NERISSA: EL LLAMADO

CAPITULO 13

Dylan me miraba atentamente escuchando toda mi narración, yo solo quería terminar, era como volverlo a revivir, parecía que volvía al mismo día mi mente estaba jugando conmigo y casi podía sentir el sabor del agua salada en mi boca.

-Estábamos bien, pero de repente empezó a azotar más el viento, la embarcación se empezó a mover, no hicimos caso, ni siquiera cuando empezó a ensombrecerse el día, las olas empezaron a ser cada vez más grandes y furiosas, empecé a preocuparme cuando una de ellas movió con brusquedad el barco, dije a Yemaya que deberíamos de regresar, aunque no fuimos demasiado rápidos al decidir regresar.

Recogí nuestras cosas y Yemaya fue a prender el bote, como era muy viejo siempre era algo difícil encenderlo, esta vez no fue la excepción, mientras que el viento y las olas azotaban con más ahínco, pensé que no resistiría nuestra embarcación. Yemaya empezó a notificar a la guardia costera de nuestra ubicación para que fuera por nosotros, apenas y pudimos decir donde nos encontramos ya que la radio así como todo en el barco era viejo derrepente dejo de funcionar-dije mientras recordaba nuestra desesperación y ansiedad- nada estaba a nuestro favor ese día, aunque fue el día que más me había divertido con mi hermano, triste ironía .

-No paso mucho tiempo para que empezara a llover, en algún momento creí que la lluvia haría que nos inundáramos, aunque también ayudaba a eso las constantes arremetidas que nos daban las olas, de un momento a otro escuchamos un crujido que le proseguía a la arremetida que dio la última ola, nuestro peor temor se había vuelto realidad, toda la parte derecha del barco estaba desgarrada, la corriente nos arrastró contra unas rocas que se encontraban cercas y entonces Yemaya me abrazo, empezó a decirme que todo iría bien que vendrían a rescatarnos que me tranquilizara, yo en ese momento no me percataba que no solo era lluvia que resbalaba por mi rostro también lagrimas que salían a borbotones, otra sacudida y ahí fue cuando no supe que paso, supongo que me golpe contra algo, porque mi cabeza dolía, después me di cuenta que no podía mover correctamente mi pierna derecha.- lo dije mientras me acariciaba la cicatriz que tenía en la rodilla derecha, donde tuvieron que ponerme algunos tornillos y una placa para que pudiera soldar con éxito mi hueso. Dylan seguí expectante ante mi relato y yo volviendo a llorar. Trate de quitarme las lágrimas, pero parecía que solo invocaba a más de ellas.

-Recuerdo despertar sobre un pedazo de madera aunque no recuerdo haber llegado hacia el o siquiera haber nadado en absoluto - que después los rescatistas me dijeron que era parte del casco de la embarcación - En ese momento que me rescataron le dije que salvaran a Yemaya y después no supe más. Nunca encontraron su cuerpo, solo sus sandalias, dijeron que podría estar en cualquier parte yo no paraba de gritar y llorar histéricamente, perdieron la esperanza después de dos meses, dijeron que era imposible que estuviera vivo y mi corazón se estrujo, algo me decía que él nunca volvería, jamás vería su sonrisa, ni a escucharlo burlarse de mí, nada, absolutamente nada- Dije mientras me llevaba las manos a la cara y sollozaba, sentí que Dylan se acercaba a mí y me rodeaba con sus brazos, estuvimos así por un largo tiempo, yo llorando sobre su camisa, cosa que me avergonzó ya que todo mi maquillaje estaría en su camisa y también un poco de mis fluidos nasales.

-Lo sé, se exactamente lo que se siente perder a tu alma gemela, lo se Ner, llora todo lo que quieras, desahógate, aquí estaré para ti, siempre...- dijo Dylan mientras me abrazaba más fuerte y que acariciaba la espalda, eso se sentía bien, ayudaba a que lo que llevaba dentro tanto tiempo empezara a salir.

Al tiempo empecé a calmarme, me retire de su calor. Era momento que empezara a portarme como una chica grande y dejar de llorar, o es lo que me decía a mí misma, esperando funcionase.

-Gra... gracias Dylan y perdona por lo del maquillaje en tu camisa- dije mientras me limpiaba las lágrimas con una servilleta.

-No tienes de que preocuparte. Y sabes, todo lo que dije es verdad, quiero que eso quede bien claro ¿ok?- dijo con determinación y desviaba mi mirada a sus ojos