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Mónica estaba con su hermana y con la nodriza de ambas. Era una mujer arrugada y buena... con Ayelin (su hermana), con ella era un ogro ¿a qué se debía? Ambas era hermanas gemelas, eran exactamente iguales, tal vez fue que ella nació primero se preguntaba la niña mientras le hacían cariños a su gemela.

--No os sientas mal--decía Loil que era la voz en su cabeza-- tienes nuestro apresio. Deseo vuestra atención.

En ese momento entró una joven de unos veinte años y con un vestido gigantesco de gala, mirando a su hija predilecta: Ayelin.

--Adiós mi bebé, espero que no te portes mal con la nodriza --decía tomando a la niña.

--No mamá, soy buena hija --dijo la niña.

--Eres la mejor hija.

--No salgas -- comenzó a gritar Mónica -- vas a morir, si sales vas a morir.

--Niña tonta, te dije que pararas de decir tonterías como esa, a puesto que tu amigo imaginario te las dijo.

--Loil es real, ellos son arena y me muestra cosas. No salgas.

La mujer tomó a la niña y comenzó a golpearla, como siempre, y se aproximó a su hija predilecta diciéndole.

-- Nunca seas como tu hermana.

Por desgracia, se cumplió lo que dijo Mónica y su madre murió. La ventaja es que aún vivía su padre y no estarían solas, la desventaja (para Mónica) era que tenía los mismos ideales de su difunta madre: Ayelin es la hija buena y Mónica la mala.

Como era de esperarse, criaron a Ayelin para ser una gran doncella con clases de etiqueta, de idiomas, de piano... todo para ser una gran esposa algún día y a Mónica la dejaron a un lado, ni cuando su padre se volvió a casar consiguió que la comprendieran, así que se reservó a que Loil era su único amigo, viviendo entre la arena del tiempo.

-- Si crees que ser poseedor es ser monstruo todavía -- soltó un quejido -- no sabes nada. Yo vivo para mi tiempo.

Aunque hablara de ese modo, muchas cosas del pasado dolían fuertemente en su corazón y nunca se permitió sentir odio por Ayelin, "no era su culpa" decía a si misma "no nació con mis dones". También luchaba para no despreciar sus dones como Emely, cada vez que dudaba de la suerte que tenía, lo ignoraba, lo cierto es que amaba su don; lo único verdadero que tenía, las otra cosas solo no eran para ella.

-- Tienes que mirar esto -- decía uno de los tiempo (ya no lo conocía como Loil; ya sabía que eran muchos tiempos para colocarle un solo nombre).

-- Ya ví lo que sucederá con ambos si no hago nada, no necesito que me lo recuerdes.

-- En unos cinco segundos saldrán por la puerta los que quieres ver.

Ella miró la puerta y contó hasta cinco. El tiempo nunca le mentía (aunque hubo un tiempo en que quiso que le mintiera), los dos salieron entre risas, caminando hacia una cadena de pequeños apartamentos.

-- Gracias.

-- Tienes que irte de aquí, también algo malo te pasará.

-- Sabes lo que opino de que me adviertan de mi tiempo. Se que están preocupados, pero no quiero modificar mi futuro.

Al decir esto se fue caminando hacia donde ella escribió en el papel que se verían, sabría que el siguiente día no sería de color de rosas para ella.

*****
¿Haz despertado en un lugar desconocido antes? Si la respuesta es no, amigo no haz vivido todavía y si la respuesta es si, trata de recordar que comiste, que fumaste o que tomaste; puede ser que tenga o alcohol o drogas o ambas o que se yo. Si no lo recuerdas todavía, espera unos minutos, esos recuerdos llegaran y te golpearan la cabeza cuando menos te lo esperes. Eso de hecho no fue lo que le pasó a Emely o a Leonardo. Tan solo ella despertó y los recuerdos llegaron como los síntomas de la resaca también.

Historia después de la historia -(Epílogo)- Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora