¿Esta vida?

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Alicia.

La fiesta de boda era de lo más aburrida, sólo conocía a mi madre, a Richard, a Kennedy y a los padres de Joel.

Al parecer Joel quería dar la mejor impresión invitando a "la crema y nata" de la sociedad que conoce, me felicitaban pero siento que esta no es la boda que debía tener, no es la boda de mis sueños, la que te dicen en las historias que este es el mejor día de tu vida.

Al final de todo esto, Joel había escogido un vestido de mangas, sin mucho escote ni de la espalda ni del pecho, tenía encaje sólo en la parte de arriba mientras quela falda era lisa y sin brillos, ni moños ni detalles.

Pero al parecer este era el vestido de novia perfecto para encajar con la gente a la que está acostumbrado a convivir Joel y su familia.

Estaba sentada en la mesa de los recién casados, bebiendo una copa de clericot viendo como todos se conocían pero nadie se acercaba a mí.

-Cambia esa cara de amargada que tienes y pon una de felicidad, acabas de ganarte la lotería, Joel es el esposo ideal-Apareció mi madre y tomó asiento junto a mí-

-¿Para mí o para ti?-Pregunté de mala gana-

-Para ti, insolente-Respondió de la misma manera-Hace un par de semanas parecías estar de acuerdo con la idea y hoy-Rodé los ojos y miré hacia otro lado-Entiende que esto es un buen arreglo, tienes suerte de que Joel se haya fijado en ti-

-Ah yo soy la de suerte-La miré nuevamente y resoplé-

-Si, tú eres la de suerte porque los hombres adinerados y cultos como él no se fijan en chicas poca cosa como tú-Dijo fríamente-

-¿Porqué me dices eso?-

-Porque es la verdad, Joel es lo mejor que nos pudo pasar a ambas, que sea tu esposo y yo su suegra, nos hace merecedoras también de su fortuna-Dijo en voz baja-Además, ¿No estabas enamorada de él?-Cuestionó-

-S-si-Titubee un poco-Es mi novio y ahora mi esposo claro que lo quiero, pero no me gusta la manera en la que me trata a veces, me empuja o me jalonea, me grita o menosprecia, me hace sentir que nada de lo que pienso y quiero importa-

-Tienes que entender que él es el hombre de la relación, tiene todo el derecho de hacerlo cuando lo provocas-

-¿Qué tonterías estás diciendo?-Dije ofendida-¿Tengo que dejar que me humille siempre?, ¿Qué me hable y me trate como se le de la gana?-

-Sobre todo ahora que eres su esposa, ¿Lo quieres si o no?-

No quería darle a entender que lo estaba dudando porque de igual manera el matrimonio ya era un hecho y claro que si quería a Joel, me ha ayudado muchísimo pero no me gusta tener que tomar en cuenta que a veces me maltrata y tener que someterme aún más que soy su esposa.

-Si, si lo quiero-Agaché la mirada-

-Y nos conviene también, ¿No es así?-

-Si, porque me ayudo en mi recuperación con el accidente y aún nos sigue apoyando-

-Bien entonces cambia esa cara y cambia esa actitud porque no te va, tienes la vida que cualquier otra mujer desearía y no le sabes sacar provecho-

-Y según tú ¿Cómo hago eso?-

-Haz todo lo que Joel te diga y sé una esposa obediente, admirada serás si callada siempre estás-

Sus palabras me dieron escalofríos pero en parte tenía razón, esta es la vida que ella y yo escogimos para mí y no me queda más que aceptarlo y aprender a vivir con ello, con este nuevo capitulo de ser la señora Pimentel.

Nunca Te Olvidaré |E.B.C.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora