CAPITULO 14

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Nos miramos aun con la respiración agitada, me mordí mi labio inferior aun saboreándolo en mis labios, el bajo la vista a mis labios y vi que estaba algo sonrojado.

Hay Diosssssss.

Me separe de él, ya que sentía que si seguía en sus brazos no podría resistirme a probar más de sus besos.

-Amm se está haciendo tarde- dije mientras bajaba la mirada a mis pies y ponía uno de mis mechones detrás de mi oreja, fue lo primero que se me ocurrió para sacarnos de nuestro estupor.

-Ah, sí es verdad- dijo mientras sacaba las llaves del auto de su bolsillo, torpemente abrió la puerta del copiloto, la dejo abierta para mí, mientras el metía las cosas en el maletero, me subí al asiento del copiloto y en no tardo en entrar en el auto. En el camino fue algo incómodo, por mi parte sentía que si le decía algo, por ejemplo que me encantaba, que me enamore de él, si era demasiado pronto.

Solo se escuchaba las canciones que estaba tocando la estación de radio y en este momento se escuchaba "when i was your man" de bruno mars, muy alentador.

Llegamos a casa y yo solo me despedí con un "Hasta luego" y me baje del auto, camine hacia la entrada de mi casa cuando escuche detrás de mí.

-Ner, espera- dijo Dylan, mientras bajaba del auto, me detuve y volteé hacia donde él estaba.

-Mira, no sé qué me paso allá, es que es yo no... lo que pasa es... lo que quiero decir... Rayos-Dijo dando un pisotón al piso algo enfadado, creo que no soy la única que no sabe bien que decir.

-No quería irme sin antes despedirme de ti, mucho menos por todo lo que paso y pasara- me dijo mirándome y al siguiente momento sus labios estaban sobre los míos de nuevo, puse los ojos como platos, ya que no me esperaba que me besara aquí, exponiéndose a que nos viera mi madre, oh olvídalo todo, esto era como la maldición imperius, me sentía en un letargo, me olvide de todo, era agradable. Ahora ya se lo que sienten los duendes de Gringotts, aunque no sé qué quiso decir con "lo que pasara", supongo que si tenemos esperanzas de un futuro juntos.

Se escuchó ruido que provenía de mi casa, como si varias cosas se estuvieran cayendo y un "Oh no", mi mamá si ni más ni menos, era ella, inconfundible. Eso basto para que termináramos el beso, le sonreí como tonta y él me dio un beso entre mi mandíbula y mi cuello, mientras me agarraba la cintura.

-Nos vemos Ner- dio media vuelta y entro en su auto, lo encendió y al irme se despidió con un movimiento de su mano.

Creo que la función de esta noche exhibida en mis sueños será la película de "Dylan el magnífico".

Entre a la casa, aun sintiéndome entre nubes y con las avispas, que últimamente residían en mi estómago, parecían como si estuvieran queriendo salir de él, abrí la puerta, deje mi bolso en la barra de la cocina y vi que mi madre estaba leyendo un libro, aunque la delato el hecho que estaba al revés, si claro pronto te voy a creer mamá

-¿Qué tal te  fue pececito?- dijo mamá en una voz suave y algo fingida, quería información por supuesto, claro que la hare esperar un poco mas.

-Primero quiero saber ¿Qué hacías en la ventana mamá?-dije fingiendo enojo y poniendo mis brazos sobre mis cadera, tenía que actuar bien mi enfado.

-¿Yo? Claro que no, estaba aquí leyendo, esperando tu llegada pececito, no sé cómo puedes creer tal cosa de mí, eso sería invasión a tu privacidad, tu sabes es algo que ningún padre haría jamás- dijo con un tono de indignación y note un poco de .sarcasmo 

Si claro mamá.

Lo único que hice, aun fingiendo mi enfado, fue rodar los ojos, soltar un bufido y levantar las manos dramáticamente.

Pero mamá no iba a parar ahí, oh claro que no.

-Bueno pececito entonces ¿Qué paso? Por favor no me dejes con esta duda- dijo mientras daba saltitos. Eso realmente me hizo reír.

-Mamá ¿para qué quieres que te cuente si ya lo sabes? O por lo menos la parte importante- le dije mientras le daba la más fiera de mis miradas acusadoras.

-¿Yo? Realmente pececito no sé de qué hablas- lo dijo fingiendo demencia, si claro.

-¡Mamaaaaaaaaaá!- chille en tono acusador.

-Está bien, está bien, lo admito, solo di un pequeñísimo vistazo, solo un poquitito- dijo mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa de lado a lado.

Yo solamente la mire con incredulidad y al final me rendí, le empecé a contar todo lo que sucedió esta noche, solo omitiendo la parte del llanto y tal vez la del beso.

-Ves pececito ya decía yo, es un buen muchacho, vale la pena, aunque creo que eso ya lo descubriste. El sexto sentido de mama nunca se equivoca- me dijo mamá mientras estábamos sentadas en el comedor tomando una taza de café, para entonces ya era un poco tarde.

-Bueno pececito ve a descansar, que ha sido un día largo y fascinante- me dijo mamá mientras se levantaba de la mesa y me daba un beso en la frente. Hizo su camino a su cuarto y escuche cuando cerró la puerta.

Subí a mi recamara, entre y cerré la puerta, me empecé a poner mi pijama con parsimonia y a quitarme el maquillaje, pareciese que todo lo hacía en automático, pero la verdad es que estoy pensando en todo lo que paso esta noche, al parecer también tengo alguna influencia en Dylan, tal vez no como la que él tiene en mí, pero ya es un logro, mientras ese pensamiento pasaba por mi mente se dibujaba por mi rostro una sonrío amplia, a estas alturas ya no me importa como me veo, ya que estoy consciente que parezco una tonta deambulando por mi cuarto y con la cabeza entre las nubes, por una vez en este infierno de año me permitiré ser feliz.

Hermano desearía tanto poderte contar todo lo que me ha pasado y que hagas el papel de hermano enojado.

Al fin me metí en mi cama y mirando el techo de mi cuarto seguía repasando el momento en que Dylan me dio el primer beso, la textura de sus labios, su toque, su aroma que tanto me encantaba que parecía como si aún estuviera aquí conmigo, lo tenía muy presente. Me di cuenta que algo brillaba en mi mano izquierda, era la piedrita que colgaba de mi pulsera, parecía como si fuera fluorescente, aunque bastante intensa, mientras la miraba sentía mis parpados pesados, con ganas de ver a Dylan y estar en el mar, un deseo que hace más de un año que no tenía.

NERISSA: EL LLAMADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora