7. Menudo...chico

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Pasaron unos minutos que fue como si el tiempo se hubiera detenido. Stan no volvió a la habitación y yo me quedé quieta en mi lugar, apartada lo más que podía de Mike. Sin embargo, los gritos de Mike se seguían escuchando y yo podía ver como si retorcía cual epiléptico. Al fin decidí acercarme a él y, sin importarme que tuviera mucha más fuerza que yo, lo abracé. Pero no era un abrazo amistoso. Lo abracé como una especie de "cárcel", para que se quedara quieto y dejara de moverse. Al principio me empujaba, pero yo volvía a mi posición inicial y lo abrazaba. Cuando dejó de apartarme, nos quedamos así durante bastante tiempo. Luego de un periodo de tiempo indefinido, Mike se quedó dormido en mis brazos. Llamé a gritos a Stan y entre los dos lo volvimos a subir a la cama. No volvimos a dormir en la noche, nos quedamos pendientes de cualquier cambio de Mike.

Falte a mi entrenamiento y no desayuné y estaba a punto de faltar a mi primera clase. Entonces me di cuenta que no había comido en un día y moría, literalmente, de hambre.

Como a las ocho de la mañana Mike bufó y se levantó lentamente en la cama.

- Tómalo con calma, Mike, acuéstate de nuevo.- Michael se talló los ojos y miró alrededor. Me hizo caso.

- ¿Qué...?- preguntó con voz ronca y rasposa. Hizo una mueca y me apuré a darle el vaso de agua que tenía listo a un lado de la cama.

- Nos preocupamos por ti y decidimos venir a verte.- dije sentándome en la silla que estaba al lado de la cama, donde había permanecido las últimas 24 horas.

- No....- dijo aún son abrir los ojos.- Vete Shara.

- No me iré hasta que no estás bien.- contesté con incredulidad. De hecho sí quería irme, muero de hambre y cansancio.

- Vete, por favor.- dijo con una voz más autoritaria ahora.- Stan se quedará conmigo.

Observé a Stan y, para ser sincera, no encontré ninguna diferencia con respecto a los dos chicos. Estaban igual de pálidos y demacrados. Si, Stan y yo estábamos hechos mierda.

- Mira, dejemos que Stan descanse unas horas. Que vaya a dormir y coma algo. Cuando vuelva desapareceré de tu vida.- Mike bufó.

- Está bien.- Stan se quedó observándome un rato.

- ¿Segura que estarás bien sola con él?- preguntó el chico. Sonreí y me acerqué a él para depositar un beso en su mejilla.

- Ve, estaré bien. Y gracias.

Stan sonrió y se fue de la casa. Me volví hacia Mike que seguía sin abrir los ojos. Me acomodé a los pies de la cama y apoyé la espalda en la pared, dando por sentado que se había quedado dormido nuevamente.

- No quiero que estés aquí.- murmuró exaltándome un poco.

- Yo no puedo creer que TU hayas hecho esto.- él bufó de nuevo y se incorporó un poco en la cama.

- No conoces las razones por las que lo hago.- dijo frío y un tanto molesto. Temía que en cualquier momento pudiera estirarse y pegarme a pesar de su estado.

- No, pero sé que ninguna razón es suficiente.- dije mirándolo a los ojos para hacerlo sentir aunque sea un poco culpable.

- Deja el tema Shara. Cuéntame de ti, no nos vemos desde hace una semana.- dijo acomodando las almohadas tras su cabeza.

- No hay nada que contar.- dije ruda. Él rió sin gracia.

- ¿Tu hermana? ¿Familia? ¿Amigos? ¿Novio?

Lo miré a la cara. Sé que es poco pero me pareció un detallazo que él se acordara que tenía una hermana. Además, la forma en que me miraba me hacía sentir como segura. Era muy distinta a la forma en que me miraba hace unos segundos. Por un momento me sentí de nuevo como en aquel almuerzo la semana pasada y noté como las orejas se le ponían un poco coloradas. A pesar de todo, estoy segura que Mike sigue siendo un chico inseguro de sí mismo y lo confirmé cuando apartó su mirada de la mía. Sin saber por qué, le conté un poco de todo sobre mi vida. Le conté sobre mis padres (lo cual ya es mucho decir), sobre mi tía y mi abuela, sobre mi época de secundaria, sobre Beth y Jess, incluso sobre Mary y Lisa. Puse bastante hincapié en relatarle lo ocurrido tanto con Dean como con James y Chris, que tampoco lo he visto desde hace una semana. Le conté el problema con Dean y también el encontronazo con los Carroll.

Las Hermanas Lee©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora