Presentimiento

3 0 0
                                    

Erick.

En la mañana, justo en el desayuno, les había contado todo a mis padres de lo que pasó a noche con Joel y Alicia, me sentí bien de recibir su apoyo, ellos siempre quisieron mucho a Ali y al igual que yo se sentían mal de lo que había pasado.

-Lo bueno fue que ya hicieron la denuncia-Me dijo mi papá-La familia Pimentel si es muy poderosa pero en la actualidad el apoyo a las mujeres es más escuchado y apoyado, no por nada ya hay muchas leyes que defienden a las mujeres-Me dijo-

-Si espero que se haga justicia, ese tipo no es bueno no solo para Ali, sino para cualquier mujer-Respondí-

-¿Y dónde se está quedando Alicia?-Me preguntó mi mamá-

-Con la familia de Zabdiel, con tu amiga Raquel-Respondí-Ya saben cómo es Renata-

-Lo bueno, a Raquel le hará bien tenerla y a Ali también-

-Si, yo voy a apoyarla con el divorcio y todo el trámite legal, me siento más cómodo de saber que ellos le están brindando hospitalidad-

-Si es lo bueno-Dijo papá-Y yo también ayudaré con el caso legal, conseguiremos que Joel firme ese divorcio y ya después veremos si no lo van a encarcelar podemos lograr una orden de restricción y si la rompe entonces será más fácil encerrarlo-

-Gracias por su apoyo-Dije sincero-

Continuamos desayunando y después me fui al bufete a trabajar, tenía que dar mi mayor esfuerzo si quería ganar no solo este combate sino también todos mis demás casos.

Al medio día, recibí una llamada de mi asistente diciendo que había una persona que quería verme urgentemente, me extrañó muchísimo y pensé un momento dudando acerca de quién era, cuando escuché disturbio afuera de mi oficina y sin más Renata abrió bruscamente la puerta.

-Señor Erick le pedí a la señora que esperara y no lo hizo-Me dijo mi asistente inquieta-

-No te preocupes, déjala-Respondí e hice una mueca al verla, mi asistente asintió y salió de la oficina-¿Qué se te ofrece?-Pregunté mientras le hacía una seña de que tomara asiento frente a mi escritorio-

-¿Dónde está Alicia?-Preguntó Renata enojada-

-¿Porqué?-

-Ayer a media noche Joel fue a gritarme a la casa, la estaba buscando dijo que yo la tenía escondida-Relató-Que se había escapado y que seguramente yo la estaba encubriendo-

-¿Y qué tengo que ver yo con eso?-Dije serio-

-¡Qué tú la escondiste, imbécil!-Gritó-¡¿Crees que soy estúpida o qué?!, la idiota de mi hija seguro ya se acordó de ti y te fue a buscar-La miré sin expresión-Recuerda que sigue casada con Joel, ella es su mujer y tú no puedes hacer nada-

-En eso sí te equivocas-Respondí-Puedo hacer más de lo que te imaginas y tú no vas a venir aquí a amenazar ni mucho menos a exigirme algo-Advertí-No les tengo miedo a ti ni a Joel-

-¡Dime dónde está!-Demandó-

-Ni muerto, mejor espera a que ella se ponga en contacto contigo, si es que así lo quiere-Dije-Además no sé porqué te preocupas tanto si nunca las has querido, sólo te importa el dinero de Joel-

-¡Tú no tienes derecho de reclamarme nada, esa mocosa es mi maldita hija te guste o no y yo voy a tomar las decisiones que a mí se me peguen la gana!-Me gritó-

Iba a decirle que se fuera en el mismo tono que ella me gritó pero llamaron a la puerta nuevamente.

-Pase-Dije modulando mi tono de voz-

Nunca Te Olvidaré |E.B.C.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora