Y allí me encontraba yo, observando de pies a cabeza a Matt Muller, mi jefe.
sin medir palabra alguna, joder acababa de gritarle, y era mi jefe, hoy la suerte no estaba de mi lado. Un silencio abrumador se apodero de la oficina, Matt se acerco a su escritorio, observe sus pasos y como si me leyera la mente al no saber que hacer una vez que estaba en frente de mi me dedico una mirada abrumadora, y me indico que me sentara.
La pena que sentía en ese momento era algo extrema, tendría que disculparme por el hecho, claro que lo haría, probablemente este tipo me bote antes de empezar a realizar mis pasantias, deje de jugar con mis dedos y alce la mirada, me encontré con unos ojos verdes, un verde que deslumbraba, me sentí intimidada, pero aun así debía dirigirme hacía el para pedirle disculpas, era mi deber.
—Señor Muller. —Comencé a hablar. —Quería dirigirme a usted para pedirle disculpas por lo ocurrido hace unos minutos, no sabia que usted era el dueño de esta empresa, ademas estaba histérica, le pido disculpas por mi comportamiento, le aseguro que no volverá a pasar.
Asintió y me dedico una sonrisa.
—Tranquila señorita Walker, fue un inconveniente, a cualquiera se le puede salir de las manos en una situación como esa, pero ha quedado en el pasado, no se preocupe, ademas debemos llevar una buena convivencia, ya que trabajaremos juntos.
Sus ultimas palabras quedaron grabadas en mi mente "Debemos llevar una buena convivencia, ya que trabajaremos juntos"
Tan grande que es la empresa, miles de puestos que ocupar, miles de personas con quien poder trabajar y justamente me toca trabajar directamente con el dueño de la empresa. ¿Bueno o malo? no se, me tocaría descubrirlo a través del tiempo, lo que si sabía es que este hombre me intimidaba mucho, con su mirada, ahora que lo puedo detallar bien, es muy joven para ser un empresario tan importante, no le calcularía mas de treinta años, sus ojos son de un perfecto verde, es alto, apuesto, se ve notoriamente que trabaja a diario sus músculos, no es moreno, pero tampoco es blanco por completo, tiene rasgos alemanes, pero no del completo, lleva una barba de algunos días, y no hay que negarlo, el hombre es sumamente atractivo, el tipo de jefe que cualquiera quisiera tener.
—¿Entonces trabajaré directamente para usted? —pregunte confusa.
Asintió mientras buscaba algo entre sus carpetas.
—Usted estará aquí por dos meses si no me equivoco. —Me extendió una carpeta junto con un bolígrafo que acepte amablemente. —allí tiene el contrato, puede leerlo y si no esta de acuerdo con algo puede decirme. Trabajara directamente para mi, con asuntos que tengan que ver respecto a su carrera, de alguna manera, usted ayudara a cuidar la imagen de esta empresa.
Leí el contrato, mientras era observada por el señor Muller, todo estaba en perfecto estado, por tanto decidí firmarlo sin retraso alguno.
—Todo esta en perfecto orden señor Muller.
Firme el contrato y se lo entregue.
—La espero el día de mañana señorita, solo le pido una sola cosita.
—Dígame. —Dije con un hilo de voz.
—Por favor no me hable de Señor, no soy tan viejo como quizás puedo aparentar. —Respondió con aquella voz rasposa.
¿Viejo? si usted lo que esta es demasiado bombón en la vida. -Pensé.
—Esta Bien señ... Matt, solo con una condición. — Me atreví a decirle.
Frunció el ceño ligeramente —Vaya, primer día y con condiciones. —Dijo en tono divertido.
—Vale, disculpe... Disculpa, no es nada del otro mundo, solo quiero que también me llames por mi nombre, no de usted. —Respondí algo nerviosa.
—Esta bien Andreina, te espero mañana entonces.
Después de un extraño estrechón de manos me retire, algo nerviosa, definitivamente fue algo extraño, le grite al dueño de la empresa, sin saber que seria mi jefe, y me trata muy cordialmente después de todo lo ocurrido... Extraño.
A lo mejor fue tu belleza, pensé. Vale tengo el ego muy alto, no lo puedo evitar.
Después de salir de la oficina de Matt me dirigí al elevador, con dudas subí, era el piso 17, no iba a bajar todas esas escaleras.
Salí de la empresa y me subí en el coche, cogí mi móvil y revise, aun Sebastian no respondía mis mensajes, ni devolvía mis llamadas, Dios mio se que la regué, pero joder que deje que le explique.
Intente llamarlo y aun no contestaba, intente una segunda vez y al segundo tono respondieron... pero.. no era el, una voz de mujer se escucho del otro lado del móvil...
Hijo de la gran puta.

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DESCUBREME
RomanceAndreina Walker estudiante de comunicación social, era una chica común, de las que no le importaba las flores, ni los chocolates, ni las carticas cursis de amor, debido a sus experiencias amorosas anteriores que habrían sido un desastre, lo importan...