad, un lugar que Taehyung conocía bien por haber trabajado allí tiempo atrás. La atmósfera acogedora y el aroma de café recién hecho prometían el refugio perfecto para un día relajado.
Jungkook y Taehyung llegaron primero, asegurándose de encontrar una mesa amplia en una esquina que les permitiera disfrutar de la vista hacia la calle. Aunque el alfa parecía calmado, su atención estaba completamente enfocada en Taehyung, quien, a pesar de su sonrisa ligera, parecía estar sumido en sus pensamientos.
—¿Estás bien? —preguntó Jungkook en voz baja, apoyando su mano sobre la de Taehyung.
El omega lo miró, asintiendo. —Sí, solo estoy un poco cansado. Pero estar aquí contigo ya es suficiente para sentirme mejor.
Antes de que Jungkook pudiera responder, la llegada de Namjoon rompió el momento. A su lado venía un beta alto y bastante guapo, quien saludó con una inclinación de cabeza y una sonrisa encantadora.
—Hoy no hablaremos de trabajo, ¿de acuerdo? —anunció Namjoon mientras se sentaba. —Este día es para relajarnos y disfrutar.
—Totalmente de acuerdo. —respondió Jungkook, aunque no dejó de observar a ese beta con cierta curiosidad.
No pasó mucho tiempo antes de que Hoseok llegara acompañado de Jackson. Como siempre, ambos llenaron el lugar con su energía vibrante, logrando que incluso Taehyung se riera un poco.
Jimin y Yoongi llegaron después, completando el grupo. La llegada de Jimin alivió cualquier tensión que pudiera haber en el ambiente, mientras Yoongi, aunque reservado, parecía más relajado que de costumbre al estar acompañado por su pareja.
Con todos reunidos, el café se llenó de risas y conversaciones amenas. La música suave de fondo y el ambiente relajado hicieron que los problemas quedaran temporalmente a un lado.
Namjoon aprovechó el momento para hacer una presentación oficial. —Chicos, quiero presentarles a alguien importante. Él es Seokjin, mi pareja.
Las miradas se dirigieron hacia el beta, quien sonrió ampliamente y se inclinó levemente en señal de respeto. —Es un placer conocerlos. Namjoon me ha hablado mucho de ustedes.
—Espero que cosas buenas. —bromeó Hoseok, provocando carcajadas en la mesa.
—Eso depende de la interpretación. —Seokjin respondió con humor, ganándose la simpatía del grupo.
Mientras las bromas y las risas llenaban el lugar, Jungkook no pudo evitar notar ciertos detalles. Aunque Seokjin parecía amigable, había algo en su mirada, especialmente hacia Taehyung, que le causaba una ligera incomodidad. Sin embargo, decidió guardar sus pensamientos para más tarde, prefiriendo enfocarse en disfrutar el momento.
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Con las risas aún resonando en la mesa, el ambiente del café parecía estar lleno de calidez y camaradería. Jackson y Hoseok se encargaban de mantener la conversación animada, contando anécdotas del trabajo, mientras que Jimin, con su típica energía contagiosa, se aseguraba de incluir a todos en la charla, incluso a Yoongi, quien, aunque hablaba poco, parecía relajado al estar a su lado.
—Entonces, Taehyung, ¿trabajaste aquí antes? —preguntó Seokjin, tomando un sorbo de su café y mirando al omega con curiosidad.
Taehyung asintió, mostrando una sonrisa ligera. —Sí, hace unos años. Este lugar me ayudó mucho en su momento. Es tranquilo, y siempre sentí que tenía algo especial.
—¿Especial cómo? —intervino Jackson, apoyándose en la mesa con interés.
—No lo sé, tal vez sea la atmósfera. Siempre he pensado que ciertos lugares tienen una energía única. —respondió Taehyung, mirando a su alrededor como si recordara algo.
Jungkook observó al omega con atención, notando cómo hablaba con más soltura ahora que el ambiente era más distendido. Sin embargo, no pudo evitar percibir la forma en que Seokjin lo miraba, como si intentara descifrar algo más allá de las palabras.
—Es un buen lugar para desconectarse. —comentó Jungkook, buscando desviar un poco la atención.
—Definitivamente. —agregó Namjoon, sonriendo mientras entrelazaba su mano con la de Seokjin de manera casual.
La conversación continuó fluyendo, pasando de temas triviales a bromas entre los presentes. A pesar de la alegría general, había momentos en los que Seokjin lanzaba comentarios o preguntas que parecían demasiado precisas, como si supiera más de lo que decía.
—Es curioso, Taehyung. —dijo Seokjin de repente, inclinándose un poco hacia la mesa. —Dijiste que este lugar tiene una energía especial. ¿Crees en ese tipo de cosas?
Taehyung parpadeó, sorprendido por la pregunta. —Supongo que sí. Siempre he pensado que hay cosas que no podemos explicar del todo.
—Interesante. —Seokjin sonrió, pero no añadió nada más, dejando en el aire una sensación de intriga que no pasó desapercibida para Jungkook.
Cuando finalmente llegó la hora de despedirse, el grupo salió del café entre risas y despedidas animadas. Pero tanto Jungkook como Taehyung no pudieron ignorar la sensación extraña que había quedado tras esa conversación.
Ya en casa, mientras se acomodaban en el sofá, Jungkook rompió el silencio.
—¿No te pareció extraño Seokjin?
Taehyung lo miró, confundido. —¿A qué te refieres?
—Sus preguntas, la forma en que te miraba... como si supiera más de lo que decía.
Taehyung se quedó en silencio, recordando las palabras de Seokjin. Aunque en el momento no había pensado mucho en ello, ahora que Jungkook lo mencionaba, también sintió que había algo más detrás de su actitud.
—Tal vez solo es curioso. —respondió, aunque su tono no era completamente seguro.
—Tal vez. —murmuró Jungkook, aunque algo en su interior le decía que aquello no era simple curiosidad.
Y así, con ese pensamiento latente, decidieron dejar el tema por esa noche, sin saber que lo que parecía una simple conversación sería el inicio de muchas incógnitas por resolver.