Capitulo 17

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El nuevo año había llegado rápidamente, iniciando así, lo que yo consideraba una nueva era. Este año prometía traer cosas buenas y grandes cambios en mi vida. Dejar la universidad para convertirme en cantante era el mas grande de ellos.

Mi foto figuraba en la página de artistas de Sony Music, como un recordatorio de que aquella era mi nueva vida. Mi nuevo comienzo. Mi nuevo yo. Y esperaba ansiosa saber lo que me traería esta nueva etapa de mi vida.

A principios de año— hace casi dos semanas— había subido un nuevo cover y la cantidad de visitas era increíble. No tenía tantas como el primero, pero a las personas parecía gustarle mi voz y es por eso que dos días después volví a Nueva York para firmar un contrato discográfico por tres años.

El contrato base era por un EP y un tour por Estados Unidos. Todo eso durante el primer año y medio, si tenía el éxito que se esperaba, entonces ahí vendría mi álbum debut con posibilidades de un tour fuera de Estados Unidos.

El contrato era bastante claro y preciso. Ahí se expresaban los puntos mas importantes, como por ejemplo mi vida privada: antes de hacer pública una relación debía consultarlo con mi publicista, no era conveniente que hiciera pública mi sexualidad ni insinuara nada acerca de ella y lo importante para ellos es que debía aceptar cualquier orden que mi manager me diera si se trataba de mi imagen pública. De resto eran cosas legales que a mi me importaban poco. No es como que tuviese una vida privada muy interesante, así que estaba bien con el contrato.

Aunque estaría loca como para no aceptar una oportunidad así de grande por algo tan pequeño, pensé.

*

— ¿No te dieron fecha de cuando quieren que saques el single?— preguntó Dinah, limpiándose la boca con la servilleta para seguir comiendo.

— El EP lo quieren para julio, y el single para mayo o abril, supongo.

— ¿Y que vas a hacer todo este tiempo?

— Mañana voy a ir al estudio y creo que quieren que suba algunos covers, para mantenerme en la boca de todos.

— ¿Que pasa con tu estilo?— fruncí el ceño, no entendiendo su pregunta.

— ¿Mi estilo?

— Si, cuando firmaste me dijiste que antes de grabar tenías que definir tu estilo, para poder saber que tipo de canciones ibas a cantar.

— Ah, si. Pero aun no lo sé... No me va lo indie o lo alternativo, como para cantarlo y tampoco el pop comercial que te hace bailar.

— Siempre te he visto como de baladas, tal vez un poco de R&B.

— En eso estaba pensando yo, pero Jacob me dijo que por ahora no iba a ser mi decisión, si no la de los productores.

Dinah levantó la mano, para llamar la atención de un mesero y que este se llevara los platos vacíos y nos trajera la cuenta. Ella sacó su tarjeta de crédito para pagar la mitad, como siempre hacíamos, pero yo me adelanté y le di la mía.

— Yo invito.

— Ah, las ventajas de que tu mejor amiga sea una súper estrella.

— Shh, aun no salgo de YouTube— ella rodó los ojos ante mi patético chiste, pero después sonrió un poco.

— ¿Qué me decías de tu estilo?

— Que no es cosa mía, sino de los jefes. Aunque a mi me gustaría experimentar con varios estilos y ver con cual me va mejor.

— ¿Y vas a bailar?— preguntó burlona.

— Tengo un ego muy grande como para humillarlo de esa manera.

Salimos del restaurante tomadas del brazo y disfrutamos del sol de Los Ángeles, que sería mi nuevo hogar y el de Dinah por los próximos meses... o tal vez permanentemente, porque la idea de vivir aquí no me molestaba en lo absoluto.

— Mira, es tu novia— Dinah señaló un gran cartel donde aparecía Lauren vestida de militar, con un traje muy ajustado que se moldeaba perfectamente a su cuerpo. El verde de su ropa hacía contraste con el de sus ojos y su mirada era penetrante.

¿Siempre había sido así de hermosa? Si, me dije a mi misma.

La idea de cruzarme con Lauren en la ciudad se mantenía siempre presente en mi mente, pero sabía que era poco probable. Era una ciudad muy pero muy grande, con miles de personas transitando cada calle por día. Los sitios que ella frecuentaba eran en zonas completamente diferente a los míos, ella no acostumbraba a salir caminando como cualquier mortal y principalmente, se mantenía en su cueva siempre que podía. Agregándole a eso que viajaba mucho y tal vez ahora estaba grabando una película en algún lugar remoto.

Las probabilidades eran nulas, casi imposibles y esperaba que se mantuviesen así. Tenía casi cinco meses sin verla en persona y me daba miedo como pudiese reaccionar al ver que su mirada ya no era de adoración, sino de odio.

¿La había superado? No, no lo había hecho. Había aprendido a vivir con el hecho de que por un simple error— que pude haber enmendado mucho antes— perdí la oportunidad de llegar a ser algo mas en la vida de Lauren, y no solo eso, si no que también perdí su amistad y su confianza. Si, mi vida amorosa era deprimente.

Pero estamos hablando de Lauren Jauregui, la misma a la que millones idolatran, la misma que sale en las portadas de revista y es nombrada la mujer mas sexy o hermosa del año en diferentes partes del mundo, ¿como la superas de la noche a la mañana?, pensé.

— ¿Camila?— Dinah movía sus manos frente a mi cara, tratando de llamar mi atención—. Parecías estar ida.

— Estaba pensando.

— ¿Estabas en el planeta ojos verdes?— me reí falsamente por su intento de broma y ella rodó los ojos.

— Algún día se te van a quedar así de tanto rodarlos— le advertí, tal cual lo haría su madre.

— Como digas, mamá.

*

Entré al estudio, que era unas diez veces mas grande que el primero en el que estuve y mucho mas sofisticado. Estaba lleno de maquinas, instrumentos musicales y una cabina de grabación mas grande que mi apartamento.

— Camila, llegaste— abracé a Jacob, que era como un amigo para mi y después saludé a las demás personas que estaban ahi—. Como sabrás, aun es muy pronto para grabar. Trabajarás con estos genios de la música y van a enseñarte un poco sobre la escritura de canciones.

— ¿Escribes?— dijo uno de los que estaba en la sala.

— A veces, pero no creo ser tan buena como para ponerlo en un álbum.

— Ese es el mayor error que puedes cometer, Camila. No te limites a pensar que no eres buena en lo que haces, porque nunca llegarás a hacer cosas buenas.

— Claro— dije algo apenada.

— Muy bien, empecemos.

made up; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora