(Au)
Este o.s puede tomarse como una segunda parte (continuación) del o.s anterior. Inspirado por una idea dada por: akenapippo
...
—¿Cuándo llega mami? —sentado en el piso de la sala de estar, Ben de repente deja sus juguetes para ver a su padre, Lancelot, sentado a su lado. Habían estado jugando juntos al caballero que peleaba contra una serpiente dorada para poder rescatar a la princesa.
—No tarda en llegar, sólo debemos esperar.
—Eso dijiste hace rato —Ben murmura con un puchero. —Y aún no llega —luego cruza los brazos, frunciendo el ceño. Esta molesto, pero se ve tan adorable que Lancelot sólo quiere abrazarlo y llenarlo de besos. Su hijo había heredado por completo la belleza de Ahkmenrah. Sería un problema cuando creciera, Lancelot podía imaginarse teniendo que pelear con un montón de personas para defender la mano de su hijo, no podría permitir que cualquiera intentara robarselo. —¡Ya no quiero jugar contigo!
El pequeño niño patea los juguetes, haciendo un pequeño desastre y berrinche. Lancelot había estado intentando evitar eso todo el día. Ben estaba pasando por esa etapa en donde no podía estar más de cinco minutos separado de Ahkmenrah. Sin embargo, ese día no lo había visto en absoluto.
Ahkmenrah tuvo que salir más temprano de lo usual de casa para ir al doctor y luego directo al trabajo. Cuando Ben se despertó y no lo vio hizo un pequeño escándalo, pero se resolvió rápidamente con su desayuno favorito y la promesa de que Ahk lo iría a buscar a la guardería como siempre hacia. Sin embargo, el egipcio tuvo que ir nuevamente al hospital luego del trabajo, le habían llamado para recibir los resultados de sus exámenes en persona. Eso preocupó a ambos adultos.
Ahk había ido al médico porque se había estado sintiendo mal. Primero pensaron que era una gripe, pero cuando el malestar persistió e incluso empeoró, decidieron que lo mejor era ir al hospital por una revisión general.
—Vamos, Ben —Lancelot, manteniendo la calma, intenta animar a su hijo. —Mira, la serpiente está a punto de comerse al caballero.
—No no no —Ben se molesta aún más, tomando los juguetes de las manos de su padre para lanzarlos por la sala, furioso. Cuando Lancelot lo reprende, entonces viene el verdadero escándalo, con su pequeño hijo llorando y golpeando el piso.
Ben usualmente no se comportaba así, pero estaba pasando por esa época lidiosa que es una pesadilla para los padres. Lancelot bromeó con que eso nunca le iba a pasar...
Con un ligero suspiro, Lancelot lucha un poco con su hijo, quien no quiere ser sostenido por él, así que se retuerce en sus manos hasta que al parecer finalmente se cansa y cede a que su padre le cargue para consolarlo hasta que se calme, aunque eso no sucede de inmediato. Ben sigue llorando hasta que Ahkmenrah llega a casa (por suerte) media hora después.
—¿Qué ocurre aquí? —Ahk se sorprende un poco de llegar y escuchar a Ben llorar de aquella manera, entrando en la sala de estar para ser recibido por su hijo con el rostro lleno de lágrimas y por Lancelot a un paso de también llorar.
Ben de inmediato quiere saltar de los brazos de su padre a Ahkmenrah, siendo recibido y calmado en menos de unos segundos.
—¿Cómo te fue? —Lancelot, regresando a la sala de estar luego de haber ido a la cocina por algo de té mientras Ahkmenrah se encargaba de Ben, se sienta en el sofá al lado de su esposo e hijo. El pequeño castaño está sentado en el regazo de Ahkmenrah con la cabeza recostada de su pecho, negándose a apartarse en absoluto. Incluso tiene una mano aferrada a la camisa del azabache.
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