Como pudimos, salimos rápidamente del club en donde se estaba dando la fiesta y Lauren pidió que un auto nos recogiese en la parte de atrás. Había varios paparazzis en la entrada y ninguna de las dos quería lidiar con eso. Queríamos estar en nuestro pequeño mundo, en nuestra pequeña burbuja, y con Lauren apretando mi mano y nuestros dedos entrelazados, yo me sentía en otra dimensión.
— Buenas noches, señorita Jauregui— la saludó su chofer.
— Buenas noches, Martin... ¿Te molestaría tomar alguna ruta alterna para salir?
El asintió y nos abrió la puerta, primero entró Lauren con ayuda de el y luego hizo lo mismo conmigo. Cuando estábamos dentro de la camioneta negra, Lauren subió una especie de pared negra que dividía la zona del conductor con la zona de atrás, para tener privacidad, supuse.
Cuando salimos, algunos reporteros que esperaban en la puerta de atrás trataron de ver quien iba en el auto, para obtener fotos exclusivas y vender alguna historia a las revistas el día siguiente, pero Lauren bajó la cabeza y tapó su cara. La imité, para no causarle problemas en un futuro, aunque los vidrios eran bastante oscuros y dudaba que alguien pudiese ver algo de lo que estaba adentro. Después de salir de la zona del club, Lauren le pidió al chofer que se detuviese y bajó de la camioneta, en medio de la nada.
— ¿Qué estas haciendo?— Le pregunté, siguiéndola por la calle.
— Quiero caminar.
— Son como las dos de la mañana, Lauren.
— Él nos va a estar siguiendo todo el tiempo, no es como que vayamos a estar completamente solas— comentó con algo de sarcasmo en su voz.
No tenía nada para argumentar, así que la seguí en silencio hacia cualquiera que fuese el lugar al que quería llegar. Aun estábamos en la buena zona de Los Ángeles y a pesar de ser las dos de la mañana, la vida nocturna de la ciudad hacía parecer que era más temprano. Caminamos por unas dos cuadras, hasta que nos detuvimos en un McDonalds.
— ¿Hablabas en serio?
— Nunca digo algo que no sea cierto.
— No puedo imaginarte comiendo papas fritas con las manos llenas de grasa.
— Mira como lo hago.
Nos dirigimos a la caja, para hacer nuestro pedido y el cajero del turno se sorprendió al ver quien era su siguiente cliente. Para la mayoría de las personas Lauren era extravagante y llamativa solo por ser tan famosa, pero yo sabía que aunque ella no fuese famosa, de igual manera atraería miradas en cualquier lugar al que fuese. Tenía una belleza natural y un carisma que hipnotizaban, por lo que era imposible que pasara desapercibida cuando entraba a una habitación.
— Buenas noches, ¿que van a ordenar?— Preguntó el chico, que debía tener mas o menos mi edad.
— Nuggets y un Big Mac, con papas grandes y agua. ¿Qué quieres tu?
— Lo mismo.
— ¿Van a querer algún postre?
— Así estamos bien— dijo Lauren.
— Sé que no debería estar diciendo esto porque estoy en el trabajo y tampoco me gustaría molestarla, pero soy un gran fan de usted y es un placer conocerla. La he admirado desde hace varios años y he visto todas sus películas. Le deseo lo mejor en su carrera— comentó el chico de la caja. Miré de reojo a Lauren que se sonrojó por el cumplido y no pude evitar pensar en lo linda que era.
— Muchas gracias.
—No es nada.... Realmente estoy muriendo por tener una foto con usted, pero mi jefe me despediría si se entera.

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made up; camren
RomancePara Lauren Jauregui, las palabras y promesas se habían vuelto vacías. Toda su vida había estado rodeada de personas falsas que se le acercaban solo por su fama. En este punto no confiaba ni en su propia sombra, pero sin darse cuenta deja entrar a a...