El fin y el principio de mis días

Tú otra vez...

Laurent:

—Qué coincidencia —murmuró con una sonrisa ladeada—. Nos volvemos a encontrar.

Rosalie:

Tú otra vez...

Sus ojos estaban fríos, calculadores, evaluando si tendría que pelear de nuevo contra él

James:

—Interesante reunión. —Su mirada se deslizó hasta Bella—. Y parece que hay algo aún más interesante aquí.

Rosalie dejó escapar un gruñido bajo, su postura volviéndose aún más defensiva.

Victoria:

—No sabíamos que jugaban con humanos.

Rosalie:

—No es asunto tuyo.

Laurent alzó las manos en señal de paz, pero su sonrisa no se desvaneció.

Laurent:

—No vine a buscar pelea. Solo me sorprendió verte aquí después de nuestro último encuentro. No esperaba que fueras tan protectora con una humana.

Rosalie no contestó. Su atención estaba completamente en Bella, asegurándose de que no estuviera demasiado expuesta.

Carlisle:

—No queremos problemas. Solo estamos jugando.

Laurent:

—Nos iremos pronto —dijo Laurent, pero James no parecía tan dispuesto.

El vampiro depredador inclinó la cabeza, observando a Bella como si intentara grabar su rostro en su memoria.

James:

—Ella huele diferente.

Fue suficiente para que Rosalie reaccionara. Con un solo movimiento, tomó a Bella del brazo y la pegó a su espalda, su postura completamente tensa.

Rosalie:

—Ni un paso más.

James soltó una risa baja, pero no avanzó. Laurent miró a Carlisle y luego a James.

Laurent:

—Estoy seguro de que este no será nuestro último encuentro

James tardó unos segundos en apartar la vista de Bella, pero finalmente siguió a Laurent y Victoria de regreso al bosque. Solo cuando estuvieron fuera de su vista, Rosalie giró sobre sus talones y abrazó a Bella protectoramente

Edward:

—Rosalie, es un rastreador. He leído su mente, vendrá a por Bella, hacía cientos de años que no le atraía de una manera tan desenfrenada la sangre de un humano. Hará lo que sea necesario para llegar a ella

Rosalie:

—Tenemos que sacarte de aquí. Ahora.

Bella asintió mientras el  miedo se apoderaba de ella. Sabía que Rosalie y los Cullen la protegerían, pero no quería que se expusieran a una amenaza por su culpa