Tae esperó en la sala, nervioso mientras escuchaba el motor de un auto detenerse frente a su casa. Minutos después, el timbre sonó, y cuando abrió la puerta, Seokjin estaba allí, con una expresión seria pero amable.
—Gracias por venir, Hyung. —dijo Tae mientras lo invitaba a pasar.
—Gracias a ti por pedírmelo. —respondió Jin con una pequeña sonrisa, dejando su abrigo en el perchero y siguiendo a Tae hasta el sofá.
Una vez sentados, Tae tomó aire. La presencia de Jin lo hacía sentir incómodo, pero no por desconfianza, sino porque sabía que esta charla sería difícil.
—Jin hyung... quiero que me expliques todo lo que me dijiste la última vez. —pidió Tae con firmeza.
Jin lo miró por unos segundos, como evaluando si realmente estaba listo para escuchar la verdad. Finalmente asintió.
—Está bien. Pero, ¿estás seguro? Esto no es algo fácil de procesar.
—Lo necesito. Por favor.
Jin suspiró y comenzó.
—Lo que te dije antes... sobre tus padres, la sangre de los Kim y la profecía, no fue ni la mitad de todo. Tus padres no solo eran importantes dentro de su comunidad de druidas, Tae. Eran esenciales. Tu madre, en particular, era especial incluso entre los suyos.
Tae frunció el ceño, intrigado.
—¿Por qué especial?
—Porque era una druida con una conexión directa con la Madre Luna, algo que ocurre solo una vez cada varias generaciones. Esa conexión le daba habilidades únicas, pero también la convertía en un blanco. La profecía decía que de su linaje nacería un puente entre los vivos y los muertos, alguien con el poder de equilibrar ambos mundos... o destruirlos.
El omega sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
—¿Eso significa que... yo...?
Jin asintió lentamente.
—Sí, Tae. Tú eres ese puente. O al menos, eres quien podría llegar a serlo. Esa es la razón por la que tus padres desaparecieron. Querían eliminar la posibilidad de que la profecía se cumpliera.
El silencio se hizo pesado en la habitación. Tae bajó la mirada, sus manos apretadas sobre sus rodillas.
—¿Por qué me dices esto ahora? —preguntó en voz baja.
Jin lo observó con una mezcla de compasión y seriedad.
—Porque ahora tienes una familia que proteger, Tae. Tus cachorros heredarán esa sangre, y con ella, el peligro que conlleva. Quiero que estés preparado para lo que pueda venir.
El omega levantó la mirada, y por un momento, Jin pudo ver la mezcla de miedo y determinación en sus ojos.
—¿Y qué hago con esta información? —preguntó Tae, su voz apenas un susurro.
—Lo primero es entender de dónde vienes y qué significa todo esto. Y luego... —Jin hizo una pausa, su expresión volviéndose más sombría. —Proteger a tu familia, cueste lo que cueste. Yo estaré aquí para ayudarte, pero esto es algo que solo tú puedes enfrentar.
Tae asintió lentamente, aún procesando todo lo que acababa de escuchar. Sin embargo, en el fondo, sabía que Jin tenía razón.
—Gracias, Hyung. De verdad.
Jin le dio una pequeña sonrisa, esta vez más cálida.
—Somos familia, Tae. Siempre estaré aquí para ti.
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the fate of omega (Kookv)
FanfictionTaehyung, un joven serio y reservado que creció con su abuela, sin recuerdos claros de su infancia ni de sus padres. Jungkook, un alfa arrogante y coqueto que odia a los omegas. ¿Qué pasará cuando se encuentren? ¿Podrán sus personalidades llevarlos...