CAPITULO 15

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-Ner, nena ¿estás bien?- escucho a lo lejos una voz familiar, aunque es muy improbable que este aquí, en mi casa.

-Mmm- es lo único que logro que salga de mi garganta, ya que es muy temprano y no dejemos de lado que es sábado, no quiero levantarme aun, esto es tan injusto. Solo me remuevo en mi cama y jalo más las cobijas para taparme bien.

-Ner, nena soy Dylan, despierta- oh rayos sí que es el, en cuanto escuche su nombre me puse rígida, me senté de inmediato como resorte en mi cama y abrí los ojos.

-¿Dylan? ¿Pero qué haces en mi ...- no termine la pregunta ya que mire a mi alrededor y por supuesto esto no se parecía en nada en mi cuarto.

-¡Oh rayos! ¿Dónde estoy?- dije mientras me quitaba las cobijas de encima y empezaba a levantarme, aun desconcertada y mirando a mi alrededor.

-Nena, tranquila, siéntate- me dijo Dylan agarrándome de los hombros para que siguiera sentada.

-Dylan ¿Dónde estoy?- lo dije ya a punto de la histeria.

-Prométeme que estarás tranquila ¿sí?- me lo dijo con la más tranquila y melosa voz que tiene en su repertorio. Me encanta. Bueno ya hormonas tranquilas, aun no sé dónde estoy o cómo fue que llegue aquí. Solo asentí en promesa de que me tranquilizaría y lo mire a los ojos, buscando respuestas

-Es algo difícil de explicar, no sé si te gustaría arreglarte primero, ya que daremos un paseo ¿Te parece?- aún estaba ese tono tranquilizador en su voz y esa sonrisa hermosa, que solo él puede darme.

-Está bien- lo dije sin mucho ánimo, ya que realmente estaba muy conmocionada por esto y me sentía cansada como si hubiera hecho mucho ejercicio un día anterior.

El salió de la habitación y fue entonces cuando pude ver bien a mí alrededor, me levante de la cama, empecé a deambular por el escritorio, había algunas fotografías pegadas en la pared pude ver a Dylan más joven y algunas un poco más recientes siempre con alguien que se parecía mucho a él pero en versión femenina, creo que era su cuarto, oh Dios ¡¿Qué hacía yo en el cuarto de Dylan?!

Me tranquilice y apenas me percate que tenía una camiseta que me quedaba muy grande ¿Dylan me cambio? Oh no puede ser que vergüenza.

Y por lo que puedo inferir que me vio... Solo de pensarlo que vergüenza!

Me dirigí al baño que estaba en su recamara y tome una ducha rápida, me envolví en una toalla limpia que encontré en una repisa, pero ¿y mi ropa? ¿Y ahora qué hago? Empecé a ver a mí alrededor y vi que mi algo de mi ropa estaba cercas del lavamanos, me cambie, me vi al espejo, mi cabello caí húmedo a los lados de mi cara, siempre rebelde y sin remedio, lo cepille y lo deje libre. Inspeccione mi cara y me vi diferente, bueno era yo claro, pero algo era diferente, como cuando dejas de ver a tus amigos por las vacaciones de verano y cuando los vuelves a ver son diferentes, crecieron más, se broncearon o un nuevo corte de cabello, así me sucedía al verme hoy al espejo, mi cabello era el mismo, mi bronceado o la inexistencia del mismo en mi piel, estaba igual. Después mi vista fue hacia la pulsera que Dylan me había dado ayer, recordé que antes de quedarme dormida la piedra brillaba, pero ya no lo hacía más, si supongo que es fluorescente. Me puse mis tom's que encontré cercas de la cama de Dylan y salí de su cuarto.

Al salir de su cuarto me encontré con un pasillo a mano derecha ya que a la izquierda solo había una ventana que daba hacia al frente de su casa, camine por el pasillo y me encontré con unas escaleras que daban hacia la planta baja y supongo que ahí es donde me está esperando Dylan.

Llegue a la planta baja y lo encontré recargado en la barra que daba a la cocina, al parecer estaba sumergido en sus pensamientos ya que no había notado que estaba ahí.

NERISSA: EL LLAMADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora