CAPITULO 20

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Sentía que podía dormir unos cien años y no me cansaría, al contrario necesitaría más, pero al parecer solo fueron algunas horas. A pesar de que corrí las cortinas para bloquear el sol, mi cuerpo no estaba acostumbrado a dormir de día, solo fue lo suficiente para "recargar" baterías, bueno aun necesitaría más.

Tome un baño y me cambie de ropa, estaba haciendo mi camino por el pasillo escaleras abajo, pero en cuanto pase por la puerta del cuarto de Dylan de pronto tuve una curiosidad inmensa de entrar a ver como lucia su cuarto ...

-Nena ya estas despierta- ni siquiera lo escuche venir, sentí subir el calor de mi cuello a mis mejillas

-Si- es lo único que pude decir, ya que la vergüenza de pensar que me pudo atrapar husmeando en su cuarto uff

-Yo que apenas venía a ver si querías bajar, papá está haciendo barbacoa en el patio trasero- me tendió su mano para que la tomara y no lo dude ni por un minuto

Bajamos las escaleras mientras bromeábamos y esto se sentía tan natural, como si lo conociera de toda la vía y que podría confiarle mis más grandes y obscuros secretos, se sentía tan correcto. Pasamos las puertas corredizas de cristal y ahí estaba junto al asador su padre, con un mandil que simulaba ser un esmoquin, eso fue gracioso y alrededor de la piscina, en las tumbonas estaban recostadas mi madre y la madre de Dylan, parecían estar en medio de alguna plática donde ambas tenían una gran sonrisa. Todo esto volvía a confirmar que simplemente estaba haciendo lo correcto y no tenía por qué tener duda alguna

Dylan me llevo a la tumbona al lado de mi madre e hizo que me recostara, dijo que me traería un refresco y lo vi hacer su camino a la cocina y bueno quien podría decir que no a este trato

-¿Qué tal dormiste querida?- pregunto la madre de Dylan detrás de sus lentes de sol

-Fantástico, aunque parece ser que no acabo de obtener suficiente, sobre todo porque esa cama es deliciosa- era verdad ya que al momento que me recosté en ese colchón parecía que estaba entre nubes, ya que era sumamente suave y acurrucable

-Lo sé, tenemos también tenemos uno de esos y créeme es difícil levantarse- dijo la madre de Dylan con una gran sonrisa y acomodándose de nuevo en su tumbona

-Aquí tienes- escuche decir a Dylan mientras me daba un refresco de Pepsi cherry, mi favorita, no lo había olvidado

-Gracias, lo recordaste- le dije con adoración, mientras le tomaba a mi delicioso refresco

-Jamás podría olvidar cualquier cosa que se refiera a ti nena- después me dio un beso casto en los labios

Había olvidado que estábamos acompañados, rayos el me hacía perderme

-Así se habla hijo, por supuesto es algo que yo le enseñe, tu sabes así conquiste a tu madre- dijo el padre de Dylan mientras miraba a su esposa

-Si claro Martin, como si todos aquí no supiéramos que ya era tuya antes de siquiera me dirigieras la palabra- dijo su madre en diversión mientras rodaba los ojos y todos reímos ante el comentario

Esto es algo en lo que no me había detenido a pensar, todas las parejas fueran emparejadas por la Diosa Sedna, interesante.

-Tu sabes, la Diosa Sedna nos emparejo y unió- dijo la madre de Dylan, al parecer pudo ver en mí que necesitaba un poco de explicación

-¿Y ella que hace exactamente?- porque es algo que no me ha quedado claro

-Bueno- contesto el padre de Dylan- ella no es más que la protectora de todo el mar y las criaturas que en el residen, veras ella ha existido desde el principio de los tiempos y en algún punto nos doto a nosotros de todo tipo de dones para poder ayudarla a proteger a todas las criaturas que viven en el mar y sobre todo cuidar que el hombre no sepa de nuestra existencia. A todos por igual nos dio el don de poder comunicarnos con cualquier criatura, también nos dio el don de manipulación de los mares y el último y más importante nos otorgó el don de un sonar, para poder localizar a un radio de cuatro kilómetros, déjame decirte que es de mucha utilidad, es como un GPS.

NERISSA: EL LLAMADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora