-Estoy aquí para hacer justicia a mis hijos, creí que Ahez cambiaria, que vería todas las señales que le he puesto, pero simplemente las ignoro; fue suficiente. Mis hijos han tenido suficiente de esto y tu mi niña eres la única que puede ayudar a que esto cambie- Me ayuda a levantarme y a recomponerme
Se percata de la pulsera que Dylan me ha dado y toca la piedra, al instante resplandece con un brillo que invade toda la habitación y con ello siento un cosquilleo que me recorre por el brazo y que va recorriendo toda mi piel. A su paso voy viendo como mi piel empieza a tomar su color natural, ya no más moretones o heridas mi cuerpo empieza a recomponerse y solo tuvo que tocarme.
Mi cabello parece haberse aclarado casi como el de ella y mi piel parece que fue bañada con diminutos diamantes ya que tienen un pequeño resplandor.
-Diosa ¿Qué esto que está en mi piel? - Le pregunto ya que no sé si esto es algo bueno o malo
-Esta eres tú, siempre tu mi niña, solamente que te di un pequeño impulso para que todos vean quien eres realmente- Me toma de las mejillas y me da un beso en la frente, sus labios son tan cálidos y su beso lo siento como si me dieran un abrazo tan lleno de amor, como si mi madre me estuviera sostuviera entre sus brazos.
-No temas más mi niña, conozco tu corazón, se quien eres realmente. Sé que tu corazón te llevará a realizar los mayores actos jamás conocidos entre la comunidad del mar, aunque aún está incompleto. Así que te encomendare una misión, te advierto que no será fácil, pero la gratificación será inmensurable- Mi Diosa en persona me encomienda una misión. Creo que esto debe de ser importante.
Y cree que yo soy importante.
-Asumiré cualquier riesgo- Le digo sin dudar, porque siento dentro de mí que esta misión no solamente me traerá paz a mí, sino que también a todos en la comunidad.
-Tu misión mi niña será detener a Ahez a toda costa y por supuesto que tendrás mi respaldo- Al decir estas palabras ella toma mis muñecas y al quitar sus manos de mi aparecen dos líneas plateadas
-¿Cómo la detendré?- Le digo aun mirando las dos bandas en mis muñecas
-Sigue tu corazón, ese jamás se equivoca y cuando llegue el momento sabrás como detenerla- Y así como neblina se desvanece en mis sueños.
Siento nuevamente la humedad en mis mejillas y el frio del suelo en el que me encuentro, la oscuridad me da la bienvenida cuando trato de abrir mis ojos, solo un poco de luz entra a mi celda, al parecer es de la misma antorcha al final del pasillo que conduce a la "casa" de Ahez.
Al tratar de levantarme mis brazos responden fácilmente, ya no hay más dolor en mi espalda o algún vestigio de la sangre que escurría por mi barbilla, miro mi ropa y parece que alguien la hubiera cambiado o se hubiera reconstruido porque todo esta impecable. Creo que mucho mejor que nueva.
Recuerdo las dos bandas plateadas en mis muñecas y me doy cuenta que aún siguen ahí, mas tenues de como las recuerdo, pero aún están ahí.
Ahora el problema será como salir de aquí, al parecer no hay nadie cuidando la celda y eso creo que es bueno. La cerradura solamente la puede abrir Ahez con esa rama podrida que tiene, pero ¿Cómo la podre abrir yo?, bueno tengo ideas locas solo espero que alguna sirva.
Pongo mi mano con la pulsera que Dylan me regalo sobre la cerradura y no parece que algo suceda, seguiré intentando.
La paso varias veces y ya casi cuando estoy empezando a rendirme, emite un sonido la cerradura y empujo la reja
¡Bingo!
Se ha podido abrir.
¡Esto es genial!
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NERISSA: EL LLAMADO
FantasyEste es uno de esos momentos que me pregunto como algo tan hermoso puede causar tanto daño. No sé en qué momento mis ojos empezaron a derramar lágrimas, al parecer llevo así un rato, lo único que siento es el peso de la impotencia y el dolor en m...