⊹ ᨘ໑. RACER
֙⋆ "on the track, the main character is us."
ੈ‧Donde lando norris se enamora de la nueva piloto rookie. ₊˚﹆
social media x real life
lando norris x f.oc
Ranking
1 - #lancestroll 28/03
1- #danielricciardo 31/03
1- #2023 03/05 9/11
1...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
RACER. ("champ" that's my title, speed up till the maximum.)
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
POV LANDO:
El receso de la Fórmula Uno había llegado, y por primera vez en semanas tenía tiempo para detenerme y pensar. Volvía a mi departamento en Mónaco después de una caminata sin rumbo fijo por la ciudad. La brisa marina acariciaba las calles, y el murmullo de las conversaciones en los cafés me envolvía como un eco lejano. Podría haber hecho cualquier cosa para distraerme: jugar videojuegos con Max y los de Quadrant, reírme de las bromas tontas que siempre logran arrancarme una sonrisa. Pero no quería nada de eso. Desde que terminó lo nuestro, descubrí que hay un consuelo extraño en sentarme y escribir, como si las palabras que no puedo decirte en persona encontraran refugio en estas hojas.
Hace meses que empecé a hacerlo, poco después de aceptar que esto, tú y yo, realmente había terminado. Al principio, no tenía control; llegué a escribir hasta cuatro cartas al día, llenando cada página con todo lo que nunca me atreví a decirte. Pero últimamente he tratado de frenarme. No porque las palabras se hayan acabado, sino porque las hojas sí lo están haciendo. Hoy, por ejemplo, solo llevo dos. Estoy intentando ahorrar papel, pero no puedo prometer que no termine tomando otra hoja más tarde.
Al llegar a mi departamento, dejé las llaves sobre la mesa y caminé directamente hacia mi escritorio. Me quité los zapatos con movimientos automáticos, como si mi cuerpo ya supiera que ese era el lugar donde debía estar. La hoja en blanco me esperaba, y junto a ella el lápiz que había desgastado durante estos meses. Me senté, respiré hondo, y me preparé para escribirte una vez más, sabiendo que estas palabras nunca llegarán a tus manos, pero necesitando escribirlas de todos modos.
Querida Mia,
No sé dónde estás ahora, pero no estoy preocupado por eso. Te conozco. Sé que, donde sea que estés, estás construyendo algo hermoso, aunque a veces no lo veas así. Siempre has tenido esa capacidad de transformar incluso los momentos más difíciles en algo que brilla.
A veces me pregunto si realmente somos tan diferentes como solíamos pensar, o si simplemente nos asustamos demasiado al mirarnos en el espejo que éramos el uno para el otro. En estos días, he aprendido que el arrepentimiento no es solo un eco que vuelve en los momentos de calma, sino una sombra que te acompaña incluso cuando corres hacia la luz.
Pasé por la pista de karting que mencionaste una vez, esa que decías que tenía la mejor curva para practicar adelantamientos. No sé por qué fui allí. Supongo que quería sentirme más cerca de ti, aunque sea por un momento. Mientras veía a los niños correr, recordé lo que me dijiste aquella vez: "En el asfalto no hay espacio para dudas". Pero aquí estoy, lleno de ellas, pensando en cómo podría haber cambiado todo si tan solo hubiera encontrado las palabras correctas, o si me hubiera callado cuando debía.
En los días difíciles, trato de convencerme de que esto es lo mejor para ti, que mereces la felicidad que Joao puede darte. Pero la verdad, Mia, es que hay un egoísmo en mí que no puedo ignorar. Una parte de mí que desearía que todavía me miraras como solías hacerlo, con esa mezcla de desafío y algo que nunca supe si era admiración o simple curiosidad.
Hoy miré mi celular y me encontré con esa foto que tomaste por accidente, ¿recuerdas? Esa en la que apenas se veían tus ojos porque estabas tratando de alcanzar el botón para borrarla. Me pediste que la eliminara en el momento, pero nunca lo hice. No sé si fue porque me hizo reír cómo peleabas con el teléfono, o porque es una de las pocas imágenes donde te ves auténticamente tú, sin pretensiones, sin máscaras. Cada vez que la miro, me doy cuenta de que todavía la guardo porque me recuerda un pedazo de ti que no quiero olvidar.
Sé que es egoísta de mi parte. Tú siempre me pediste honestidad, y creo que nunca fui lo suficientemente valiente para ser completamente honesto contigo, ni siquiera conmigo mismo. Quería ser el hombre que merecías, pero también me aterraba la posibilidad de no ser suficiente. Quizá por eso me aferré a los errores, como una forma de protegerme de una verdad que aún no sé si estoy listo para enfrentar: que te dejé ir porque no sabía cómo quedarme.
En los días buenos, imagino que estás bien, que sonríes de esa forma que ilumina todo a tu alrededor. En los días malos, me permito extrañarte. Y en los días como hoy, simplemente escribo. No porque crea que esto pueda cambiar algo, sino porque es la única manera que tengo de decir todo lo que mi orgullo no me dejó decir antes.
Si alguna vez lees esto, quiero que sepas que me arrepiento, pero no de haberte amado. Me arrepiento de no haber sido el hombre que necesitabas. Y aunque mis días están llenos de carreras y horarios, hay noches en las que cierro los ojos y te veo allí, riendo, siendo simplemente tú.
Espero que este mundo te dé todo lo que mereces, y más. Si algún día decides que hay espacio para alguien como yo en tu vida, aunque sea como un espectador en las gradas, estaré allí.
Con todo lo que no puedo decirte en persona, Lando
Doblé cuidadosamente el papel, asegurándome de alisar cada esquina antes de meterlo en un sobre. Era casi un ritual a estas alturas, una manera de darle forma física a algo que solo existe dentro de mi cabeza. Saqué el pequeño timbre de cera que había comprado especialmente para esto, recordando cómo una vez me dijiste que te gustaban las cartas selladas de esta forma. "Tienen algo romántico, algo eterno", dijiste aquella tarde, mientras jugabas con uno de esos sellos en un mercado que encontramos por casualidad.
El calor de la cera llenó el aire por un momento antes de solidificarse en el sobre. Lo sellé con cuidado, dejando que el peso de tus palabras y mis silencios encontraran un refugio en ese pequeño acto. Luego, tomé la carta y caminé hacia la caja donde descansaban todas las demás. Era una caja sencilla, de madera oscura, pero para mí guardaba un mundo entero: cada pensamiento, cada recuerdo, cada palabra que nunca serás capaz de leer.
Abrí la tapa y coloqué la carta encima de las demás, ordenadas como si fueran capítulos de un libro que jamás verá la luz. Cerré la caja con una mano temblorosa, como si con eso estuviera cerrando también un pedacito de mi corazón. Por un momento, me quedé ahí, en silencio, mirando la caja, sabiendo que era lo más cerca que podía estar de ti.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— AUTHOR NOTE
esto es tan triste que hasta mi me hizo llorar mientras personitas 😭😭