9. La cueva de Beth y Jess

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Me volví a acostar con la carta apretada fuertemente en mi puño. Suspiré y una sonrisa se formó en mi rostro. Era encantador. Me permití pensar por un momento la idea de que James era un muy buen candidato. Es decir, es tierno y gentil. Es un gran chico. En algún momento me quedé dormida hasta que una luz muy molesta me levantó de mi dulce sueño. Abrí mis ojos con pereza encontrándome la sonrisa de puta de Mary sobre mi cara. En seguida supe que algo andaba mal. Me levanté de un salto y miré alrededor.

- ¿Qué has hecho?- le pregunté asustada. Ella no dejó de sonreír en ningún momento y me enseñó su móvil sobre la palma de su mano derecha.

- Digamos que estoy perfeccionando mis habilidades fotográficas.- diré la verdad, me tomó un momento sumar dos más dos, pero una vez me di cuenta de esto la miré cual pez fuera del agua.

- ¿Me tomaste una fotografía?- pregunté incrédula.

- Sip.- dijo sin quitar esa maldita sonrisa y se puso a mirar en su móvil despreocupadamente.- Y déjame decirte que has salido muy guapa.

Antes de que se diera cuenta le había rapado el teléfono de sus feas manos. Busqué mi foto y ahogué un grito al verla. Claramente estaba despeinada y...en conclusión, horrenda. Para mejorar las cosas, estaba abrazada a ese estúpido pedazo de papel. Le tiré de vuelta el móvil y tomé el papel del piso.

- Bórrala.- le dije seriamente. Ella rió cual bruja.

- Lo siento cariño, ya la subí a todas las redes sociales que pude. Estás acabada.- Dios, esta chica está enferma.

- ¿Por qué haces esto?- pregunté ya algo cansada de su actitud infantil y me di la vuelta para votar el papel de James. No quería pruebas de lo que había pasado la noche anterior.

- No sé si olvidaste que llenaste mis pies de vómito anoche.- reí por su tono, sonaba tan malditamente enfadada que me permití disfrutar un poco.

Ignorándole tomé algo de ropa y me metí al baño. Ni siquiera pude ver con claridad que cogí. Resultó ser un jean con una blusa rosa la cual odiaba, pero no me importó. Me peiné con una coleta descuidada y salí del baño. Mary ya se había ido, así que tomé un abrigo, mi celular y salí a desayunar. Realmente me sorprendí ver como Susan salía de su habitación al mismo tiempo. Me sonrió cálidamente y se acercó para abrazarme. A veces, las palabras sobraban entre nosotras.

- Hace tiempo que no desayunamos juntas. Vamos.- le sonreí y pasé un brazo sobre sus hombros.

Caminamos haciendo estupideces hasta la cafetería. En ocasiones, me sentía triste por separarme tanto de ella. Pero estos momentos realmente valían oro para nosotras. Nos sentamos en una mesa apartada del resto y comenzamos a hablar de temas un tanto banales.

- Así que...-dije con una sonrisa en el rostro.- Sales con Chris.

Ella pareció sorprenderse un momento. Se sonrojó un poco y se llevó el café a la boca. Diablos, sí le gusta.

- ¿Cómo lo supiste? ¿Lo conoces?

Saber que Chris no le había hablado a mi hermana de nuestros diversos encuentros me dejó un tanto más tranquila...o dolida. ¿Qué si lo conocía? Vaya si lo conocía.

- Me he cruzado un par de veces con él, me lo comentó.- ella asintió con la cabeza y sonrió.

- Es buena persona, me gusta.

Nos quedamos un rato en silencio. Realmente no me esperaba esto. En seguida recuperamos nuestra conversación vacía. Con un comentario de Susan estallé en carcajadas. Ni siquiera me di cuenta en qué momento alguien ocupó la silla a mi lado.

- Me alegra que se lleven tan bien.- dijo Dean a mi lado.- Eso significa que no me extrañarás.

- Dean.- dije aún con una sonrisa.- No te veía desde el lunes, ¿cómo estás?

- Muy bien.- miró a mi hermana.- Y esta bella señorita es...

- Dean, ella es mi hermana Susan. Susan él es un amigo Dean Davis.

Ellos se sonrieron y enseguida Dean volvió a nuestra conversación.

- Me voy.- comentó.

- ¿Cómo que te vas?- pregunté sintiendo como mi sonrisa moría un poco.

- Me voy de la universidad.

- ¿Para siempre?- pregunté ya un poco asustada. El chico me caía muy bien, ¿tenía que irse?

- No tonta.- dijo codeándome.- Un par de semanas.

- ¿Por qué?- pregunté mientras recogía un pedazo de la magdalena de mi plato.

- Pues, soy un deportista de alto rendimiento. Me contactaron de una ciudad algo lejana e iré a hablar con alguna gente.

- Wow, eso es fabuloso.

- Si, lo es.- dijo asintiendo con la cabeza. Luego se inclinó y depositó un beso en mi mejilla.- Tengo que irme.

- ¿Crees que será posible vernos un día en clase? Se supone que estamos en la misma carrera, mismo semestre. Tendremos que vernos te guste o no.

- Créeme linda, ya nos veremos por ahí. A propósito, me encantó tu foto dormida.- me guiñó un ojo y se fue de la cafetería. Rodé los ojos. Maldita foto y maldita Mary.

- Es lindo.- dijo Susan con una sonrisa.- ¿Quién es?

- Lo conocí en la fiesta que diste el día que llegamos, ¿recuerdas?- le dije respondiendo a su sonrisa.

- ¿Ves que en mis fiestas pasan muchas cosas buenas? Tendrás que ir más seguido.

- Si...- respondí pensando en lo que pasó la última fiesta de Susan. Alejé ese pensamiento de mi cabeza.- Adivina quién te manda a decir que eres un perra.

- Hace mucho alguien no me decía así...bueno, hace unas horas. Pero no sé, sorpréndeme.- apoyó los codos en la mesa, a la espera de una respuesta.

- Harry Carroll.

- ¿Harry Carroll?- se sorprendió.- ¿El hermano de Nicole Carroll?

- El mismo.- respondí con una sonrisa.

- ¿Cómo lo contactaste?- preguntó con verdadero interés mientras daba otro sorbo a su taza.

- Estudia aquí.

- ¿Aquí en William's?- señaló la mesa como si eso fuera la Universidad. Asentí con la cabeza mientras mi celular comenzaba a sonar con su canción: Somebody That I Used to Now de Gotye.

- ¿Hola?- contesté.

- Desaparecida, buenos días.- dijo la voz de Beth de buen humor por el otro lado del teléfono. Reí.

- Buenos días loca, ¿cómo están?- pregunté.

- Muy bien, estamos pensando en ir hoy a almorzar, luego cine y aprovechar el hielo para ir a patinar, ¿te apuntas?

- Claro que me apunto, paso por su habitación en veinte minutos.- dije de muy buen humor.

- Vale, y ya me contarás de tu foto durmiendo. Un beso.

Rodé los ojos y colgué. Tarde, ya todos habían visto mi maldita foto. Le hablé a mi hermana.

- Supongo que tienes planes para hoy.

- Si, claro.- me sonrió con cariño.- Diviértete con tus amigas hoy.

Le sonreí y me levanté, caminando a la cueva oscura de Beth y Jess.

*EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO*

- La otra solución es que comiences a consumir también y te unas al círculo.- habló Mike como si fuera algo muy simple. ¿Volverme drogadicta o morir?

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Las Hermanas Lee©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora