- Hey chica.- me dijo Susan en cuanto descolgué el teléfono. Cabe decir que es uno nuevo, ya que el de antes se lo llevó el maldito matón de la banda de Mike.
Gruñí y entreabrí el ojo derecho. La habitación estaba totalmente a oscuras a causa de las cortinas corridas. Gruñí un poco más y me di media vuelta en la cama aún con el teléfono en mi oído.
- ¿Qué quieres?- pregunté de mala gana y con la voz baja y ronca. No puedo creer que me haya despertado a esta hora de un sábado.
- Cálmate linda. Te llamé para hacerte una oferta especial.- gruñí de nuevo para que entendiera que estaba escuchando y prosiguiera.- Iremos de día de campo con Chris hoy. ¿Quieres venir?
Me contuve de soltar la más grande carcajada de la historia. ¿Día de campo con mi hermana y su estúpido novio? No, realmente paso. Bufé.
- No Susan, gracias.- estaba a punto de cortar la llamada cuando ella me lo impidió.
- Por favor ven. Chris quiere conocerte.- "Vaya si quiere conocerme" pensé.- Puedes llevar a alguien, pero por favor ven.
- ¿Alguien como Jess o Beth?- pregunté conociendo de antemano la respuesta.
- Oh vamos Shara, no seas nena. Me refiero a un chico.
- Ni de coña Susan, no iré a tu estúpido día de campo.
- Por favor.- dijo lloriqueando y sonando muy desesperada. Gruñí contra la almohada.
- Está bien. Iré. Pero, ¿por qué no quieres pasar tiempo a solas con tu novio?
- No lo sé. Me pareció divertida la idea de una cita doble.- gruñí de nuevo, diablos hoy estoy muy gruñona, pero realmente no me despierto en mis mejores condiciones cuando me levantan de esa manera.
- Nos vemos después.- dije cortando la llamada.
Bufé y, de mala gana, me levanté de mi cama. Revisé el reloj. ¡¿Ocho y media de la mañana?! Diablos, esta chica está loca. Me volví a acostar en la cama. Susan está demente si cree que me voy a levantar a esta hora un sábado. No dormí ni cinco minutos cuando mi celular me despertó de nuevo con la canción The Scientist de Coldplay. Esta canción me está sacando de quicio.
- Sabía que te dormirías de nuevo.- dijo Susan alegremente desde el otro lado de la línea.- ¡No duermas! Tienes que estar lista en una hora.
Bufé y colgué de nuevo la llamada. Reuniendo toda la fuerza interior que fui capaz me metí en la ducha. Me vestí con unos jeans y un suéter gris de rayas verdes. Me aseguré de tomar un buen abrigo y mi teléfono y salí en busca de mi pareja. Esto no nos va a gustar nada a ninguno de los dos pero lo necesito ahora. Como siempre, alquilé una bicicleta y pedaleé hasta las residencias independientes.
Una vez frente a su puerta tomé una gran bocanada de aire. Alisté mis nudillos y llamé a su puerta. Luego de varios minutos apareció un Mike despeinado y nada más que con una vieja camiseta y unos bóxers. Wow, tengo un amigo sexy. Después de un repaso rápido y limpiar la baba de mi boca me concentré en la situación.
- Diablos, te desperté.- dije fingiendo pena, realmente me importaba un pepino.
- No, no te preocupes.- dijo escondiendo un bostezo y limpiando sus ojos hinchados.- ¿Pasó algo? ¿Qué necesitas?
- De hecho, un favor.
- ¿Qué pasa?- preguntó ahora luciendo interesado.
- Resulta que mi hermanita me invitó a un día de campo con ella y su maldito novio y necesito un acompañante.- dije con la esperanza de que él entendiera el resto.
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Las Hermanas Lee©
JugendliteraturSu nombre, es Shara Lee... y bueno, no había mucho más que decir de ella. Todos lo que la conocían superficialmente se sentían profundamente cautivados por ella y su hermana Susan. Pero de tan solo ver las peleas...huían, literalmente. Ellas dos er...