CAPITULO 3

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Al momento en que termino de decir la frase, sonó el timbre indicando que teníamos que volver a la tortura de las próximas dos clases, no me malinterpreten, si quiero estudiar esto, solo que hoy no parece ser un buen día para mí.

No nos dijimos nada e hicimos nuestro camino de regreso al salón de clases.

Otro maestro, otra presentación, pase de lista, más tortura y así hasta que escuche el timbre de salida, para entonces ya tenía recogidas todas mis cosas, lo se tal vez hasta cierto punto grosera y mal educada, pero en estaba en un punto en el que no me interesaba nada en lo absoluto. Salí del salón apresurando el paso lo más que pudieran mis pies, me dirigí a la salida mientras rebuscaba en mi mochila, por mi teléfono y mis audífonos, eso se sentiría tan malditamente bien, me puse mis audífonos mientras escuchaba a Jessie Ware con Say you love me. Si algo deprimente, pero mi vida así era, deprimente, gris, aunque estoy vislumbrando algo de negro en ella.

Aghhhh.

Tome el transporte que me llevaría a mi trabajo. Trabaja medio tiempo en el negocio de mamá Loreley's tours era solo un pequeño establecimiento cerca de la playa, rentábamos lanchas, tablas de surf etc., todo el equipo, era algo aburrido la mayoría del tiempo, pero teniendo en cuenta que estábamos en pleno verano, apenas nos dábamos abasto con la gran demanda de los turistas y con mamá queriendo llevar a cabo su nuevo proyecto, pues si era algo abrumante.

Mamá quería poner al lado un pequeño restaurante de mariscos y todo lo relacionado con la playa, a mí por supuesto no me atraía mucho la idea, ya que era más trabajo y estaría a cargo de las rentas, pero la respetaba, solamente me quedaba como buena hija apoyarla y darle el menos de problemas, suficiente teníamos con nuestro dolor pudriéndonos por dentro, solo soportábamos un día a la vez y así lo estábamos llevando bien, bueno eso creo o por lo menos estábamos haciendo lo mejor para ocultarlo

Casi llegaba a mi destino, la parada en la que bajaba estaba cerca de un café donde venden unas deliciosas ensaladas, sándwiches y demás snacks rápidos, siempre pasaba compraba algo para mama y para mí, ya todos me conocían. Entre y pedí nuestras ensaladas favoritas y un par de té helados, espere a que estuviera mi pedido y seguí mi camino.

Llegue al local y todo parecía estar tranquilo, vi a mamá que estaba haciendo la factura a unos muchachos que pidieron tablas de surf, mientras ella les explicaba que debían de entregarlas antes de irse o máximo a las 8pm, cuando se desocupo la salude.

-Hola Ma, ¿Cómo ha ido todo?- lo dije mientras la abrazaba y le daba un beso, que bien era oler el aroma de mamá, siempre oliendo a brisa fresca.

-Si pececito, todo va viento en popa- si ella a veces tenia esas expresiones de marineros y demás cosas, aunque estos días ya estaba más relajada con el asunto.

-Que bien, ¿Cuántas tablas rentaron esos muchachos?- le pregunte mientras señalaba con mi barbilla en la dirección del muchacho de hace un momento.

-Solo rentaron dos, creo que se les había olvidado a él y a su amigo traerlas consigo, pff, típico jajá – si ya habíamos sabido de muchos casos similares en todo este tiempo, pero mucho mejor para nosotras.

-Oh- fue todo lo que tenía que decir al respecto. Fui a tras a poner las ensaladas y a ponerme la camisa del uniforme, cuando salí de la parte de a tras le dije a mi mamá-Ma, se me olvidaba, traje ensaladas, la que te gusta y té helado si gustas sé que no has ido a comer nada, te conozco, así que ve por ello- le dije con la más severa de mis miradas, aunque ella sabía que era broma.

-Lo se lo se Ner, te amo. Gracias pececito- cuando termino me dio un beso en la mejilla, ella era de las pocas personas que conocía que no tenía que ponerse de puntillas para darme un beso, éramos casi de la misma estatura, aunque yo solo le ganaba con unos pocos centímetros.

-Ve a devorar esa delicia, yo te cubro – le dije mientras la sorprendía con un guiño, eso era algo que me enseñó a hacer Yemaya, eso y a silbar, hacer miles de travesuras a mamá bueno no podría terminar de enumerar todas, aunque solo era cinco minutos más grande que yo, pareciera como si él fuera más grande por años, era travieso y alegre, pero también era la persona más responsable y serio que conocía.

-Está bien no me tardo- mientras la vi que se dirigía hacia atrás a comer

Por el momento empecé a acomodar las facturas y el papeleo de todos los días, pero por el rabillo de mi ojo empecé a vislumbrar dos figuras que se acercaban muy lentamente, no preste atención, ya que podría ser uno más de los bañistas que querían rentar algún equipo.

-Hola Nerissa- Una voz profunda y familiar lleno el aire, me gire y ahí estaba todo reluciente y con esa hermosa sonrisa.

-Hola Dylan, ¿Cómo estás?- le dije dándole la mejor de mis sonrisas, aunque realmente estaba sorprendida.

-Hola- escuche al lado de él que alguien hablo, no me había dado cuenta que había alguien más con él, ya que tomemos en cuenta que todo el me distraía y no es que pudiera evitarlo, él tenía ese tipo de magnetismo que llama y hace que gires la cabeza, si saben a lo que me refiero, pues el lo tenía. Aunque su amigo no estaba nada mal a la vista, pero no se él no me llamaba o atraía el solo estaba bien, era como dos dedos menos alto que Dylan aunque tenía el mismo tono de tés, todo bronceado y músculos como el, si obviamente, era el típico beta de los tipos soy-Sr-Popularidad.

-Hola- respondí a su saludo dándole un asentimiento de barbilla

-Él es Max, mi amigo-Dijo Dylan

-Oh, mucho gusto Max, soy Nerissa, me puedes decir Ner- dije siendo lo más agradable posible, se veía que era algo tímido, aunque solo creo que fue porque aún no nos conocemos bien

El chico "tímido" me sonrió en respuesta, oh mira también es lindo, pero no se él no me llamaba. O por lo menos eso decía mamá, que cuando el chico indicado llegara sentiría como que su ser llamaba al mío y era porque nuestras almas estaban hechas una para la otra y que nuestros destinos fueron tejidos con el mismo hilo de la vida.

Lo se mi madre aun creía en el amor verdadero, hadas, princesas y toda esa parlotearía de romanticismo. En muchas ocasiones le había preguntado sobre mi padre, jamás dijo que fue de él, aunque con el tiempo tuve dos teorías, la primera es que nos abandonó a nuestra suerte y que jamás quiso saber nada de nosotros, esa realmente me enojaba, ya que lo hacía ver como un hombre irresponsable y maldito, si un maldito sobre todo.

La segunda de mis teorías es que murió y mi madre estaba demasiado dolida para decírnoslo. Mamá en diversas ocasiones mencionaba cosas como "tienes los mismos ojos de tu padre", "a tu padre también le gustaba esto o aquello", eso solo traía melancolía y añoranza a mi corazón de conocerlo o saber de él, pero esos sentimientos con el tiempo se empezaron a dispersar, mi madre decía y mucho "todo llega a su debido momento, solo ten paciencia mi pececito", la primera vez que me dijo eso, fue cuando deseaba tanto que me saliera mi diente de verdad, ya que se me acababa de caer mi diente de leche, obviamente estaba emocionada por saber que el hada o ratón, no sé qué sea en estos días, vendría a dejarme una moneda debajo de mi almohada, si la dejo por cierto, pero yo quería que me saliera mi diente, ser igual a mi hermano, siempre fue así, siempre como mi hermano.

NERISSA: EL LLAMADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora