CAPITULO 10

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Entramos en su casa y era como me la había imaginado, pulcra, ordenada y de muy buen gusto.

-Si gustas dejar tu bolso en el sillón- dijo Dylan al momento en el que el dejaba su mochila en el sillón, seguí su ejemplo y después me sentí un poco inquieta porque no sabía que más hacer.

-Ya llegue- grito Dylan y al momento se escucharon algunas voces a lo lejos y música

-Estamos en la cocina bebe- dijo una voz de mujer

-Vamos- me dijo Dylan mientras me conducía hacia lo que parecía ser la cocina

En la cocina estaban atareadas dos personas una de ellas una mujer, no muy alta, delgada y con el cabello castaño que le llegaba hasta la cintura, parecía ser muy hermoso aun cuando lo tenía recogido en una trenza francesa y a su lado un hombre igual de alto que Dylan, cabello recortado pulcramente aunque ya se podía vislumbrar unas canas en su cien.

-Hola mamá- le dijo Dylan a la mujer que estaba de espaldas a nosotros mientras le daba un beso en la frente.

-Hola bebe ¿Cómo te fue?- dijo la mujer mientras se limpiaba las manos y volteándose hacia nosotros.

-Oh por Dios Dylan porque no me dijiste que teníamos compañía, tú debes de ser Nerissa- dijo su madre mientras se acercaba a mí y me tomaba de los brazos para darme una abrazo- ya veo porque mi hijo no puede dejar de hablar de ti, eres más bonita de lo que él decía- lo dijo mientras me envolvía en un tierno abrazo, poco me hacía falta para que me empezara a salir vapor de la cara de tan roja y caliente por los halagos de su mama, un poco avergonzada pero más relajada al ver cómo son sus padres.

-Bienvenida querida y te puedo decir que estoy sumamente complacido con tu presencia, mi nombre es Martin y aquí Lidia mi hermosa esposa somos los orgullosos padres de Dylan- su padre tenía una hermosa sonrisa que solo hacía más evidente el gran parecido que tenía con su hijo.

Mire por el rabillo de mi ojo y vi como Dylan también estaba un poco sonrojado, no más que yo por supuesto, pero también se le podía ver lo contento que estaba en este momento. Eso me tranquilizaba.

-Me alegra que por fin mi hijo se decidió a traerte a casa, estábamos más que ansiosos por conocerte- su padre también me envolvió en un abrazo de oso, al principio me había tomado por sorpresa, pero percibí su aroma, era delicioso y sentí su abrazo tan cálido y sincero, que le respondí con alegría a su abrazo.

-Ya basta papá, la vas a asfixiar- escuche decir detrás de mí, era Dylan, mientras su papa se retiraba con una sonrisa en su cara y yo dándome cuenta que tenía una sonrisa igual.

-Está bien, está bien hijo, no te la voy a robar- dijo si padre mientras me enviaba un guiño juguetón, mientras regresaba a comprobar la estufa

-Espero estés hambrienta, ya que Martin ha hecho su especialidad, lasaña- dijo su madre mientras terminaba de revolver el bowl de ensalada- ya te digo que por esa lasaña me convenció de casarme con el- lo dijo mientras miraba a su esposo, a simple vista te podías percatar de que estaban sumamente enamorados y que a través de los años había creado un lazo inquebrantable

Pude notar que sus padres tenían en el costado del antebrazo un tatuaje, eran líneas curveadas encontradas que me hacían recordar a las olas del mar, me parecía sumamente curioso ya que era raro ver a padres tan modernos. No estoy segura si mi madre se atrevería a hacer algo así, aunque realmente no sé si tenga algún tatuaje ya que siempre usa manga larga sea o no sea invierno, creo que es para evitar los rayos del sol, ya que mi madre tiene un tono de piel muy hermoso, es aperlado con un brillo realmente hermoso, totalmente diferente a mí, aunque creo que en eso me parezco a mi padre, bueno en eso y en casi todo de mí, yo solamente tengo los ojos verdoso de mi madre, ya que mi madre tiene el cabello castaño rojizo y ondulado.

Ayude a Dylan a poner los cubiertos en la mesa, mientras su madre ponía la ensalada y Dylan se ocupaba del aderezo, su padre abrió el horno y un exquisito olor a tomate y especies flotaba en el aire, parecía tener una muy buena pinta.

-Bueno tomemos todos asiento, que se enfría- dijo el padre de Dylan mientras ponía sobre la mesa el recibiente con su especialidad y tomaba asiento en la cabeza de la mesa, a su lado derecho se sentó su esposa, al izquierdo Dylan y yo al lado derecho de él.

¡¿Qué más se debe de hacer en estos casos?! Un manual no me vendría nada mal.

-Nerissa me dijo mi hijo que esta próximo tu cumpleaños-dijo el padre de Dylan mientras empezaba a partir la lasaña en cuadritos.

-Así es, es este viernes- dije poniéndome más roja, si es que se podía y aun más al saber que Dylan les contaba todo, espero que mi torpeza no sea una de esas cosas.

-Me alegra escucharlo ¿Ya han planeado algo?- me dijo mirándome con curiosidad y pasándome un plato de lasaña con un poco de ensalada.

-Si padre, ha sido mi idea celebrar su cumpleaños haciendo una lunada- respondió Dylan por mi mientras se llevaba un bocado de lasaña a la boca.

-Excelente idea hijo, has aprendido del mejor, así conquiste a tu madre- dijo orgulloso el padre de Dylan mientras tomaba de la mano a su esposo y le dedicaba una amorosa mirada. Realmente despedían amor.

-Sabes muy bien que no fue eso Martin ya las tenías todas de ganar- dijo la madre de Dylan al momento que soltaba una risita que parecía más bien una melodía.

-Pero no lo puedes negar mujer, soy irresistible- su esposo le dirigió una sonrisa socarrona, que hizo que todos nos riéramos.

Realmente me alegre de conocer a los padres de Dylan, son tan cálidos y sinceros.

La cena fue tranquila, llena de risas y sonrisas, hablamos de todo, la escuela, el negocio de mama de mí, hasta de cuando Dylan era pequeño, eso realmente lo puso como un tomate, fue bastante gracioso y lindo de ver la interacción que tenían.

Pero aun algo me hacía falta, existía un vacío en mí, cuando llegue a casa me percate de lo que faltaba. Me hacía falta Yemaya.

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NERISSA: EL LLAMADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora