Capitulo 4

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Desperté cuando los rayos del sol sobre mi cara se hicieron insoportables y no había ningún posible lugar en donde no me pegase el sol en la cara. Me invadió una oleada de alivio al ver que la cama estaba vacía y no se escuchaba ningún ruido en el baño. No quería evitar a Dinah, pero por ahora eso era lo mejor.

Me arreglé para salir antes de que Dinah decidiera volver de donde estuviese, y cuando no escuché ningún ruido en la cocina supuse que no había nadie en casa.

— Bonito auto el de la chica que te trajo anoche... ¿así que ya te aburriste de las de tu edad y fuiste por mujeres mayores?— Espetó Dinah sin despegar su atención del horno—. ¿Es casada? ¿Tiene hijos? Sabes lo mal que está eso...

— ¡Cállate!— Grité, saliéndome de control de inmediato.

— No me gusta tener que sacar conclusiones, pero como ni siquiera me puedes mirar a los ojos cuando me hablas eso es lo único que puedo hacer— dijo con burla—. ¿Con cuántas te has acostado estos meses? 

— Detente, Dinah— le pedí en un tono mas calmado.

— Voy a pensar en nombres para las afortunadas chicas.... Esa de ayer podría llamarse Vanessa, una de la semana pasada voy a llamarla Anna— comenzó a nombrar, riéndose cada vez que un nombre venía a su mente—. Aunque parece que esta vez encontraste una para repetir, ¿eh? A esa le veo cara de Laura o tal vez de Lauren.... No lo sé, dime tú cual le queda mejor.

En ese momento sentí como mi cuerpo se paralizó y mi respiración se hizo entrecortada, un escalofrío recorrió mi espalda y creí que iba a desmayarme en ese momento. Como pude me senté en una de las sillas que estaba junto a la barra y me sostuve de los bordes de la mesa para calmarme un poco.

— No dices nada porque es cierto— dijo, acercándose a mí.

— No... no entiendes.

— Y ahí vienes de nuevo con tu mierda de que no entiendo.— Dinah alzó las manos con frustracion y comenzó a caminar de un lado a otro—. ¡Me cansé, Camila! Ya te di toda la privacidad que querías, pero ahora necesito saber que has estado haciendo estos meses... Por qué desapareces siempre y por qué estas en todos lados como la mejor amiga de Lauren Jauregui.

Dinah colocó su teléfono sobre el mesón. Di un vistazo rápido al teléfono y pude ver que en Instagram estaba una de las fotos que Lauren y yo nos habíamos tomado el día anterior.

—Dinah...yo...— intenté decir algo, pero ni siquiera era capaz de balbucear.

—No tengo planes hoy. Podemos quedarnos aquí todo el día si quieres, pero no te vas a ir hasta que me expliques.

— No puedo— murmuré.

—No te pregunté si podías o no, dije que lo hicieras.

Un nuevo escalofrío recorrió mi espalda y sentí como mis parpados se hacían pesados y la dificultad que estaba teniendo para mantener mi cuerpo sentado. Todo se empezó a volver negro y vi como Dinah se acercaba a mi acercaba un vaso de agua.

Tomé todo el contenido de este y traté de calmarme un poco. Dinah me miraba con preocupación y sostenía fuertemente mi mano derecha. Su semblante seguía siendo serio, pero ya no había enojo en el.

— Discúlpame, Camila. No pretendía gritarte pero...— Levanté un dedo para que dejara de hablar.

— Yo soy la que tiene que pedir disculpas. Hay muchas cosas que deberías saber pero te las puedo contar ahora.

— Deberías comer— sugirió Dinah. Su tono molesto había vuelto, y yo no hacia mas que sentirme culpable por estar mintiéndole. Tal vez había llegado el momento de contarle.

made up; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora