6. ¿Qué otra cosa hacer?

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No me había dado cuenta de lo mucho que extrañaba jugar fútbol. No tocaba un balón desde el mes pasado y, por más que suene extraño, esa sensación de cansancio después del entrenamiento se sentía muy bien.

Después de eso pasé otra vez por mi habitación. Me bañé y me vestí con un suéter estampado, una falda blanca y unas medias-pantalón abrigadas. Me puse unas botas de piso y tomé un gran abrigo. Cogí mi mochila y bajé por las escaleras. Como siempre, renté una bicicleta y desayuné más rápido que de costumbre. Casi comenzaba mi clase de dibujo. Pedaleé rápidamente hasta el "rincón del dibujo" y me bajé de un salto. Por suerte la clase aún no había comenzado y algunos estudiantes todavía vagaban por ahí.

Para ser sincera, estaba emocionada de ver a Mike otra vez. No lo veía desde hace exactamente una semana, cuando almorzamos juntos. Tampoco pude evitar pensar que, a lo mejor compartiría esta clase con Dean. Sí, tenía ganas de verlo, a pesar de nuestra discusión esta mañana.

Alcancé a ver la cabeza del chico que me había presentado a Mike la semana pasada. Creo que se llamaba... Stan. Me acerqué a él y estaba a punto de decirme algo cuando salió Andrew Hammer y llamó a clase. Entramos juntos y nos sentamos en mesas contiguas. El profesor comenzó a explicar una técnica para...yo no sé qué. Dejé de prestar atención al segundo. Di un pequeño salto en mi silla cuando Stan me tocó el brazo y me pasó un pequeño papel doblado. Lo miré con el ceño fruncido pero él solo sonrió. Abrí el papel con cuidado de no ser descubierta.

Sabes dónde está Mike? Por un segundo pensé que vendría contigo.

Honestamente, no me había dado cuenta de la ausencia del chico. De lo poco que conozco a Mike sé que es un alumno aplicado y feliz de lo que hace. No sé si Mike tenga el perfil de chico malo que se salta las clases. Contesté la nota.

No tengo ni idea de donde está.

Stan frunció el ceño al recibir mi respuesta. Se apuró a responder.

Mike no es la clase de chico que se salta clases. Debe haberle pasado algo.

Y con ese mensaje, cesó nuestro pequeño puesto de mensajería. Sin embargo, en la hora y cuarenta minutos restantes de clase no pude hacer más que pensar qué la habrá pasado a Mike.

Apenas acabó la clase, Stan se levantó de un salto y fue el primero en salir. Comencé a empujar gente por el camino y lo seguí. Justo antes de que se subiera a una moto que estaba en la entrada del "rincón del dibujo" lo tomé del brazo.

- ¿Vas a buscar a Mike?- pregunté. Asintió con la cabeza luciendo un poco confundido.- ¿Puedo ir contigo? También tengo curiosidad de saber qué la habrá pasado.

Volvió a asentir con la cabeza.

- Súbete y agárrate fuerte.

Sonreí con suficiencia y monté en la moto detrás de él. Stan arrancó y en menos de tres segundos estábamos frente a las casas independientes al occidente del campus universitario. Bueno, tampoco tres segundos. No podíamos andar tan rápido si no queríamos que el frío acabara con nuestra cara. Bajamos de la moto rápidamente y medio corrimos hasta la puerta del hogar de Mike. Stan golpeó insistentemente la puerta, pero esta no se abría. Volvió a golpear con la palma abierta mas no se escuchó nada en el interior.

- Tengo un mal presentimiento Shara.- murmuró Stan mirando disimuladamente por las ventanas.

- Ya somos dos.- respondí imitando su acción. Stan volvió a gritar:

- ¡Mike! ¿¡Estás ahí dentro!? ¡Michael!

Esperamos unos segundos pero nada se oía en el interior de la casa. Stan caminó hacia la derecha y se paró frente a una gran ventana.

Las Hermanas Lee©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora