Begin Again. [Gemelos Oviedo]

Capítulo 26.

[ Parte 2 - Maratón ]

RECORDATORIO:

-Creía que el que siempre lloraba era yo.-Dijo Jesús acerándose a mi.

Le miré y tragué saliva.-No puedo evitarlo Jesús.-jadeé.

Jessica se me acercó por detrás y me cogió por los hombros. Los tres formábamos una piña en esa escalera.

-Todo va salir bien.-Dijo Jessica susurrándome en el oído.

-Eso espero.-Contesté apretándole la mano a mi hermano.

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[Narra: Dani]

Una hora, y otra hora más... Sin ninguna respuesta, sin ningún aviso.

De pronto reconocí a una pareja que salía de un taxi apresurada. Eran los padres de ______. La mujer venía llorando, y el hombre la cogía por la muñeca mientras se dirigían a las escaleras. Pasaron por nuestro lado, no se dieron ni cuenta de quiénes eramos. Normal.

-¡Perdonar! Soy Daniel.

-¡Mira Roberto!-Exclamó la mujer llorando.

-¿Y mi hija? ¿Dónde está? ¿Cómo está?-Dijo mirándome.

-Venir, os acompañaré, nadie lo sabe, esperan daros las noticias a vosotros.

Los padres de _____ nos siguieron hasta la sala de estar. Ahí estaban mis padres. La madre de _____ se abalanzó sobre la mía. Eran las 5 de la mañana, y todo eso parecía una película. Una cosa irreal, pero lo era.

La enfermera que estaba en el mostrador les llamó. La escena que se veía desde ahí era... era muy dolorosa. Ella lloraba, sus piernas no le aguantaban, se tenía que aguantar en su marido, el cual lloraba también. L enfermera les hizo pasar a la zona de los quirófanos. Y tardaron un cuarto de hora en volver. Iban con una bata verde y un gorro de papel, como los que se llevan en los hospitales. Se acercaron a nosotros.

-Está a salvo, gracias a dios.-Suspiró su madre.

Me llevé las manos a la cabeza y no pude evitar ponerme a llorar. Me dolían los ojos de tanto llorar esa noche, pero esta vez era de esperanza, una alegría que no podía expresar. Abracé a Jesús y a Jessica a la vez, ella también lloraba y Jesús estaba muy emocionado.

Una enfermera se acercó a nosotros y preguntó:

-¿Sois los familiares y amigos de _____?

-Sí, respondimos algunos al unisono.

-¿Ha pasado algo?-Preguntó la madre de _____ preocupada.

-No, al contrario. Ha despertado.

Todos nos pusimos a gritar y a saltar de alegría.

-Lo primero que ha dicho ha sido Dani.-Dijo en cuanto nos callamos.-¿Hay algún Dani por aquí?

-Soy yo.-Dije acercándome a ella.

-Sígueme.

Me llevaron hasta un pasillo dónde habían varias habitaciones. Nos paramos delante de la 621.

-Esperate aquí.-Me ordenó.

Desde fuera de la habitación se podía escuchar de lo que se hablaba dentro. Me puse a escuchar.

-¿Como te encuentras,_____?-Le preguntó la enfermera.

-Me duelen los puntos, y la cabeza, mucho.

-Bueno, tardarás en recuperarte, pero ya estás bien.-Dijo mientras se oía un ruido metálico.-¿Y como te sientes con tu nuevo corazón?

-Rara... No lo sé.

-Te acostumbrarás.

-¿Y Dani? ¿Está aquí? ¿Ha venido a verme?.-Dijo ella con un hilo de voz muy suave.

Mi corazón dio un vuelco. ¿Solo despertar había pensado en mi? Estaba tan feliz.

-Dani... Bueno, Dani ya no está aquí.

-¿Qué? ¿A qué te refieres?.-Dijo con su suave voz.

-¿Quién crees que te ha dado ese corazón?

Miré por la rendija de la puerta. Se le pusieron los ojos como dos naranjas, y se incorporó de una manera brusca en la cama.

-¡Au!-exclamo por el dolor de los puntos.

-No, no, no. Estírate, te harás daño.-Dijo la enfermera.-Uy, creo, emm... creo que llaman a la puerta.

Pillé la indirecta y llamé a la puerta.

-Adelante.-Dijo la enfermera.

Abrí la puerta y la crucé. Me quedé parado. La vi. Su tez era blanca, muy blanca. Sus labios no tenían color y un violeta oscuro reinaba bajo sus ojos. Pero era bella. Ella siempre había sido bella. Le miré a los ojos y pude ver como una lágrima caía por su mejilla. Me acerqué a la cama y vi como la enfermera se iba de la habitación.

-Creía que te perdía.-Le dije mientras me sentaba en el borde de la cama.

-No podía irme sin acabar de decirte te quiero.-Sonrió y se mordió el labio como de costumbre.

-No hagas eso.-Sonreí y me limpié una lágrima de mi pómulo.

-¿Por qué?-Preguntó.

-Por qué no puedo resistirme.-Me acerqué lentamente y la besé.

Y en ese mismo instante me di cuenta de que ella, era la persona más importante de mi vida.

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