onceavo

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El dolor aun le era insoportable, lo menos que pensaba era en dónde estaba o que querían con todos ellos.

Habían muchos soldados (tanto mujeres como hombres) que estaban en ese lugar enserrado con Emely en lo cual unos pocos ella ya había visto burlarse de ella antes que ahora la mayoría de estos gritaban por ser liberados, los ya rendidos estaban tratando de bajar la fiebre de Emely. Ella no entendía porque la ayudaban si tan mal la trataban, tal vez era porque daba pena, o ya no tenían esperanzas y hacer eso les ayudaba matar el tiempo, toda inferencia era bienvenida.

Un hombre abrió la puerta de la habitación y todos los soldados se pararon para probar si era su escape, pero el ver el arma en su mano, retrocedieron, además que vieron a más hombres afuera con armas del mismo tamaño. El que entró arrancó a Emely de las manos de los que la cuidaban y la cargó sacándola de ese lugar, cerrando la puerta cerrando también las esperanzas de libertad de los reclusos.

La condujeron a una habitación más amplia y la amarraron en una silla de madera. Era estupido porque a ella el dolor no la dejaba moverse siquiera ¿Para que la amarraban si no podía escapar?

--Tu collar es peculiar --dijo un señor con traje acercándose y tocando el collar mirándolo con ojos maliciosos-- iba atacar a una simple base y me encontré con una portadora.

El corazón de Emely se heló, podía sentir la arena en él, aquella esta estaba muerta, eso significaba que era portador en el pasado, pero le inyectaron a la fuerza el antídoto y al parecer, si funcionó a diferencia de ella que si volvía fluir otra vez es que el antídoto (o la dosis del antídoto) no le hizo un efecto culminante como a él, ósea aquél hombre ya no era portador.

--Sé que sientes ahora --comenzó a decir caminando alrededor de ella-- sientes dolor en cada fibra de tu cuerpo por la arena que esta fluyendo por primera vez. No, no es un ataque cardíaco es arena del tiempo en tus venas y tu me ayudarás a ganar esta guerra, además de muchas cosas más.

Emely se sintió enojada de escuchar esas palabras; el planificaba usarla como arma, como un odjeto y eso era algo que no le agradó nunca. No lo iba permitir.

*****

--¿Estas seguro que es ahí? --dijo Leonardo al gato cuando este se detuvo enfrente de un edificio-- y ¡qué diablos hago hablando con un gato! Mejor entremos.

Entraron de forma "pacífica", claro si pacífica significa tomar un arma y disparar a las personas de la entrada utilizando la agilidad que ganó por estar desde niño en la milicia, sí, pacífico -_-'; claro, eso se logró con un chaquelo antibalas.

Ambos se aproximaron al cuarto donde estaban cautivos los secuestrados y Leonardo los liberó no sin antes ordenarle que tomaran las armas de los que ya habían muerto y que le ayudaran a atacar; créanme, había mucha ventaja, más por el factor rencor.

Ya cuando ya estaba terminando de exterminar escuchó un fuerte disparo y decidió examimar aquella habitación que provino el ruido abriendo la puerta lento por si es una trampa, pero se encontró con charcos de sangre y solo un sobreviviente embarrado de sangre y un arma en su mano, estaba de espaldas a él así que no había notado su llegada.

--Así es el estilo de Emely García --dijo la persona; ya se imaginan quien es.

--¿Emely? --dijo Leonardo y Emely se dió la vuelta sorprendida totalmente sin palabras.

--Tengo una pregunta: ¿el dichoso gen del tiempo puede aparentar que eres más joven? --le preguntó acercándose y mirándola fijamente.

Emely asintió con la cabeza viéndose indefensa y asustada, aunque tenía sangre en casi todo su cuerpo.

--Significa que lo de Carmen fue una broma y si eres la tía Mily que conocí --dijo lo que provocó que ella se alejara como si se preparará para una reacción. Eso hizo que Leonardo meditara: "Ella esta asustada y preparada para una confrontación. Le reclamaré después, no quiero que vuelva a escapar" así que desvío su vista en otro punto.-- ¿Mataste todos esos hombres tu, tía Mily?

--¿Sí? --dijo confundida y volviéndose a acercar aún viéndose temerosa-- conocían el gen y sabían que lo tenía, no iba permitir que me usarán.

--Rápido salgamos de aquí --ordenó volviendo al hilo y yendo hacía la puerta.

--¿Me vas a delatar? --preguntó deteniéndolo.

--No, además de que lo sospechaba --eso era verdad eso era lo que supuso cuando miró el collar--. Mientes terrible, es obvio que necesitas ayuda de un profesional.

--No te enseñé a mentir --bromeó Emely ya totalmente relajada.

--Hay cosas que aprendes solo. Mejor vámonos y usa esa arma con que mataste a esas personas-- dijo con una pequeña sonrisa.

--Espera --dijo aproximándose a uno de los cuerpos.

Ella colocó su mano ensima de la del cuerpo y cerró los ojos como si hiciera un esfuerzo inmenso, luego solo se alejó.

--¿Qué hiciste? --dijo Leonardo confundido.

--Era antes un poseedor, tenía tiempo, solo robé el tiempo que él antes robó --dijo como si fuera fácil de entender.

Él prefirió no seguir preguntando, después de la confrontación podría hacerlo fácilmente; decidió mejor seguir caminando con la chica armada a sus espaldas y se preguntó: ¿Cómo alguien tan frágil, pudo hacer todo ese daño?

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Perdonen el retraso.

Historia después de la historia -(Epílogo)- Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora