13. Por que no

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Mary le devolvió la mirada a mi hermana. Cargada con mil kilogramos de pura furia se limpió la sangre que salía por la comisura de su boca con el dorso de la mano. No entiendo nada. ¿Cómo pudo entrar Susan? ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué le pegó de esa manera? Asustada miré en dirección de Chris, que estaba parado en la puerta sin hacer nada y mirando la escena igual que yo: atónito y totalmente sorprendido.

El segundo golpe llegó por parte de Mary hacia mi hermana. Arrugué la nariz y puse una mueca como si me hubiera pegado a mí en lugar de ella. Dios, se van a matar aquí y lo peor es que yo no tenía ni idea de qué mierda hacer. Pronto las dos furias se separaron gracias a Lisa (que tomó a Mary del cuello para que se calmara) y Chris, que hizo lo mismo pero con Susan. Era claro que ellas querían seguir, pero les fue imposible.

- ¡Todos los que están en esta habitación los quiero en la enfermería, ya!- gritó Jennifer Hanks, la encargada de las residencias femeninas, desde la puerta.

Mary se separó de un tirón de los brazos de Lisa, nos fulminó a todos con la mirada y salió de la habitación hecha una furia. Pero el resto no nos movimos, todavía demasiado conmocionados para hacer algo. Jennifer se volvió hacia nosotros.

- ¿Qué esperan? A la enfermería. Le avisaré al decano de lo sucedido y ya les dará su merecido.

Lisa salió de la habitación cabizbaja. Me giré para mirar a mi hermana, pero esta estaba refugiada en los brazos de Chris. Y, por más que doliera, no quise interrumpirlos. Tomé una bufanda para luego salir de la habitación siguiendo a Lisa por la noche helada.

En la enfermería nos esperaba una señora delgada de unos de cincuenta años. La enfermera que tiene el turno nocturno. Sobra decir que nos recibió con cara de pocos amigos. Nos metió a cada uno en un cubículo distinto y separados por unas delgadas cortinas azules. Nos hizo sentar a todos, independiente si teníamos heridas o no. Claramente, la más herida era Mary que aún tenía un poco de sangre sobre su labio. Yo tenía unas tres marcas de sus feas uñas en mi cara, pero nada más. Susan estaba intacta.

Aún sigo pensando cómo llegamos a esto. Tal vez gritamos tan fuerte que todos se dieron cuenta y por eso llegaron Susan y Jennifer. No lo sé, todo es confuso. Además, ¿no le parece extraño a Susan encontrar a su novio medio desnudo en la mitad de la noche en la habitación de su hermana?

- ¿Qué pasó?- preguntó una voz masculina desde el cubículo de al lado.- Los rumores corren rápido, vine tan rápido como pude. Mary, ¿estás bien?

James, lo que faltaba en esta linda fiesta. Agh, no puedo creerlo.

- Estoy bien.- respondió ella.- ¿Pero qué haces?

Justo en ese momento la cortina que me separaba de MonstruoMary se abrió dejando ver a James con cámara en mano y disparando como un loco. En su espalda llevaba una mochila oscura, a simple vista parecía vacía. Debo decir que para ser casi las tres de la mañana se veía muy bien. Hasta esta hora de la noche pude apreciar un momento para mí misma la belleza masculina de James King. Aspiré profundamente. Amanecer, su aroma. No pude evitar repetir la pregunta de su hermana:

- ¿Qué haces?- estaba consciente de que me había hecho un par de fotografías. Él sonrió.

- No todos los días pasa una pelea de esta magnitud en William's, ¿no crees?

- ¿Y por eso tomas fotos?- se encogió de hombros.

- Hay que documentarlo.- sacó otro par de fotos a mis mejillas rasguñadas y a la parejita feliz de mi hermana y Chris.

- No te ofendas pero ya hay bastante documentación de la relación entre tu hermana y yo.- Mary soltó una carcajada.

- Si te refieres a la foto de la semana pasada, felicitaciones. Tienes mil likes.

Las Hermanas Lee©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora