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La casa estaba envuelta en un silencio tenso cuando la puerta se abrió de golpe. Un hombre de edad avanzada, pero de postura recta y mirada imponente, apareció en el umbral. Era Lee Sunkyun, el abuelo de Jungkook. Su presencia parecía tener el poder de congelar el aire en la habitación. Todos en la sala se quedaron enmudecidos al verlo, como si sus cuerpos aún recordaran el peso de su historia familiar.

Jungkook se tensó al instante, su expresión endureciéndose. Sus puños se cerraron con fuerza, pero no dejó que su ira se desbordara. Miró a Tae, que estaba junto a él, y vio cómo su pareja se mantenía firme, pero con una mirada que no podía esconder su alerta. Tae nunca había sido fácil de impresionar, pero algo en ese hombre le ponía los pelos de punta.

— No esperaba una bienvenida tan fría —dijo Sunkyun con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos, rompiendo el silencio incómodo.

Siyeon, finalmente, se puso de pie, su voz llena de cautela y una pizca de enojo.
— Sunkyun, ¿qué haces aquí?

Sua, siempre la más callada en situaciones tensas, se mantuvo en un discreto segundo plano, observando cada movimiento del hombre que había sido parte de la vida de su esposa en el pasado.

Sunkyun levantó las manos en un gesto de paz, pero su mirada fija en Tae no pasó desapercibida.
— No vine a causar problemas, quiero enmendar mis errores. Sé que he fallado como esposo, padre y abuelo, pero quiero enmendar las cosas. No puedo cambiar el pasado, pero quiero ser parte del futuro, especialmente ahora que la familia crece.

Jungkook apretó los dientes, su cuerpo tenso como una cuerda lista para romperse.
— ¿Y qué te hace pensar que mereces esa oportunidad? —su tono era frío y cargado de desprecio. La habitación parecía volverse más pequeña con cada palabra.

Sunkyun lo miró a los ojos, sin inmutarse.
— Porque reconozco mis fallos, y no espero que me perdones de inmediato. Quiero conocer a Tae, el hombre que ha entrado en tu vida. Quiero estar presente para mis bisnietos.

Tae, hasta ese momento en silencio, alzó la mirada. Su rostro, normalmente tan sereno, estaba marcado por una cautela evidente.
— Es un placer conocerlo, señor Lee. Aunque debo decir que me sorprende que haya decidido aparecer ahora, después de todo lo que ocurrió en el pasado.

La tensión aumentaba a cada palabra. Jungkook observaba de cerca la interacción entre Tae y su abuelo, sintiendo cómo una sensación inquietante le recorría la espalda. Había algo en la forma en que Tae respondía que lo llenaba de una necesidad imperiosa de protegerlo.

Antes de que pudiera intervenir, Hyejin, la abuela de Jungkook, habló suavemente para aliviar la atmósfera.
— Tal vez sería mejor si nos sentamos y hablamos con calma. Este no es el lugar ni el momento para discutir.

Sunkyun asintió con la cabeza, pero su mirada no dejó de estudiar a Tae, un brillo casi invisible de curiosidad en sus ojos. Tae, por otro lado, no dejaba de mantener su distancia, percibiendo su alfa estaba tan tenso con al llegada de ese hombre.

 Tae, por otro lado, no dejaba de mantener su distancia, percibiendo su alfa estaba tan tenso con al llegada de ese hombre

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the fate of omega  (Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora